¿Quién ha sido el asesino de la segunda temporada de ‘Scream’ de MTV?

[AVISO SPOILERS (Y DESTRIPES)] Aunque “Scream” no es una de las series en seguimiento de este bastardo blog no me gustaría abandonar su segunda temporada sin comentar algo al respecto. Tal vez el hecho de ser un usuario de Netflix conlleve que entre los manjares y degustaciones del portal de streaming también existan otro tipo de condimentos y alimentos que devorar más por gula que por placer. No me gustaría hablar de ‘guilty pleasures’ o placeres culpables porque, en realidad, la adaptación televisiva de la saga de Wes Craven ha tratado de ser un producto tan oportunista como consecuente a sus márgenes de calidad. Si la vemos es porque no hay una auténtica competencia salvo que vayamos al tono paródico que propone “Scream Queens” o la exhumación de clásicos en envolturas actuales como la propiciada por “Bates Motel”. En la primera temporada lo único interesante y sugerente es que el propio espectáculo fuera consciente de su farsa («no se puede hacer un slasher como una serie de televisión») pero, al mismo tiempo, tratando de justificar sus motivos para estirar el chicle de ralentizar el abandono de ese sabor rápido a sangre que suelen dejar las películas integradas en el subgénero. En esta nueva entrega las intenciones de los escritores han sido abrazar el homenaje tanto a los films originales en los que muy libremente se inspiran y trazar ciertas líneas que hagan más sólido el conjunto. La serie, por lo tanto, ha tratado de corregir sus muchos errores aunque haya ignorado esa vertiente de comedia ácida y negra implícita en las películas y, al mismo tiempo, tenga que encajar entre las mecánicas y estructuras de las series de MTV: una sensación de constante exclusión para un público no objetivo, el suspense queda ahogado generalmente en el melodrama, demasiados rollos románticos por obligación, todo el mundo tiene que saber quién sale (o rompe) con quién… o quién tiene mariposas en el estómago (y por quién) y, por supuesto, disponer de todo tipo de tonalidades musicales para transformar la pulpa del asunto en un propio clip publicitario de la cadena. Tampoco la propuesta está exenta de ceder al propio juego formal del subgénero: sustos efectistas un tanto random y todos son sospechosos hasta que su muerte demuestre lo contrario. Pese a todo, la invocación al legado de Wes Craven trata de ser más evidente, como si los responsables de “Scream” quisieran haber hecho en estos doce nuevos episodios un show del que el director de “Pesadilla en Elm Street” estuviera orgulloso. Vayamos al propio destripe argumental y a su explicación ya que me parecía bastante ilógico y poco coherente que la audiencia no destripáramos una serie que se dedica a destripar constantemente a sus personajes. ¿Mucho y demasiado destripe? ¡Por supuesto! Pero la pregunta en el aire pernicioso es clara: ¿quién ha sido el asesino de la segunda temporada de “Scream” de MTV? Y el asesino es…

Antes de nada (y un breve parón antes del apuñalamiento argumental). Pensemos en el que la propuesta de MTV, que distribuye internacionalmente Netflix, no había asumido demasiados riesgos y caía por norma general en lo previsible. En esta nueva entrega la idea es desarrollar de un modo más inteligente la complejidad de unos personajes que todavía no se han recuperado de los sucesos acaecidos en “Revelaciones” (1x10). Las secuelas son físicas y, sobre todo, psicológicas. Y aquí el trabajo creativo en la escritura ha tratado de dar más hondura en aspectos dramáticos para que nos creamos algo más el ya fantasioso e inverosímil asunto. Nos quedaba por confirmar la implicación de Audrey Jensen y también Noah Foster tenía razón en sus sospechas sobre que Piper Shaw no cometió sus crímenes en solitario. Desde el comienzo de la temporada los propios escritores eran conscientes de que necesitaban algunos golpes de efecto y una de sus primeras decisiones fue quitarse del medio (en el sanguinario sentido de la palabra) a uno de los personajes y actores más flojos del elenco. De este modo, Jake Fitzgerald (Tom Maden) pasó al otro barrio levantando además muchas sospechas en ese juego mortal que lleva a cabo el asesino (y antiguo colaborador de Piper) y Audrey. Es consecuente que el ciclo que establece la entrega utilice en su apertura y cierre una sala de cine para traernos de vuelta algunas conexiones con “Scream 2”. Precisamente uno de los aciertos pudiera ser el título escogido para cada uno de los episodios, completando una selección cinematográfica directa al corazón de los fans del género: “Sé lo que hicisteis el último verano”, “Psicosis”, “Habitación sin salida”, “Cumpleaños mortal”, “Amanecer de los muertos”, “Jeepers Creepers”, “Déjame entrar”, “El pueblo de los malditos”, “El orfanato”, “Secuestrada” o “Criaturas celestiales”. Precisamente es “Cuando llama un extraño” (1x12) aquel título que da sentido al guiño final y al cliffhanger que da cierre a la entrega, posicionándonos ante un gran mal que todos han desatado en Lakewood y que aterrizará en el lugar en breve.

Antes de dirigirnos al último golpe de efecto y peligro que caerá próximamente sobre los protagonistas, saquemos a la palestra el nombre del asesino de la temporada: ¡Kieran Wilcox! El novio de Emma Duval fue desde el comienzo el cómplice (y amante) de Piper y, aunque los guionistas nos hicieron dirigir nuestras sospechas hasta el primo de éste (Eli Hudson), el plan del villano era volver loca a la heroína antes de asesinarla. El enfrentamiento final entre Eli y Kieran nos remite a un déjà vu dentro de la saga para también posicionar a Emma ante su conflicto: ¿podrá matar al asesino y transformarse también en un monstruo? ¿Podrá tener por fin el control de la situación (y no ceder a sus caóticas pesadillas)? Como suele ocurrir dentro del slasher, el villano comete una pequeña equivocación de la que se percata rápidamente la heroína. El descubrimiento es aterrador para todos ya que el plan de Kieran pasaba por culpar de su masacre a Audrey y Emma (ambas fueron arrestadas por el asesinato del alcalde Quinn Maddox antes del season finale) y quedar como una víctima y el gran salvador de Lakewood. El plan sabemos que no se mantiene demasiado en pie, pero debido a la gran incompetencia de los agentes de policía del lugar estamos seguros que hubiera llegado a buen puerto (por muchas pruebas que familia y amigos de ambas hubieran presentado). Además, el tipo estaba como una puta cabra. Desde el principio de todo, el interés romántico de Kieran sobre Emma era parte de su cortina de humo para que Piper pudiera cometer sus crímenes (también como parte de la mascarada) y que ambos pudieran completar sus venganzas personales. Kieran disfrutó con la muerte de su padre e incluso se pudiera sugerir que él mismo fue responsable del accidente en el que su madre y padrastro perdieron la vida. Emma y Maggie eran también los objetivos principales pero Audrey enmendó sus errores por traer a Lakewood a Piper. El problema es obvio: Kieran ha focalizado su vendetta sobre aquellas que acabaron con el amor de su vida y sus maquinaciones tienen un sentido de tortura y desprecio. Respecto a los personajes principales parece que los productores y guionistas se han encariñado con los mismos y Brooke va a quedar como una superviviente nata ante constantes apuñalamientos en cada episodio final de temporada. Puede que Gustavo Acosta (el clon malo de nuestro Santiago Segura) sea la luz de la esperanza junto a la evolución de sus ilustraciones: pasando de la muerte y lo escabroso al sentido de la amistad y la propia celebración de la vida. Se trata de uno de los escasos margenes optimistas del capítulo ya que, recordemos, todos se han quedado compuestos y sin novio/a.

Dentro de todo ese juego mortal podemos volver a repasar todos los episodios y la agenda del asesino y si los escritores hicieron bien su trabajo o cometieron alguna imprudencia pero, evidentemente, volveríamos a abandonar la senda de las pretensiones del villano: culpabilizar y asesinar a Emma y Audrey para quedar como el gran héroe. Emma tuvo que elegir también si apretaba el gatillo o dejaba que se pudriera en la cárcel el hombre que la engañó hasta límites insospechados. Optó por lo segundo para revelar una evolución dentro de la psique de la heroína. La concepción final de la temporada (y de la propia serie) es transformar el espectáculo en films divididos por episodios, que esa imposibilidad manifiesta de adaptación del subgénero al formato tenga más un sentido de gran todo. De un díptico pasamos a una trilogía ya que el golpe final de efecto es que Brandon James está seguramente vivo y va a reivindicar su legado y máscara con una masacre y baño de sangre. Tal vez, y por el contrario, estemos ante un copy-cat o algo mucho mayor en ciernes. Tanto el sheriff Miguel Acosta como Maggie Duval plantaron muchas semillas y secretos en su vinculación con los crímenes que cometió Brandon James en Lakewood, dejando en evidencia que tal vez éste siga vivo o en paradero desconocido. Ambos tienen dudas y Maggie va a recibir una respuesta a su petición de un modo un tanto siniestro. Conviene mencionar que la pareja enterró el cuchillo de Brandon y se comprometieron a guardar silencio… Recuerden, a veces las personas más cercanas son aquellas que esconden los mayores secretos. En cierto modo, esa llamada final que sorprende incluso al asesino de la segunda temporada de “Scream” nos invita a hacer caso omiso de lagunas argumentales y celebrar sus delirios, esos riesgos que parecían ausentes al comienzo del espectáculo. ¿O no resultaba desopilante el momento cuando Kieran dijo aquello de que Piper le enseñó que matar a gente era más gratificante, divertido y sanador que la terapia (que su maltrecha mente necesitaba)? Pensemos en que la serie de MTV es un producto de consumo y ese chicle que se estira y contrae en cada nueva entrega de episodios. El sabor, no obstante, se irá rápido… De hecho, ya se ha ido en cuanto escriba sobre mi teclado el punto final y nota a modo de epítome.

NOTA: Noah es desvirgado pero el orgasmo le dura lo mismo que su amante es asesinada. Pobre. Aunque la chica estaba (como todos los personajes de esta serie) como una puta cabra. Teniendo en cuenta que introducen a una psicóloga que está más loca que todos ellos juntos…

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