Si alguien pensaba que “Juego de Tronos” iba ser incapaz de sorprenderle a estas alturas se equivoca completamente y en este terreno también entra en juego la capacidad de enfrentarnos a un territorio desconocido ante la ausencia de esa guía que pudiera sugerir el material publicado por George R. R. Martin. No obstante, las últimas novelas de ‘Canción de hielo y fuego’ y los arcos argumentales del espectáculo de HBO se habían distanciado como entidades independientes y, al mismo tiempo, complementarias, para justificar todo el tránsito y camino a un mismo y coherente final para ambos formatos. Y ahí no existe lugar para la comparación sino para el equilibrio orgánico y la utilización de los medios y recursos que los autores tienen en su mano. Es cierto que los productores ya habían avanzado que nos esperaba la entrega más completa que había emitido la serie de HBO y “The Door”, quinto episodio de la sexta temporada de “Game of Thrones”, es un definitivo golpe de efecto para revelar que estamos ante una gran historia mucho más armonizada y épica de lo que pudiera parecer en un principio. Todo tiene un sentido, un lugar. Las apariencias engañan, siempre nos han engañado… y tal vez no hayamos percibido que había mucho más detrás de la mitología expuesta hasta el momento. Precisamente Bran Stark está ejerciendo como un faro para iluminarnos a través de un denso y nebuloso camino narrativo, abriendo el pasado hacia nuestros ojos y transportándonos al comienzo de todo… aunque ese todo se haya fragmentado en múltiples teorías y suposiciones desde que en “Hardhome” (5x08) se articulara el primero de los muchos golpes de efecto que nos espera para una gran batalla de la que todos hablan pero en la que pocos piensan actualmente. “The Door” quiere aportar coherencia en tiempos de caos y sensacionalismo televisivo, como si cualquier exceso venidero obedeciera a un círculo existencial alrededor de cada uno de los personajes. «Todo es voluntad del Señor», nos indica Kinvara en este sobresaliente episodio y, en realidad, da la impresión de que todo estuviera ya escrito incluso antes de producirse, incluso antes de presentar nuevos personajes y proposiciones, incluso antes de esos retos expuestos para cada uno de los protagonistas. Repasemos qué significa esa puerta a la que hace mención el título del capítulo y por qué es tan importante todo lo que nos espera de ahora en adelante.
“The Door”, al igual que “Hardhome” (5x08), cuenta con un desenlace capaz de dejar al público sin palabras, congelado y petrificado cual caminante blanco y envuelto en el único consuelo de un mar de lágrimas. La serie de HBO tiene que simplificar las cosas aunque algunas veces puedan acontecer errores y equivocaciones como ocurrió en la trama alrededor de Dorne y la Casa Martell durante la quinta temporada de “Juego de Tronos” y la solución un tanto acelerada y bastante cuestionada en “The Red Woman” (6x01). Todo ese arco argumental alrededor de Las Serpientes de Arena lideradas por Ellaria Sand, por ejemplo, quizás tenga una justificación venidera pero, de momento, las palabras de Kinvara dan la impresión de ser ecos de las voces de los propios escritores del espectáculo: «Hombres y mujeres cometen errores, incluso leales siervos del Señor (George R. R. Martin). […] Por algo pasan las tragedias». En cierto modo, nos encontramos ante un episodio que desea aclarar por qué muchas de las desdichas e infortunios de nuestros protagonistas encuentran un sentido en ese presente que representa la ficción que nos ocupa. He ahí una gran paradoja y círculo que se completa y se complementa al mismo tiempo, dejándonos cierto poso respecto a los personajes conectados a la mitología griega, siendo títeres de los dioses a sus propósitos, caprichos y maquinaciones.
Empecemos por el Castillo Negro, donde tenemos que ceñirnos a los preparativos de esa Batalla de los Bastardos todavía en ciernes y en la que Jon Nieve y Sansa Stark necesitan aliados desesperadamente. Mientras que Melisandre se va a mostrar como un personaje ausente, tal vez temerosa por las acciones vengativas de Brienne of Tarth, el resto de partícipes en la estrategia del bastardo renacido van a mover ficha. Para empezar, vamos a tener un encuentro esperado en Villa Topo entre Sansa Stark y Meñique para que veamos a un Petyr Baelish bastante conmocionado y arrepentido ante esa mujer fría que ahora tiene delante y que ha madurado a base de golpes por parte de sus torturadores. Esa imagen es simple fachada ya que por dentro no se siente en absoluto ilesa, recriminando a Meñique si conocía la verdadera personalidad psicótica de Rasmay y si, en definitiva, es un idiota o su enemigo. Sansa ha preparado su nueva ‘armadura’, bordada desde sus entrañas y ya se viste con ella, aunque es capaz de utilizar su dolor y vivencias como un arma sobre ese hombre que sigue enamorado del reflejo de Catelyn Stark. «¿Qué crees que hizo?», espeta esa mujer que dejó de ser una niña y que ahora está cargada de resentimiento, que cuenta con la presencia de una guardaespaldas como Brienne (su espada siempre va a encontrarse dentro del encuadre) y que va a reconducir todas sus emociones hacia un sentido de la manipulación. Ese creciente desde el reverso de la tortura nos presenta a una Sansa Stark que no va a dudar en sacar el lado más humano de Meñique para someterlo a sus intereses por mucho que grite que no le cree o no le necesite. Se trata de un interesante duelo entre el maestro y su pupila, un material similar al que se está remitiendo el entrenamiento de Arya a manos de Jaqen H'ghar. «Me liberaste de los monstruos que asesinaron a mi familia. Me entregaste a otros monstruos que asesinaron a mi familia». Es obvio que Meñique subestimó a Ramsay y que Sansa no pudo hacerse con el bastardo de los Bolton, aunque éste revela una información valiosa respecto a su tío abuelo Brynden Tully. El Pez Negro ha retomado Aguasdulces y reunió el ejército de Tully, siendo ahora un aliado que la cruzada de Jon Nieve pudiera necesitar en el futuro. Aquí también existe la réplica al ‘ataque’ de Sansa, donde Meñique como tutor sigue recordando a su discípula que su ella es aquella que cuenta con el apellido Stark aunque la legitimidad de Jon y Ramsay sea similar por la condición de bastardos de ambos y que los salvajes responden a su medio-hermano. Respecto al tablero todavía queda por confirmar la lealtad de las Casas del Norte y Davos ratifica que no conoce el lugar pero sí a los hombres que lo habitan. El Norte recuerda… pero Sansa prefiere mantener a Meñique en las sombras de sus presentes maquinaciones, como un aliado fantasmal que únicamente conoce Brienne, siendo por obviedad la elegida para embarcarse a una misión en Aguasdulces. ¿Y por qué ha engañado Sansa a su medio hermano? Tal vez desee esconder esa carta para más adelante, dando a entender que va a manipular a todos los hombres en su camino y no al revés a partir de ahora. Esa capa hecha a mano con el sello de los Stark que entrega a Jon realmente dictamina que Sansa ha elegido su ‘campeón’ para ese juicio por combate que está dispuesta a librar contra todos aquellos que le hicieron daño en el pasado y le torturaron. Por parte de Brienne y Tormund Matagigantes tendremos más dosis de ese extraño romance y microrrelato en cada episodio de la serie, mientras que Eddison Tollett se dará cuenta de que ya es el Lord Comandante de la Guardia de la Noche en funciones… ordenado el cierre de la puerta como primera disposición. ¿Un spoiler del cierre del episodio?
Los entrenamientos entre Arya Stark y Waif en la Casa de Blanco y Negro (y aledaños) se han convertido en un pequeño clásico de la presente temporada, pero también en una marca de ese conflicto interior de la joven (anti)heroína: ¿Está lista Arya para convertirse en un Hombre sin Rostro? ¿Va a ser capaz de ser Nadie? El Dios de Muchos Rostros también tiene una mitología en la que puede que una niña con los orígenes de Arya no encaja por ser de alta alcurnia. Jaqen H'ghar nos aclara que ese grupo religioso de asesinos eran originariamente esclavos en Valyria antes de establecerse en la ciudad libre de Braavos, tras acabar con amos y capataces y huir, y asentarse en la Casa de Blanco y Negro. ¿Quién fue el primero? ¿De verdad que era simplemente Nadie? Arya ha recuperado su vista y, ahora, ha de servir a su condición de sirviente del Dios al que ‘representa’, siendo una actriz de teatro (Lady Crane) la designada para su misión. “The Door” decide abrir aquí una ‘puerta’ para la lucha del conflicto interior de Arya, esa niña que simplemente quería ser entrenada para convertirse en alguien que pudiera vengarse de aquellos que mataron a su familia y seres queridos. Ahora, por el contrario, se ha visto atrapada en otro tipo de obligaciones tras su asesinato sobre Meryn Trant por cuenta propia y pagando un precio muy alto que no fue a mayores tras volver al redil. ¿Podrá cambiar su destino? Esa obra satírica de la Guerra de los Cinco Reyes deja claro que la historia siempre la escriben los vencedores e incluso que veamos a Joffrey Baratheon como una víctima no deja de remarcar tal concepto. Interesa que presenciemos, de nuevo, esa conexión con el comienzo de todo, siendo de nuevo testigo Arya Stark de la decapitación de su padre, caricaturizado como un ‘paleto’ norteño que no se enteraba de nada y que aspiraba por acción de Tyrion Lannister a convertirse en Rey de Poniente. Ese ciclo respecto a una tragedia personal nos presenta el propio chiste, repleto de flatulencias, que puede ser la muerte en perspectiva, siendo el actual reflejo de Arya la evolución de aquella niña que tuvo que crecer a pasos agigantados desde ese día. ¿Arya sigue siendo una Stark o cederá para convertirse en Nadie? Tras visionar los peligros de las verrugas genitales, Arya comprobará entre bambalinas que Lady Crane es una mujer decente y buena profesional que seguramente desea ser quitada del medio por una actriz más joven y repleta de celos. ¿Contrató Bianca a los Hombre sin Rostro? ¿No volvemos a ese conflicto, omitido en el presente episodio, respecto a una Reina que trata de desbancar a la anterior como parte del discurso del relevo generacional de la serie? Un sirviente no hace preguntas, recordará Jaqen a esa joven que no sabemos a quién servirá el veneno y si, curiosamente, tratará de salvar a esa representación de Cersei Lannister en contra de Sansa Stark. ¿Y no se trata todo de una prueba más de Jaqen para confirmar la lealtad de su joven discípula y su carencia de moral? ¿Y podrá fiarse de las apariencias o el mundo de la interpretación son simplemente celos y verrugas genitales?
En Pike, Yara Greyjoy se postula ante el Parlamento para ser la reina de los Hijos del Hierro e incluso Theon halla la redención al interceder a favor de su hermana ante las voces contrarias y escépticas que indican que una mujer no puede ser su líder. Euron Greyjoy también reclama el Trono de Sal y no duda en confesar el asesinato de su hermano e incluso en revelar sus planes para gobernar Poniente gracias a la construcción de una gran armada y Flota de Hierro para ponerla al servicio de Daenerys Targaryen (junto a su gran verga). Ese ejército será su modo para seducir a aquella condenada a conquistar los Siete Reinos y ahora entendemos el papel de los Hijos de Hierro en el futuro del espectáculo de HBO. Con la mayoría eligiéndolo como Rey, “The Door” planifica una secuencia de montaje en la coronación y ceremonia donde Euron es ahogado (literalmente) mientras presenciamos cómo Yara, Theon y sus seguidores han robado los mejores barcos y planificado con celeridad su fuga para que su tío no los asesine. Euron se ciñe al guion y busca venganza pero comprueba que sus sobrinos han huido sin que éste decida apartarse de su plan de construir 1.000 naves para conquistar el mundo y seguir avivando su venganza respecto a su familia. Que lo que esté muerto, en definitiva, no muera jamás… ¿Y cuál será el destino de los hermanos exiliados?
Una de las dudas de Daenerys Targaryen era saber la (nueva) decisión sobre Jorah Mormont, su eterno salvador. Condenado a convertirse en un Hombre de Piedra y revelando tal condición, Jorah confiesa su amor por su khaleesi y que Tyrion Lannister tenía razón al respecto. Aunque la cara de Daario Naharis es un poema, Daenerys busca una vía para poder encontrarse de nuevo con su leal guardaespaldas, siendo su nueva orden encontrar una cura para su psoriagrís y que éste retorne a su lado cuando haya tomado los Siete Reinos. El traje oscuro de Daenerys Targaryen y la partida desde Vaes Dothrak también forman parte del eterno regreso de una reina en ciernes que esta vez parece que va a comenzar a resolver cuestiones fundamentales. Aquí surge una teoría sobre las implicaciones de Jorah en ese tablero confeccionado por el destino. Él fue el que trajo a Tyrion Lannister y seguramente le veamos conectar con otro personaje primordial a los planes de su khaleesi.
Precisamente en Meereen Tyrion da la impresión de comportarse como un asesor de campaña presidencial a favor de Daenerys Targaryen, buscando una vía para mantener esa paz aún frágil tras el acuerdo con los Amos. El pueblo necesita un héroe y la fe mueve montañas, por lo que el Lannister ha pensado convencer a Kinvara, una Alta Sacerdotisa del Señor de la Luz, para que sea la voz en la que crea y confíe el pueblo respecto a las intenciones de La Rompedora de Cadenas. Kinvara sabe aquello que buscan: «quieren que veneren y obedezcan a su reina y en su ausencia, quieren que veneren y obedezcan a sus asesores». Kinvara surge aquí como una poderosa presencia que es capaz de leer tanto a Tyrion como a Lord Varys, conociendo cada detalle del pasado de ambos y utilizándolo de manera astuta. No obstante, todos son aliados y trabajan para la misma reina, pero se trata de una declaración de intenciones e incluso una amenaza velada si osan traicionar a La que no Arde. Sabíamos que Lord Varys se iba a mostrar escéptico tanto por su pasado (y castración) como por la Sacerdotisa Roja que asesoró incorrectamente a Stannis Baratheon. Kinvara relata con pelos y señales lo ocurrido a Lord Varys, potenciando que todas sus penurias le han conducido a ser quién es y servir a La Elegida e incluso nos deja una línea de suspense que únicamente podemos entender en el rostro de La Araña. ¿Qué nombre escuchó Lord Varys en esas llamas cuando fue castrado por ese hechicero? ¿La gran guerra venidera de la que habla Kinvara, tras otra que decidirá el destino de la Bahía de los Esclavos, se refiere frente a Los Otros? Tenemos ya muchas incógnitas para un personaje que seguramente marque el camino de Daenerys para convertirse en ese icono que necesita Essos para purgar definitivamente a la esclavitud.
Vayamos a los viajes de Bran Stark para conocer el pasado y descubrir uno de los secretos de “Juego de Tronos” que no es otro que la revelación de que los Hijos del Bosque crearon a los caminantes blancos hace miles de años atrás incrustando un fragmento de vidriagón en el pecho de un hombre que permanecía atado en un árbol. En realidad, tal creación fue debida a un acto de defensa ante la extinción de las criaturas mitológicas de un mundo amenazado por el hombre. Talaban los árboles sagrados y aniquilaron a los Hijos del Bosque condenándoles a la desaparición, siendo un arma como los caminantes blancos un concepto disuasorio para alejaros de esos pasajes que quedaron posteriormente tal y como los conocemos, castigándoles al frío de la oscura alma de su creación. ¿Se les fue de las manos y los hombres crearon el Muro para separar ese otro viejo mundo que ya consideraban parte de su pasado y orígenes? ¿Y por qué el Rey de la Noche desea invadir Poniente más allá de una motivación de esa lucha de la luz y la oscuridad? En “The Door” volvemos a tener muchas preguntas pese a las respuestas planteadas y es normal que sienta la tentación de viajar de nuevo a ese místico lugar que ahora es pasto de la nieve y el hielo que sumió el bello paisaje que allí reinaba. Aquí tendremos una secuencia ya adelantada en los trailers tanto de la temporada como del episodio, ‘enfrentándose’ Bran a ese ejército de reanimados zombis liderados por los caminantes blandos. El Rey de la Noche no sólo le ha visto sino que le ha tocado, revelando el Cuervo de tres ojos que ya la magia de la cueva ya no les protegerá y que ese ejército irá a por ellos. En “The Door” nos dejan claro de nuevo la teoría del relevo generacional, dando la impresión de que el místico personaje que interpreta Max von Sydow era uno de los elementos que mantenía a raya a los caminantes blancos y al propio Rey de la Noche y que buscaba en Bran una permuta. Mientras que ambos viajan de nuevo al pasado para ver cómo Ned Stark se convertiría en el pupilo de Jon Arryn y sería el mejor amigo de Robert Baratheon, en el mundo real Meera y los Hijos del Bosque comprobarán que el ejército de espectros ya está aquí para tomar y acceder a su escondite. Hodor tiene miedo y Bran ha de despertar o, al menos, controlar desde ese otro plano al joven Wylis que tiene delante. Recordemos que Bran demostró que tiene la capacidad de alterar el pasado en el transcurso de dichas visiones y todo lo que sucederá forma parte de una gran paradoja que engrandece “Juego de Tronos” a niveles insospechados y revelando una épica y emotiva despedida de un personaje principal.
Y es que las acciones del Rey de la Noche y otros caminantes blancos, junto a ese ejército de zombificadas criaturas, va a provocar una auténtica carnicería en la que solamente Bran y Meera van a poder escapar con vida. Para empezar, veremos cómo Meera se deshizo de un caminante blanco con una lanza de vidriagón pero los mayores problemas son esa jauría de monstruosos muertos vivientes que amenazan a todos y a todo. Y aquí llegan todos los sacrificios, como si el Cuervo de tres ojos, Verano y los Hijos del Bosque supieran de antemano que salvar a Bran es salvar a Poniente y el mundo tal y como lo conocen. ¿Es la única esperanza? En su escape final, Hodor, Bran y Meera se toparán con una puerta que el propio gigante tendrá que sujetar para evitar que los miembros del ejército de las tinieblas puedan atravesar. Los gritos de Meera para que Hodor cierre la puerta («Hold de door!») acabarán atravesando la propia visión en la que se encuentra todavía atrapado Bran, haciendo que Wylis tenga un ataque y se convierta en el Hodor que conocemos. Esa espiral del viaje de Bran abre todo tipo de posibilidades venideras, como si su regreso a ese árbol donde comenzó todo fuera la réplica a tal efecto. ¿Volvió desequilibrado Bran al Rey Loco, por ejemplo? ¿Provocó todo lo que conocemos generando una paradoja que ha de ser resuelta por la intervención del Señor de la Luz? De momento, nos quedamos con esa potente imagen y montaje en el que vemos huir a Meera tirando del trineo que transporta a Bran, perdiéndose en la tormenta de nieve, mientras los ecos de «Hold de door!» en ese personaje que mantiene a raya a los espectros en esa puerta como gran misión existencial. Ese círculo estaba condenado a ese momento, a que «Hold de door!» acabe siendo «Hodor» como parte de un gran juego de palabras que hace comprar a “Juego de Tronos” otra clase de dimensión inesperada. Todo está escrito… aunque todavía no hayamos entendido el significado completo de lo expresado. E incluso en esos márgenes todavía la serie nos remita a la ambigüedad por respuesta. ¿Hodor fue el gran héroe del episodio y actuó por voluntad propia o, por el contrario, Bran y Meera plantaron la semilla en ese joven Wylis sacrificándolo para contar con un fiel guardián en el futuro? No sabemos el destino de Meera y Bran pero bien pudiera ser el Castillo Negro o el Bosque de Dioses en Invernalia. Al fin y al cabo, ningún lugar va a ser seguro una vez caiga esa puerta que sujeta firmemente nuestro gran héroe y titán. HOLD THE DOOR! HOLD THE DOOR! HODOR! HODOR!
P.D.: Mi negra os envía sus saludos. HODOR!
P.D.: Mi negra os envía sus saludos. HODOR!
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wow!después del episodio anterior pense que vendría uno de esos episodios de transición donde aparentemente no pasa nada pero menuda sorpresa nos tenían reservada... saludos
ResponderEliminarGrandioso episodio, quedé sorprendido y extasiado. ¡Que gran Serie!
ResponderEliminarFabuloso episodio
ResponderEliminarMuy buen análisis. Gran capítulo. Gran serie.
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