Jersey Shore Massacre: La segunda peor película del 2014 es efectivamente una masacre… cerebral

“Jersey Shore Massacre”

Director: Paul Tarnopol

EEUU

2014

Sinopsis (Página Oficial):

“Jersey Shore Massacre” es una comedia de terror sangrienta que hace de los ‘guidos’ y ‘guidettes’ lo mismo que “Bienvenidos a Zombieland” hizo por los zombis. Después de perder su alquiler en la playa de Seaside Heights, Teresa y sus amigas terminan en el escondite de su ‘Tío Vito’ en Nueva Jersey Pine Barrens junto con cinco ‘chonis’ de Staten Island. Sin que el grupo lo sepa, un asesino trastornado mentalmente se obsesiona con matarlos uno por uno de las formas más horribles imaginables, asistido sólo por la arrogancia e ignorancia del grupo.

Crítica Bastarda:

Paul Tarnopol ha perdido una oportunidad de parodiar el universo intelectual y actual filtro de la evolución de la humanidad, “Jersey Shore”, y ‘masacrarlo’ gracias al espíritu e influjo slasher de “Viernes 13”. “Jersey Shore Massacre” no solamente es un film fallido a tal cometido sino que se convirtió en la segunda peor película de 2014 por público y crítica… Y no fue la peor del año gracias a que la primera posición la ocupaba “Saving Christmas”, ganadora absoluta de la última edición de los Razzies y considerada en Imdb una de las peores de la historia del cine por sus votantes. ¿Y es original el asunto? Bitch please. No es la primera vez que alguien se fija en el reality show que condiciona la supervivencia y teología de la especie humana porque hemos tenido versiones porno, referencias constantes como en “Los tres chiflados” e incluso un especial paródico de MTV con los propios protagonistas del mismo. La pregunta es simple y directa, cual puñalada directa al corazón: ¿se puede parodiar aquello que ya se auto-parodia? Lo único que sorprende precisamente es que la propia Jenni 'Jwoww' Farley produzca el engendro, aunque que el co-guionista de esta defecación cinematográfica se llame Goldeneye no avecina nada bueno…

Tarnopol tenía ante él un proyecto para dejarse llevar por el espíritu de la sesión golfa y consolidar un puñado de referencias que van desde “Psicosis” a “Tiburón” pasando por “Entrenamiento mortal”. No solamente fracasa sino que la mezcla de elementos supone un empacho y masacre cerebral. Desde la inicial banda sonora hasta la conexión de los ‘guidos’ y ‘guidettes’ con un thriller de mafiosos italianos decapitados, nos vamos a la combinación del slasher más intrascendente con música petarda de fondo. Hay que darse a la farlopa para poder disfrutar de ese subidón y exterminio de neuronas a golpe de bofetadas donde la música clásica se hizo chupito de flujo vaginal. ¡Arriba la silicona! ¡Arriba la cocaína… aunque tengamos que dar un cursillo de diez meses para aprender a esnifarla! ¡Arriba los pechos y cutre-fashion! ¡Arriba la pelu y la falda corta y choni! ¡Arriba las frases tróspidas como «Sí, te pruebo el chorizo»! Pero sobre todo arriba los diálogos intelectuales por bandera del tipo:

—Ay, ¡Dios mío, tu pinche-perrito-rata se meo en mi pinche pierna!

×Gracias por decirme. Ahora tengo que ir a desinfectarle su penecito.

Planteemos que lo único que interesa de “Jersey Shore Massacre” es su meta-referencia mediante un slasher donde un payaso loco y psicópata ataca con una motosierra a gente con sobrepeso en un campamento. Se titula “Fat Camp Massacre” y tiene más encanto que todo lo que nos cuenta Tarnopol en esos interminables y lamentables 88 minutos. Ni el cameo de Ron Jeremy puede salvar esa sucesión de italo-americanos siendo asesinados sin que ningún acto intelectual y meditado pueda salvarlo. La competición de estupidez (y laxantes) tampoco se somete a la parodia del slasher —y confección de una revisión de “Scary Movie”— sino que el director se limita a narrar los rebuznos de las víctimas mientras son masacrados entre un recital de clichés que acaban siendo precisamente como los protagonistas: superficiales, atroces, estereotipados, con sobredosis de silicona en el pecho y en cerebro, estúpidos… Si alguien espera una comedia de terror con desnudos, torsos y pezones puede ir olvidándose de lo primero y tampoco hacerse demasiadas esperanzas con lo segundo. Tras un inabarcable primer acto de presentación que casi dura una hora, llega la matanza… y nuestra masacre cerebral. Lo único satírico es la utilización de un vibrador para apuñalar el ojo del temible asesino… y ya me suena a que hemos visto ese tipo de penetración en el subgénero. “Jersey Shore Massacre”, en resumidas cuentas, es capaz de desintegrar tan fugazmente el cerebro de la audiencia que en el giro final respecto al psicópata te cuelan un fallo de ráccord y tus neuronas no pueden hacer nada para cazarlo. Tu encéfalo se encuentra tan detenido e inmóvil como tus retinas, la catatonia impide ni siquiera un leve movimiento de cuello para evitar el directo sufrimiento. La masacre cerebral se ha consumado y la única expectativa de vida es que se inicie la Tercera Guerra Mundial… o esperar que finalicen los títulos de crédito y conseguir que las pocas neuronas que sobrevivieron logren al menos coordinar una llamada al servicio de emergencias. Pese todo lo anterior, “Jersey Shore Massacre” es una de las películas más inteligentes y filosóficas de 2014, con un guión más sólido, pulido, dramático y valiente (en lo que desnudos y sexo se refiere) que “Interstellar”. Y tampoco falta agujero negro, oigan. 

Historias Bastardas Extraordinarias by Maldito Bastardo is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 4.0 Internacional License.