The End. “Game of Thrones” se ha acabado… Podemos negar tranquilamente las anteriores frases ya que la maquinaria iniciada por HBO no parece tener fin y estamos seguros que el cierre de la saga, que adapta la saga literaria de George R. R. Martin, va a ser el punto de partida de otros spin-offs. Quizás para comprender todo este polémico cierre de la mítica serie de David Benioff y D.B. Weiss basta con entender la necesidad de la decepción como parte de ese engranaje entre la audiencia y su adicción durante un largo periodo de tiempo. A veces, las rupturas son dolorosas y producciones como “Lost” o “Juego de Tronos” dan la impresión que estaban condenadas a decepcionar tras epatar a una multitud al otro lado de la pantalla. Es seguro que “The Iron Throne (El Trono de Hierro)” va a ser tratado de una forma muy injusta por los espectadores que se han sumado a esa horda que ha ido destruyendo cualquier proposición de Benioff y Weiss a partir de “The Long Night (La Larga Noche)” (8x03). Puede que sea muy pernicioso que a grandes series como “Breaking Bad” no se les haya sometido al mismo juicio popular que hemos vivido en esta última entrega de la producción de HBO pero, al mismo tiempo, se establece aquí el material que acaba pasando factura a los espectáculos que llenan de teorías la red como “Perdidos” o “Game of Thrones”. Al final, la decisión de los escritores no es la misma que aquella que residía en una gran parcela de espectadores. Y el precio a pagar es demasiado alto. En el reino televisivo, hemos vivido grandes broches finales que han sido cuestionados como el propiciado por “Twin peaks” y su retorno. Incluso la conclusión ideada para “Los Soprano” fue ampliamente polémica y figura entre los mejores cierres y los peores sin lograr un claro consenso por parte de público y crítica. En mi opinión, David Benioff y D.B. Weiss conocían la imposibilidad de contentar a la audiencia y han preferido la controversia al olvido de decepcionantes conclusiones como las vividas en “Dexter” o “True Blood (Sangre Fresca)”. Dudo que se deje de hablar en mucho tiempo de “The Iron Throne (El Trono de Hierro)” y HBO se va a encargar de ello. Es hora de repasar, por encima de los lloros y maldiciones lanzadas en la red, el series finale más esperado de los últimos años.
martes, 28 de mayo de 2019
domingo, 19 de mayo de 2019
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Juego de Tronos (8x05) The Bells (Las campanas): Devastación
Tal vez para entender un episodio como “The Bells (Las campanas)” haya que apartarse del tiempo y proyectarse a un futuro en el que no se cuestione una obra por la inmediatez sino por sus conexiones con la realidad de la era en la que fue creada y producida. David Benioff y D.B. Weiss han querido alejarse de un lugar cómodo y que su adaptación de las novelas de George R. R. Martin sorprendan (para bien o para mal) a una audiencia que pensaba que era la narradora y escritora de una historia que no les pertenece. Es posible que el autor de ‘Canción de Hielo y Fuego’ publique una conclusión coherente a todo el recorrido que han vivido esos personajes que compartieron una misma fábula… hasta que sus caminos se separaron. Y la senda de Benioff y Weiss está fuertemente atraída por la oscuridad y las referencias políticas. El penúltimo episodio de “Game of Thrones” es toda una obra maestra a nivel audiovisual que será discutida y debatida hasta la extenuación por sus giros de guion y aquello que muchos espectadores consideraran una pésima escritura e interpretación del desarrollo argumental de sus temporadas anteriores. He aquí una crítica sociopolítica al poder y la corrupción implícita que representa, a ángeles iconizados que son, en realidad, demonios. Nada más. En el capítulo dirigido magistralmente por Miguel Sapochnik hay ecos de Hiroshima y Pompeya, de la senda que siguió Anakin Skywalker para ceder al lago oscuro… Y Daenerys Targaryen va a cumplir el sueño póstumo de su padre como si por fin cediera a esa maldición que arrastraba y que fue despertando a medida que se acercó a su codiciado deseo. «Cuando un Targaryen nace los dioses lanzan una moneda al aire y el mundo aguanta la respiración». Lord Varys espeta la frase que sintetiza todo el eje de este penúltimo episodio y, al mismo tiempo, expresa la jugada de Benioff y Weiss: vamos a tener que tragar saliva para ver cómo Daenerys se transforma en la Reina de la Devastación. ¿Darth Nerys ya está aquí?
sábado, 11 de mayo de 2019
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Todo el cuarto episodio de la octava y última temporada de “Juego de Tronos” se podría resumir en un vaso de café (de Starbucks para más señas) que apareció en una secuencia. Se trata de un gazapo, de un fallo de raccord. En cierta medida, “The Last of the Starks (Los últimos Stark)” ha sido considerado como un desliz (e imperdonable equivocación, según se mire) para muchos de los seguidores del espectáculo de HBO. Si tomamos como referencia la web Imdb, comprobaremos que estamos ante el capítulo peor valorado de toda la serie. Y no por el vaso de Starbucks… En realidad, esta entrega definitoria se está quedando muy lejos de la expectación con la que se había anunciado y es cierto que a la propuesta ya no se le perdona cualquier mínima controversia que pudiera generar. Considero que, en este punto, la culpa la podría tener irónicamente la falta de material por parte de George R. R. Martin. No existe una base para poder comparar aquello que están realizando David Benioff y D.B. Weiss y, por lo tanto, nada está asentado en estas actuales arenas movedizas argumentales. No hay posibilidad de comparaciones… por el momento. Las quejas sobre “The Last of the Starks (Los últimos Stark)” residen seguramente en ciertas proposiciones narrativas discutibles y ciertas prisas por acelerar la trama. Irónicamente no es la primera vez (y dudo que sea la última) en la que los escritores del espectáculo conducen la trama a giros de guion arriesgados y difícilmente justificables. Recordemos que ya en la anterior entrega se realizaron estudios, desde un punto de vista sardónico y humorístico, de la velocidad de los dragones o las gélidas temperaturas que podían soportar los protagonistas. Inclusive, las elipsis utilizadas en “The Winds of Winter” (6x10) fueron criticadas… aunque los mismos (?) votantes que encumbraron aquel mítico season finale a ser considerado uno de los mejores episodios de la serie en Imdb. Repasemos, ahora, aquel que ya tiene la etiqueta del ‘peor’ del espectáculo… con o sin vaso de Starbucks.
Juego de Tronos (8x04) The Last of the Starks (Los últimos Stark): Mi reino por un vaso de Starbucks
Todo el cuarto episodio de la octava y última temporada de “Juego de Tronos” se podría resumir en un vaso de café (de Starbucks para más señas) que apareció en una secuencia. Se trata de un gazapo, de un fallo de raccord. En cierta medida, “The Last of the Starks (Los últimos Stark)” ha sido considerado como un desliz (e imperdonable equivocación, según se mire) para muchos de los seguidores del espectáculo de HBO. Si tomamos como referencia la web Imdb, comprobaremos que estamos ante el capítulo peor valorado de toda la serie. Y no por el vaso de Starbucks… En realidad, esta entrega definitoria se está quedando muy lejos de la expectación con la que se había anunciado y es cierto que a la propuesta ya no se le perdona cualquier mínima controversia que pudiera generar. Considero que, en este punto, la culpa la podría tener irónicamente la falta de material por parte de George R. R. Martin. No existe una base para poder comparar aquello que están realizando David Benioff y D.B. Weiss y, por lo tanto, nada está asentado en estas actuales arenas movedizas argumentales. No hay posibilidad de comparaciones… por el momento. Las quejas sobre “The Last of the Starks (Los últimos Stark)” residen seguramente en ciertas proposiciones narrativas discutibles y ciertas prisas por acelerar la trama. Irónicamente no es la primera vez (y dudo que sea la última) en la que los escritores del espectáculo conducen la trama a giros de guion arriesgados y difícilmente justificables. Recordemos que ya en la anterior entrega se realizaron estudios, desde un punto de vista sardónico y humorístico, de la velocidad de los dragones o las gélidas temperaturas que podían soportar los protagonistas. Inclusive, las elipsis utilizadas en “The Winds of Winter” (6x10) fueron criticadas… aunque los mismos (?) votantes que encumbraron aquel mítico season finale a ser considerado uno de los mejores episodios de la serie en Imdb. Repasemos, ahora, aquel que ya tiene la etiqueta del ‘peor’ del espectáculo… con o sin vaso de Starbucks.
sábado, 4 de mayo de 2019
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Como comentaba en la anterior review, tal vez seamos bastante exigentes con series como “Juego de Tronos” y cualquier proposición de los escritores sea considerada una auténtica blasfemia. No es una novedad en el reino de la ficción de HBO encontrarse con muchas secuencias cuestionadas y controvertidas, ya sea por los cambios significativos de rumbo respecto al material de George R. R. Martin o, simplemente, la propia concepción de un espectáculo que ha roto muchos tabús de aquello que se podía mostrar en la pequeña pantalla. En el caso de “The Long Night (La Larga Noche)”, tercer episodio de la octava y última temporada de “Game of Thrones”, tenemos una de las entregas más ambiciosas jamás concebidas por David Benioff y D.B. Weiss pero, por el contrario, han surgido todo tipo de achaques y destructivas críticas que aminoran el impacto del que podría ser el mejor capítulo de toda la serie. Comencemos con ese arranque que sintetiza un «sí que has tardado» a Sam tras un juego de cambio de primeros planos dentro de un plano secuencia. En cierta medida, aquí se encuentra compendiado todo el trabajo que los escritores y productores han realizado desde 2011 y, al mismo tiempo, el envite directo a mostrar esas debilidades que no considero que sean tales en mi opinión. Podríamos analizar este grandísimo episodio —y definitoria entrega— como el complejo camino de todos los personajes. Pensemos también aquí se encuentra en origen de esa mirada de Bran Stark, que ha ido poniendo y replicando sobre las percepciones de otros protagonistas. Todo comenzó con su caída pero, recordemos, existían unas visiones posteriores sobre una enigmática figura que se iría abriendo camino a lo largo de las temporadas. Al fin y al cabo, la impresión general es que todos los personajes estaban condenados a encontrarse con su destino desde que Bran trepara por esos muros que le llevarían al secreto que guardaban Cersei y Jaime Lannister.
Juego de Tronos (8x03) The Long Night (La Larga Noche): Not today / Hoy no
Como comentaba en la anterior review, tal vez seamos bastante exigentes con series como “Juego de Tronos” y cualquier proposición de los escritores sea considerada una auténtica blasfemia. No es una novedad en el reino de la ficción de HBO encontrarse con muchas secuencias cuestionadas y controvertidas, ya sea por los cambios significativos de rumbo respecto al material de George R. R. Martin o, simplemente, la propia concepción de un espectáculo que ha roto muchos tabús de aquello que se podía mostrar en la pequeña pantalla. En el caso de “The Long Night (La Larga Noche)”, tercer episodio de la octava y última temporada de “Game of Thrones”, tenemos una de las entregas más ambiciosas jamás concebidas por David Benioff y D.B. Weiss pero, por el contrario, han surgido todo tipo de achaques y destructivas críticas que aminoran el impacto del que podría ser el mejor capítulo de toda la serie. Comencemos con ese arranque que sintetiza un «sí que has tardado» a Sam tras un juego de cambio de primeros planos dentro de un plano secuencia. En cierta medida, aquí se encuentra compendiado todo el trabajo que los escritores y productores han realizado desde 2011 y, al mismo tiempo, el envite directo a mostrar esas debilidades que no considero que sean tales en mi opinión. Podríamos analizar este grandísimo episodio —y definitoria entrega— como el complejo camino de todos los personajes. Pensemos también aquí se encuentra en origen de esa mirada de Bran Stark, que ha ido poniendo y replicando sobre las percepciones de otros protagonistas. Todo comenzó con su caída pero, recordemos, existían unas visiones posteriores sobre una enigmática figura que se iría abriendo camino a lo largo de las temporadas. Al fin y al cabo, la impresión general es que todos los personajes estaban condenados a encontrarse con su destino desde que Bran trepara por esos muros que le llevarían al secreto que guardaban Cersei y Jaime Lannister.