(2011)
EEUU
Director: Ignacio
Ferreras
Sinopsis (Página oficial):
“Arrugas” es un largometraje de animación 2D para un
público adulto basado en el aclamado cómic del mismo título de Paco Roca (Premio Nacional de Cómic
2008). “Arrugas” narra la amistad
entre Emilio y Miguel, dos ancianos recluidos en un geriátrico. Emilio, que acaba de llegar a la
residencia en un estado inicial de Alzheimer será ayudado por Miguel y otros compañeros para no
acabar en la planta superior de la residencia, el temido piso de los asistidos
que es como llaman allí a los desahuciados. Su alocado plan tiñe de comedia y
ternura el tedioso día a día de la residencia porque aunque para muchos sus
vidas habían acabado, ellos acababan de empezar una nueva.
De
la reseña para Cinema ad hoc.
La posición
madura, adulta y seria de “Arrugas” relega la propuesta a una posición
extremadamente dramática. Me es difícil ubicar cinematográficamente el conjunto
de material adaptado de Paco Roca relegando
a los documentales aparte. “Dejad paso
al mañana” y “Cuentos de Tokio” siempre
han sido los grandes referentes sobre los caminos de la vejez pero basaban su
encanto en la perfecta narración y explotación de los conflictos
paterno-filiales. “Arrugas” contiene
una pequeña dosis de los mismos pero su material trágico juega en otros
derroteros. Lo normal es que se utilice la enfermedad de Alzheimer con fines
dramáticos generando dramas románticos (“El
diario de Noa” o “Lejos
de ella”) o recursos conmovedores y tremendamente sentimentales vistos con “El hijo de la novia” como máximo y
exitoso exponente. Pero “Arrugas”
trata el tema desde la honestidad.
Viajando en el Orient Express |
Desde su
arranque presenciamos cómo somos partícipes del mal que sufre su personaje
principal. Estamos dentro de su mente para pasar a ser los espectadores de su
descenso al infierno que le toca por vivir: dejar de ser la persona que fue para
convertirse en juguete roto e inservible para la sociedad y también para sí
mismo. No hay exaltación de la enfermedad con desfase sentimental aunque
algunas secuencias conmuevan hasta las entrañas. “Arrugas”, en resumen, quiere explorar otros terrenos aunque
conlleve dotar de negrura al conjunto. Se trata de vivir el día a día mientras
que los recuerdos se evaporan pero el temor no es retenerlos sino no acabar
siendo uno mismo, perderse y convertirse en ese objeto abandonado por otros,
apartado totalmente de la familia y relegado por la humanidad a un cuarto
oculto e invisible a la misma. El pánico de subir al final de las escalares que
delimitan el cementerio viviente al exilio y al prácticamente abandono de sus
seres queridos. El paso a la muerte en vida.
Amistad y Separación |
No es que “Arrugas” quiera proponer un debate
sobre la eutanasia o las residencias geriátricas y el papel que desempeñamos
nosotros, como hijos, en ese destierro y expulsión al que sometemos a nuestros
mayores. La historia, eso sí, es tan dura que el formato, estilismo y la
animación acolcha el dramatismo. También sus incursiones cómicas y nostálgicas
pretenden abrir otras vías a la evocación de los recuerdos. Puede que ahí
estuviera parte de la película perdida que ablandase el conjunto antes que
algunos mordiésemos el hueso duro. El filme de Ignacio Ferreras podría equilibrar la balanza entre esa gran
historia de amistad que cuenta con esas introspecciones de los secundarios. Tal
vez, ya sea ante tanta sobredosis dramática y terminal o por remordimientos
emocionales, se permita concedernos saber qué ocurre con sus personajes
principales cuando debería correr el velo del misterio. O también incluir un
fallido epílogo donde, además de demostrar no saber rematar la película, se
muestra un exceso de incoherencia con lo mostrado previamente.
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