Tolosa

“¡Cuidado Sancho! ¡Ponte un morrión que viene el Tolosa!
El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha

“Yo retengo de todo menos líquidos.
Maldito Bastardo en una formación laboral

Be Tolosa, Be different

Por Tolosa no me refiero ni a la población, ni al nombre ‘castellanizado’ de Toulouse y ni mucho menos al apellido o alguna de sus vertientes lingüísticas. Tolosa no está tampoco recogida en la RAE como el concepto que quiero describirles. ¿Y? Se preguntarán.
Por Tolosa también se entiende, desde un punto de bastardo y en ciertos guetos donde me muevo, como aquel que Tó-lo-sa-be. Vamos, un Tolosa en toda regla.


¿Conocen a algún Tolosa? Seguramente. Se trata de aquella persona que sabe de todo y, por supuesto, lo cuenta con la intención de dárselas de listo. No hablen de ingeniería nuclear porque él será el máximo enterado del grupo, ni nombren a un determinado autor, actor o director… les citará, sin pestañear, toda la información en cuestión de microsegundos. El Tolosa, como Tó-lo-Sabe, tó lo cuenta y es que… un auténtico Tolosa sabe de todo. Pero de todo.

Da lo mismo que hablen de prensa del corazón, de informática, de coches o de cómics. El Tolosa les complementará sus escasos conocimientos con absoluta celeridad y como si se tratará de una auténtica computadora no se inmutará en otorgar la luz de la verdad para su sonrojo y asombroso. 

¿Cómo será el escudo real de los Tolosa?

La Organización del Tolosísmo al parecer data de innumerables siglos y se dedica al estudio de todos los conceptos básicos de supervivencia en un mundo cambiante. Eso es que saben de todo un poco o de un poco mucho. Es una organización muy secreta por lo que cualquier información que les de repercutirá directamente a mis sienes en forma de futuras amenazas… de muerte.

Muchos me confunden con un Tolosa pero es que cuando a uno el cuentan cosas las retiene. ¿¡Qué culpa tengo yo!? Al parecer mucha. Mi trato con mis compañeras de trabajo, durante más de un decenio, han hecho que el roce y la convivencia se conviertan en un cariño dialéctico. Los temas gastronómicos e infantiles dominan el imperio de mis sentidos receptivos desde hace mucho tiempo. Hemos vivido múltiples embarazos y embarazos múltiples, múltiples tragedias y tragedias multiplicadas y sobre todo hemos hablado de ello hasta el infinito. Dentro y fuera de la oficina. Y claro, mis compañeras de trabajo tienen marido e hijos lo que supone que la ‘red socio-neuronal’ se extiende hasta los recovecos menos insospechados. Sumen todo esto a su número: son y han sido muchas...

Ese es mi conocimiento empírico, mi pecado, al parecer, para un grupo de mis amistades… que cuando comienzo una frase por un «…pues una compañera de trabajo…» automáticamente me lapidan, fusilan y violan (lingüísticamente hablando, no nos propasemos). 

Un buen Tolosa les dirá la marca del tren del fondo de la imagen

Menos mal que las redes sociales y facebook han puesto nombres a esas ‘desconocidas’ e ‘incomprendidas’ fuentes y cuando hablo de un suceso del que ya tengo conocimiento cito la fuente con nombre, apellidos e ID de facebook. Menos mal.

No quiero decir que me quite mi etiqueta de Tolosa o reniegue de una condición que se me impone, simplemente parece que en este mundo descerebrado, simple y extremadamente (desde un punto de vista biológico) básico leer, informarse y cultivarse es sinónimo de Tolosísmo para otros seres que pasan su loable tiempo libre jugando a juegos triviales de toda índole o viendo Telecinco. 

El Tolosísimo vaaa lleeeegaaaarrrg

Yo, desde luego, me quedo con ese «Sólo sé que no sé nada» de Sócrates porque siempre me he considerado un ignorante absoluto… pero si no sé algo o tengo dudas no me quedo de brazos cruzados viendo pasar las nubes sino que empiezo, como mínimo, por la wikipedia. Como marca la buena tradición Tolosa.