El final de la tercera temporada dejaba todo abierto: Dexter Morgan casado y padre biológico de un hijo. ¿Será como yo? Era uno de sus monólogos interiores. La vida como riesgo, como manera de asumir peligros en el sentido de compromisos, eventualidades y sacrificios. ¿La familia o el insaciable pasajero interior? Hay una imagen que define perfectamente toda la temporada y recuerda a una secuencia de “El talento de Mr. Ripley”, remake de Minghella de “A pleno sol” sobre la novela de Patricia Highsmith. No es otra que Dexter frente a cinco espejos donde ve sus múltiples caras: técnico de sangre, marido, padre, asesino en serie y Kyle Butler (un álter ego utilizado por Dexter para infiltrarse). Ese juego de espejos como máscaras que nos descubren que ahora Dexter es un poco de todos ellos, algo que potenciará su paternidad y esa familia, mujer e hijos que le importan tanto como mantener callado a su pasajero interior.
La cuarta temporada, mi favorita junto a la primera, sigue los patrones básicos de anteriores entregas. Se busca urgentemente un némesis y antagonista en formato de asesino en serie.
Primera secuencia: un hombre desnudo en un cuarto de baño. Alguien forcejea la cerradura y abre la puerta una joven. Cambio de roles. El Lobo espera a Caperucita como le trajeron al mundo y sabe como conducirla a un particular ritual.
Su nombre es Arthur Mitchell y es el Asesino de la Trinidad porque lleva treinta años completando ciclos de tres: una joven en una bañera desangrada por un corte en su pierna, una madre de familia que se cae defenestrada y un hombre apaleado por un martillo.
El círculo empieza a completarse y por supuesto Dexter formará parte del mismo.
Dexter, además, se carga a un inocente (hacía pésimas fotos lo que también es un crimen, todo hay que decirlo). Errar es humano y tener remordimientos… ¿hacen a Dexter humano?
La relación entre Laguerta y Angel Batista es una ¿novedad? Comenzamos mal si efectivamente los personajes empiezan a enrollarse como si estuviésemos en “Melrose Place” o una serie de hospitales pero la relación pasa directamente por el juego de instituto, por problemas laborales de los jefazos a modo de jefe de estudios y desemboca en boda con el propio Dexter como testigo. No se sabe el juego que dará de cara a una quinta temporada al estar la tensión sexual resuelta.
El Código de Harry sigue presente y se convierte en el muerto con más juego de una serie. Esperamos como sangre de mayo que otras entidades ectoplásmicas se sumen al recital. El fantasma de Harry acompaña a Dexter y a su monólogo interior, protagonizando muchas de las mejores secuencias, aportando mucho más a las tramas que ser una mera respuesta del soliloquio de nuestro protagonista. Mención especial para algunos momentos cómicos que protagoniza al enterarse Debra y Dexter que su padre ofrecía otro tipo de protección a sus testigos especiales y confidentes.
Es hora también de mirar el pasado. Olvídense de esas tramas de los asesinos vacacionales y el robo de dinero de Quinn que presencia Dexter porque son simples cortinas de humo. Frank Lundy regresa jubilado y en caza de un asesino que es un fantasma. Ese asesino no es otro que Trinidad, obviado por el mismo F.B.I. Decir que esto va crear tensión sexual con una ‘asentada’, en temas amorosos, Debra es una obviedad. Como obviedad es que al final descubre el pastel y el pasado de Dexter pero no descubre la pieza final. Esa que nunca debe ser descubierta: su hermano es un asesino en serie. Compuesta y sin novio y con amante y amor de su vida muerto su futuro es desolador y parece que las líneas de ella y su hermano serán mucho más estrechas en la próxima temporada. Para empezar ya tiene el apartamento de Dexter aunque deje las bragas y el sujetador por el suelo.
Masuka no va a aportar profundidad pero sí humor guarrindongo a las tramas y a falta de sexo por la escueta relación (en enseñar chichas) de Laguerta / Angel el cuerpo del delito será Christine Hill, una periodista trepa que no dudará sacar a relucir en portada todos los casos peliagudos del departamento. El agente Quinn será su confidente y amante. Ella aportará más que tensión sexual en ciertos momentos y servirá como futuro recambio para que no se agote la trama de Trinidad. Encaje de piezas y bolillos porque ella finalmente es la asesina a Lundy y es hija de Arthur Mitchell ¿No es pura economía narrativa? Relación sobre el infortunio la de Christine y Arthur que acaba en suicidio de la primera y olvido del segundo. Y aquí se encuentra el giro de toda la temporada y un esplendido personaje como el de Trinidad. Él, al igual que Dexter, es padre de familia. Modélico… en apariencia porque todas las apariencias engañan y Dexter, vía infiltración álter ego descubre que Trinidad o Arthur Mitchell utiliza a su familia como escudo humano y les tiene encerrados en un castillo completamente atemorizados. Esa visión produce efectos desoladores en Dexter ya que ese ejemplo que parecía Trinidad le hace descubrir su futura maldición. ¿Podrá cambiarla?
La sombra del suicido planea en la recta final de Dexter. Ángel oscuro y negro con su propia mente. Cambio de roles. Los diablos son ángeles a la vista de terceros. Arthur desea suicidarse pero el propio Dexter lo salva. Lo quiere sólo para él. Ese juego del gato y el ratón acaba mal. Dexter desentierra el completo ritual de Arthur. La Trinidad es cuarteto: hija, madre, padre e hijo. El propio Arthur secuestra y entierra a un niño de diez años para intentar enterrar su pasajero interior. Así comienza el ciclo. Dexter ama a los niños y salva el último intento de Trinidad pero destapa totalmente su identidad a su antagonista.
«Todo saldrá bien» parece el lema de los personajes de la ficción norteamericana pero sus guionistas basan las entrañas de los mismos en crearles conflictos y sufrimientos perpetuos para mantener nuestra atención al otro lado de la pantalla. ¿Quién le diría a Rita (Julie Benz) que su personaje es la víctima final para cerrar otro círculo y dar el petardazo final a la temporada? Había previo de crisis en la relación de pareja con Rita por falta de confianza. Rita descubre que Dexter sigue teniendo su apartamento y esa no es la única mentira. Sin confianza comienza a resquebrajarse la relación y a crear tensión emocional. Conato de engaño incluido parece que las cosas mejoran hasta una idílica luna de miel que nunca verá la luz por una bañera llena de sangre con Rita en su interior. Harrison o Dexter Jr. es testigo y no accidental. Ambos nacen de la sangre y parece que los destinos de hijo y padre van ligados. ¿Rita fue una víctima más de Trinidad? Por el bien de la quinta temporada lo dudo.
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