Ya sea por el fútbol o lo que no es fútbol, “Un príncipe para Laura” no ha encontrado su hueco en los televisores de nuestro país como sí consiguió Corina Randazzo y sus sapos freaks. Salvo que Laura Parejo se desnude, protagonice una gang bang súper súper friki o descubramos que, en realidad, tiene pito y se llama Manolo, esta niña seguirá haciendo videoclips de Andy Lucas o mendigando ser una tronera menor. Con la noche de partido de vuelta (y de infarto) de semifinales de la Europa League entre Valencia y Sevilla como primer plato (SPOILER: pasó el equipo que no es español), el edit-reality-dating de Eyeworks quería seguir tratando de atraer a una audiencia que considera más tróspido (y freak) a ‘Supervivientes’. ¿La competencia, tal vez, ha sido la debilidad junto a esa ausencia y sabor perdido de novedad? No obstante, esperábamos los peores/mejores deseos de la Bruján más Bruján y el guión atinado a su máxima expresión para potenciar que estallasen las redes sociales con #Laura5. He aquí lo mejor del capítulo ‘por el culo te la hinco’.
Sabíamos de antemano que Laura iba a probar con un nuevo deseo a la Bruján cruzando los dedos para que no le resultara tan envenenado como el anterior, que se tenía que asignar la inmunidad —dejando claro que aquel concursante que la obtuvo el año pasado (Pascual) fue el Príncipe y ganador—, que íbamos a tener visitas de familiares o amigos de los sapos… y, en definitiva, que solamente nos quedaban 11 participantes tróspidos dentro de “Un príncipe para Laura”. El público también vota y opina en la web oficial de Cuatro se notó que Bruno Castellote no ha caído bien por los efectos visuales que han generado su diabólico personaje, que únicamente ha convencido a las bragas de Sira adictas al culebrón y a las mall-ass de Mateo. Tampoco ha enamorado a la audiencia el moreno de Borja y su venta de condones presumiblemente sin declarar impuestos y, por supuesto, Cidoncha por ser marroquí y España un país racista con los extranjeros. El favorito del público no fue Cidoncha ciertamente porque el resto de concursantes eran españoles y aquí se lanzan plátanos a la gente que viene de fuera a ganarse el pan, así que triunfó un español por el mundo como acto de conciliación. Fue Manuel Álvarez precisamente aquel favorito tanto por sus compañeros como por el propio público a pleno full-power. Por favor y eso sí, que no se ría que se mueren 100 gatitos en todo el mundo. Nos quedamos con las palabras punzantes de Marc: «Bruno y yo lo pasamos muy bien en la habitación». ¿Le pasaría el hilo para ese cojín? En realidad este niño (feo, pero feo feo) o es tonto o es tonto o son los efectos del vino, ¿no? Que si Ana Botella es un hombre que si es él más cachas… En fin, Marc convierte en eruditos de la R.A.E. a los participantes de MHYV porque es el más friki de los frikis (por mucho que se meta con los frikis de los frikis).
Da la impresión que esto no lo animaba ni Pedro Coelho, el alcalde de Câmara de Lobos adicto al ‘sinpa’, que se pasó a saludar a los guapos y los nerds en una terraza. Gonzalo Orellana capturó en el teorema de Pitágoras a la princesa siendo muy listo pero también muy salido, muy malpensado y ese rollo TOLOSA no me convenció demasiado, porque NUNCA hay que mezclar las matemáticas con las mujeres. Tras el FAIL le paró los pies y la boca Bruno, que trató de hacerse un hueco en el corazón de la princesa aunque toda España le quiera lanzar por el hueco del ascensor. Todo en esta vida es estar o no estar happy, según Borja y los vientos de “Twin Peaks” llegaron a formar una tormenta de ecos y sustos tróspidos. Y es que sonó la banda sonora de Badalamenti y pensamos que faltaba una muerta envuelta en plástico. ¿Ana la MUSTIA? No, nosotros somos Laura Palmer pero cubierta en bolsas del Metadona porque se ‘vertieron’ en la isla de Parla las visitas de esos amigos/familares/o-lo-que-sea de algunos de los concursantes y nuestros gritos fundidos con su llegada. Por parte de ‘La Pepa’ aterrizó su madre demostrando que los heavys nacen, no se hacen. Borja Aranda, que esnifa toallitas autobronceadoras y se chuta en vena aftersun, invocó a un megamemomio de 858 años o, lo que es lo mismo, a su ‘tía’ mística para leernos la mente (con sus manos calientes). Cidoncha trajo al alcalde de una ciudad de Marruecos y Ángel Naut a su amigo Perico… y no el de los palotes sino a otro luchador de pressing catch para hacerse publi (y hacerle publi) después de lanzar un tortazo épico a Leticia Sabater. Desde luego Cuatro se lo curró… y mucho. Un aplauso.
La princesa tendría que citarse con los alcaldes/familiares/amigos/ectoplasmas-invocados para conocer más a sus sapos. Empezamos por el alcalde de esa población marroquí que nos trajo la vuelta de tuerca de Cidoncha… y es que el africano que quiere ser español es del Barça. Repito, Cidoncha del Barça. Repito, Cidoncha del Barça. Repito, Cidoncha del Barça. Repito, Cidoncha del Barça. Repito, Cidoncha del Barça. Pues eso, que tome nota la Guardia Civil para repatriarlo a su país africano. Menos mal que Laura llevó al alcalde y al africano catalán al museo de Cristiano Ronaldo para enseñarles algo de ‘valors’. Cidoncha tuvo más vueltas de tuerca porque también confesó que se depila las cejas y el culo o el culo y las cejas o las cejas como el culo. Todavía seguirá llorando que no le votaron NINGUNO de sus compañeros. Será por algo y no por las cejas, digo. La madre de La Pepa es otra crack y le comió a su hijo las pelusillas del ombligo aparte de llamarle fruta, mari.com y golpearle cada cinco segundos. Un poquito más abajo con esa comida y hubiéramos tenido a Divine en “Pink Flamingos”. Y es que desde Bjork fue violada por la madre de La Pepa, Angie tomó el control y Laura quedó aturdida por tanta energía… aunque para energía ectoplásmica la de la Tita Nani de Borja. Entre sus besos a la boca, que le gusta ir de contenedores, leer mentes y protagonizar ella sola e interpretando todos los personajes de un spin-off de “Expediente X”, Tita Nani ha marcado a Borja: «Yo busco alguien como la Tita, pero con 60 o 70 años menos…». O sea, de unos 790 o así.
Si todas las citas sirvieron a los candidatos para potenciar las sensaciones positivas de Laura, aquella que tuvo con los hombres enmascarados (Perico y Ángel) no funcionó bien. Laura no entendió que un luchador de pressing catch pudiera también ejercer de ventrílocuo y mucho menos tapar su cara llena de maquillaje por una máscara de charol-glamour. Después llegó la revelación: Ángel está muy verde en el tema de ligar y fue demasiado cohibido. Lo normal hubiera sido utilizar aquí la psicología inversa o una sesión bondage porque Laura se fue con una idea que iba a desembocar en tragedia. Ups, SPOILER. El resto fue aterrador. Entre el «Aquí os levantáis y cuando queráis ser no estáis» de Mateo y las no-coplas del Coplas, mugimos. «No canto coplas, canto suavizante» soltó tras olvidarse su bufanda y que El Ciervo le prestara una toalla de esas que se usan para taparte un agujero en el vientre que no para de sangrar en caso de una Apocalipsis Zombie. Perdona Coplas, te cantan los oídos… Por mucho que le digan que no canté más coplas se marcó una madridista para que cualquier persona que la escuchara se hiciera del Barça. Luego descubrimos que Álvaro Pinazo, el de las fotos de famosos y freak de cojons, resulta que en Fin de Año en vez de doce uvas se mete doce quicos. ¿DOCE QUICOS? WTF! ¡Y Marc acabó el cojín! Los suyo ahora sería asfixiarle con el mismo para que nos deje en paz. En fin, que Ángel tendría que haberse vendido algo mejor o decir que para ser friki era menos friki (y freak) con otros elementos sueltos por allí aunque siempre nos quedará el ‘Ritchie’.
Y es que el quinto capítulo de “Un príncipe para Laura” será recordado porque Laura consiguió hacer su deseo realidad pero tuvo que llegar en menos de cinco minutos al faro ejerciendo de Usain Bolt con patucos (o descalza, según cuenta la leyenda). La sorpresa fue muy previsible ya que confirmaba el regreso de Pablo y sus ojos azules, su sonrisa amplia y profidén y, por supuesto, los calores uterinos del reencuentro (o re-cuento, según se mire). Sí, el quinto capítulo de “Un príncipe para Laura” será recordado porque Laura y Pablo se besaron. ¡Y qué bien besa!, decía Laura. ¡Parecen dos tías dándose el lote!, decía yo en mi casa llorando anticipadamente porque en la fiesta made in Spain in Alcorcón con chorizo y jamón plastificado, el resto de compañeros se enteró del regreso de Pablo y su calabaza fue a parar a Ángel. Oh, my GOD! No, Ángel no… era de lo poco decente que había allí y ahora el show se ha transformado en algo indecente. No nos habíamos recuperado de sentirnos en la piel de El Ciervo, maquillarte durante horas y preparar tu disfraz para que llegue un surfero de mielda, de metro y medio y te eclipse, y nos topamos con esta punzante daga en nuestro corazón friki. ¡Laura has quedado como otra princesa paleta y choni! ¡Solamente te faltó decirle a Ángel cuando le entregaste la mortal calabaza Los Lannister envían sus saludos! Seguiremos llorando porque realmente nosotros recordaremos el quinto capítulo de “Un príncipe para Laura” como aquel en el que AngelNaut, el verde, fue derrotado por el HAMOR.
P.D.:¿Nos aclararán, al menos, si El Ciervo depiló el culo a Cidoncha?
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