“Chicago Fire”
EEUU
2012
Sinopsis (Página
Oficial):
Del productor ejecutivo de renombre y ganador del
Premio Emmy Dick Wolf (“Ley y orden”) y los
creadores Derek Haas y Michael Brandt, el equipo de guionistas
detrás de “El tren de las 3:10”, llega un drama de alto voltaje: una mirada
desde el filo del asiento del espectador en la vida de héroes cotidianos
cometidos en uno de las más nobles profesiones de Estados Unidos. Para los
bomberos, escuadrones de rescate y paramédicos de Chicago Firehouse 51, ninguna
ocupación es más estresante o peligrosa… pero sin embargo, resultan gratificantes
y estimulantes. Estos valientes hombres y mujeres se encuentran entre la élite para
fraguar el peligro cuando todos los demás están corriendo hacia otro lado y
cuyas acciones provocan la diferencia entre la vida y la muerte.
La séptima y última temporada de “30 Rock” se
inaugura con Jack Donaghy saboteando a la NBC con toda clase de
pilotos y shows absurdos. Por ejemplo: un detective de Nueva York resuelve
crímenes con la ayuda de su nuevo compañero, Dios; o un concurso llamado “Homónimos”
en donde, sí, el concursante siempre dice la otra palabra y pierde… “Chicago
Fire” podría encajar dentro de esos pilotos idiotas que reformulan
ecuaciones catódicas cuya solución conocemos por su más absoluta obviedad. La
nueva serie de bomberos de la cadena ‘del pavo real’ tiene en su primera hora
más momentos sentimentaloides que en toda la filmografía de Spielberg
junta. No falta canción para cerrar de Bruce Springteen en una secuencia
de montaje o momentos de constante heroicidad que te encojen la ropa interior
aunque los estudios indican que funcionan mejor con bragas. Para finiquitarnos
cerebralmente nos ponen un adelanto de lo que veremos en esta temporada: destrozos
de coches, adicciones, entrega de anillos y la misma doctora de “Boss”
haciendo de… doctora… Ejem, ¿todo lo anterior forma parte de algún tipo de
metáfora o broma macabra?
Lo único ¿creíble? Es que ‘las’ bellas paramédicos funcionan como correos: una vez que dejan la carta en el buzón se olvidan del destinatario. “Chicago Fire” no se sabe si es una broma, un sabotaje o un intento desesperado de buscar audiencia utilizando el recurso del-típico-drama-de-bomberos-que-tanto-gusta-al-patriotismo-norteamericano-y-por-ende-a-los-espectadores. Descarto esto último porque si fuera por audiencia lo suyo sería sacar a los una brigada de bomberos y paramédicas nudistas, ¿no? Aunque, ¿no es esta serie ya un anuncio de Calvin Klein?
La inteligencia y originalidad aquí brillan por su ausencia: peleas y refriegas verbales dignas de “Mujeres y Hombres y Viceversa” y adicción a las drogas —¿o a los esteroides?— por doquier. A los personajes en el primer capítulo les dan palos por todos lados: devoluciones de anillos de compromiso, embargos y desalojos por pérdidas en malas inversiones el sector financiero, pérdida de sexo por culpa de mujeres fanático-religiosas que no quieren usar métodos anticonceptivos, paramédicos lesbianas, novatos a los que les hacen la broma de la lesbiana y, sí, ese larguísimo etcétera. Llevan trabajando años y años y en sus taquillas no hay más de cuatro muñecos Pokemon y un paquete de condones caducados. Así que si algún joven ve esta serie con la esperanza de hacerse bombero y ligar más que un concursante de “¿Quién quiere casarse con mi hijo?” únicamente aquí encontrará la trospidez. El sexo, al parecer, se lo llevó el fuego… Reconozcámoslo: las series de bomberos sólo las ven pirómanos para masturbarse. Si usted es uno de esos indeseables que actúan de oficio o beneficio, que le aproveche… jo-puta.
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