The Walking Dead (5x13) Forget: Lobos con piel de cordero

Alexandria, Virginia, es un nuevo comienzo para Rick Grimes y los suyos… Posiblemente la inclusión del hogar asolado de Noah —el personaje gafe de esta temporada de “The Walking Dead” y responsable in/directo de la muerte de Beth Greene y Tyreese Williams— no sea una casualidad. En dicho devastado lugar se abrió una línea de suspense sobre unos lobos (‘wolves’) que rondaban cerca y marcaban, utilizaban y desmembraban caminantes… Para algunos se trata de una metáfora de todo ese arco argumental sobre Rick y su manada de fieras que han llegado a una comunidad para dominarla. Mientras que Daryl podría considerarse como un ‘lobo solitario’ —y Michonne y Rick los líderes del rebaño— el resto de la camada va a tener que adaptarse a ese bastión que intenta reconstruir el mundo que perdieron. ¿Es real o una mentira? ¿Una utopía o una posibilidad? “Forget”, decimotercer episodio de la quinta temporada de “The Walking Dead”, llega para seguir presentando toda esa nueva mecánica y escenario que se ha incorporado en el show. ¿Qué secretos esconde Alexandria? Y, sobre todo, ¿dónde memoles está el Padre Gabriel? 

Nos vamos a un terreno psicológico pero esta vez el show está ofreciendo una cara mucho más atractiva que esas divisiones en grupos e intromisiones en su pasado y conflictos. Al tener a todos atados en ese nuevo lugar y tener que adaptarse ha surgido una jugosa lectura de “The Walking Dead”: Rick y los suyos, en realidad, ahora son los villanos y los malos. En esas tribulaciones con los líderes de la manada (Rick, Carol y Daryl) se orienta dicha percepción y resumen de aquello que realmente es Alexandria: 

—Son las personas más suertudas que he conocido. Y su suerte sigue aumentando.

׿Por qu�

—Por nosotros.

Rick se siente el macho alfa y pudo hacer frente a dictadores que seducían y engañaban a masas (El Gobernador) e incluso a peligrosos caníbales (Terminus). En realidad, ha sobrevivido a todos y todo en ese mundo postapocalíptico donde no paran de remarcar que el mayor peligro son los seres humanos. ¿Podrá, entonces, construir Deanna Monroe la primera piedra de una nueva civilización o es una misión abocada al fracaso por ese cúmulo amoral que ha maldecido a la humanidad? El debate está servido pero todo el arco argumental que vamos a tener hasta la llegada de “Conquer” (5x16) es de esa ‘conquista’ de uno de los bandos sobre el otro. O los lobos son domesticados por esa utopía (y buena gente) que les rodea o éstos se imponen en esa comunidad y desvelan los dientes y aullidos bajo su piel de cordero. En ese aspecto el show se rige por ese triángulo que forman Rick, Carol y Daryl. Los dos primeros se han puesto su disfraz de sumisión para conseguir finalizar su invasión con éxito mientras que Daryl es ese lobo solitario que encontrará en “Forget” una alegoría emocional mediante ese caballo (‘Botones’) que no paraba de correr hasta este episodio… La frase de Daryl («Mientras más tiempo están afuera, más se convierten en lo que realmente son») da la impresión de ir también dirigido a sí mismo y a sus compañeros. Ha estado con gente muy mala fuera y su trama argumental con Aaron (y la caza del conejo) no deja de marcar parte de ese retrato de la psique de los personajes de la serie. 

“Forget” precisamente es un capítulo que desea remarcar una nueva mecánica en “The Walking Dead” en los márgenes temidos de construir una serie ‘de personajes’ por encima de la acción. Los guionistas han encontrado (por fin) el material propicio y ese choque de un nuevo mundo y utopía les ha empezado a transformar tanto por fuera como por dentro… Hay huesos duros de roer como Rick, Carol o Sasha. El insomnio de la joven la enfrenta a esas fotos de familia de su nuevo hogar que utilizará como blancos en sus sesiones de tiro. La tranquilidad la está destrozando y asesinando por dentro. Mientras tanto, los nuevos villanos de la temporada (quién lo iba a decir) preparan su plan para robar algunas armas en caso de necesitarlas en el futuro. Rick verá de nuevo la letra ‘W’ en un caminante con el que acaba Daryl… Hay otros ‘lobos’ allí afuera… aunque presumiblemente el show trate de demorar la entrada del infame Negan y su amada y letal Lucille junto a su grupo llamado Los Salvadores. De momento, interesa que Michonne se plantee un mind-game de Deanna para utilizarles a un fin que todavía desconocen. La paranoia puede sentar bien a la serie pero dudo que las intenciones de la ‘lideresa’ del lugar sean otras que reforzar la seguridad y crear una policía que les proteja. Deanna seguramente tenía esperanzas en que el ejército volviera y dio el tiempo necesario para tener que construir el suyo. Al fin y al cabo, Rick y los suyos son unos bad-asses pero Alexandria era lo que siempre buscaban. A Rick no le convence la falta de seguridad dentro de los muros y Deanna no quiere que su gente esté armada en su comunidad utópica. La torre del reloj sí parece el lugar más propicio para poner un puesto de vigilancia y Sasha desea hacerse con el trabajo. ¿Se confirma ya que va a ejercer de la ‘Andrea’ de los cómics? Deanna ha preparado un ágape de recepción a los nuevos habitantes y el precio es precisamente ese: asistir e integrarse. Vemos que esa ‘lideresa’ quiere tentar con su propio sueño a Rick y su manada, siendo la esperanza el anzuelo perfecto para domesticar a esos lobos a su comunidad y primera piedra de una civilización. A Carol y Rick les da todo igual: ellos son los malos y lo primero que van a hacer es infiltrarse en la armería… y conquistar a sus habitantes… utilizando un afeitado que haga emocionarse al mismísimo Spielberg o el rol de invisible ama de casa cocinera de las mejores galletas del lugar. 

“The Walking Dead” desea crecer en todos esos nuevos espacios psicológicos y dramáticos y veremos que Daryl y Aaron trabajan juntos aunque no puedan salvar a ‘Botones’. Daryl finalmente ignora la fiesta, antes de entrar, aunque Aaron le invita a cenar a su casa. La intención es realmente lo que importa y los espaguetis de unos gays es lo más rico que ha probado el redneck en siglos. Aaron muestra a Daryl su garaje y cómo continuó con el hobby del anterior propietario con las motos y reuniendo piezas. La intención es que Daryl haga la suya ya que desea jubilar a su novio y ficharle para reclutar a las personas que se integrarán en Alexandria. Hay un motivo claro, aparte de las dotes del protagonista para sobrevivir: sabe diferenciar entre una buena y mala persona. Y aquí llega esa nueva lectura del show en la que Daryl parece recular ante las ‘malas’ intenciones de Carol y Rick. Veremos que ésta es sorprendida en el almacén de armas por Sam, el hijo pequeño de Jesse. Siguiendo a la ‘bruja’ en busca de galletas encontró al monstruo en plena acción y su amenaza dejará acongojado a Sam con pesadillas durante mucho-mucho tiempo. Nos queda clara una cosa: Carol es la autora de todos los creepypastas que lea usted por internet. Por otro lado, Rick conocerá a la familia de Jesse y a su marido médico Pete. El macho alfa huele a hembra cuando ésta coge a Judith e instintivamente la besa en la mejilla. En toda esa conversación donde Sam marca a Rick con una ‘A’ hay muchos conceptos metafóricos enfrentados a esa ‘W’ y esa mítica frase que apareció en “Them”: «We are The Walking Dead». ¿Tendrá algo que ver esa ‘A’ con el vagón que ocuparon como ‘víctimas’ en Terminus y que dio título al capítulo 4x16? ¿He ahí el nuevo leitmotiv de la serie entre la división y marca de los depredadores y su comida? La dicotomía, desde luego, está servida y también el debate frente a esa utopía llamada Alexandria. Sasha no puede soportar ese choque irreal del mundo que dejó atrás y que quedó impregnado a su propia alma. Sasha será franca con Deanna: «Esto no es real». Por primera vez vamos a ver a Deanna enfadada y, en cierta medida, desnudado ese personaje que es una idealista. Sasha es esa brutal bofetada que la recuerda aquello en lo que se ha convertido el mundo y Rick y Carol son las consecuencias de habitarlo. Antes de que llegue el golpe de estado por parte de los lobos y que Abraham Ford se beba toda la cerveza, vamos a ver cómo Michonne cuelga ritualmente su espada en la pared que preside la chimenea de su casa. Las opciones se ponen frente a los personajes pero Rick se ha convertido en una variación de su peor y pasado enemigo (Shane) y toca obscenamente su ‘pistola’ al ver a Jesse; ofreciendo un contraplano de la ‘A’ y ‘W’ en esa pared que le enfrenta física y existencialmente con un caminante que yace en el exterior. Los lobos con piel de cordero ya habitan en Alexandria y han empezado a tomar el control… 

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