Título original: “White House Down”
Director: Roland Emmerich
EEUU
2013
Sinopsis (Página Oficial):
En la película “Asalto al poder” (White House down), al policía del Capitolio John Cale (Channing Tatum) le acaban de rechazar en lo que sería su trabajo ideal, dentro del Servicio Secreto y protegiendo al presidente James Sawyer (Jamie Foxx). Como no quiere decepcionar a su hija, lleva a la pequeña a realizar un tour dentro de la Casa Blanca. Pero en ese momento, un grupo de paramilitares fuertemente armados asalta el edificio. Ahora, con el tiempo agotándose y el Gobierno de la nación inmerso en el caos, Cale está dispuesto a salvar al presidente, a su hija y al país.
“Asalto al poder” nos remite (por interés y comparación) con ese combo que formó junto a “Objetivo: La Casa Blanca” de Antoine Fuqua. Yo más que cotejar y sacar ‘los colores’ de los buenos y malos, metería a la película dentro del género ‘entrevista de trabajo’: todo el argumento y guión finalmente desemboca a que John Cale (Channing Tatum), al que le acaban de rechazar dentro lo que sería su trabajo ideal dentro del Servicio Secreto, provocando que tenga que mentir hasta a su hija… y generando esos conflictos de fondo con el sello Roland Emmerich. Mi teoría sobre este director es que ve el cine como un niño juguete y aprovecha cada nueva película parta destruir y recomponer el mundo a su antojo. Esta vez ha tocado de nuevo a la Casa Blanca sufrir sus perversos pensamientos y contaremos desde un guía turístico hasta una bloguera imberbe para potenciar el discurso coral ante un pequeño apocalipsis explosivo.
Tenemos realmente una película de acción clásica con un par de estrellas pero sobre cierta autoconsciencia en ese frenético juego entre héroes y villanos junto con un telón de fondo que forma la política exterior (el Presidente ha hecho un trato con el presidente iraní y está procediendo a retirar todas las tropas de Oriente Medio) donde realmente el director parece dudar de su patriotismo. Ese choque, por lo tanto, con la cinta de Antoine Fuqua, pudiera hacer que el espectador más afín a las barras y estrellas… se estampe contra las motivaciones de los supuestos héroes y coja su arma para ayudar a los villanos. Channing Tatum juega su rol de antihéroe en esa larga y mortal entrevista de trabajo mientras tenemos otra película interna dentro de los tejemanejes de despachos y gabinetes de crisis con los personajes que encarnan Richard Jenkins y Maggie Gyllenhaal. Cafeína y política son los ingredientes de una propuesta que da la impresión de ser una ambivalente parodia y homenaje a John McClane y las buddy-cop-movies… ¿interaciales o birraciales?
Algunos retitularon a “Asalto al poder” como ‘Die Hard en 1600 Pennsylvania Avenue’ e incluso se posicionaron en los roles de los asaltantes por encima de los héroes. Más que una rebelión de los espectadores de mainstream la concepción de la acción de Roland Emmerich sobre Michael Bay, por ejemplo. Me interesa, por lo tanto, analizar más los comentarios de aquellos que critican “Asalto al poder” y aplauden “Objetivo: La Casa Blanca” el interés de embutir todas las obras temáticas y aportaciones como la Fuqua, Emmerich o el remake de “Red Dawn (Amanecer rojo)” es la incapacidad de buscar alguna vía de credibilidad o verosimilitud escudriñando con los enemigos de la patria norteamericana porque al final “Team America: La policía del mundo” de Trey Parker y Matt Stone fue mucho más certera en todos sus planteamientos. ¿Estamos hartos de la típica-historia del héroe inadvertido que se encuentra en el lugar y momento equivocados? ¿O que la cuestión es que la fórmula de voltearse y lanzar los mismos dardos como la conspiración o la buddy-movie ya no salven al presidente de los EEUU? ¿Se quedaron sin enemigos? ¿Quiénes son? ¿Corea del Norte? ¿China? ¿Rusia? ¿Ellos mismos? ?¿Sus próximos presidentes? ¿Estas películas?
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