Day of the Dead. Bloodline: Mi stalker es un zombi

“Day of the Dead: Bloodline”

Director: Hèctor Hernández Vicens

Bulgaria

2018

Sinopsis (Página Oficial):

En esta versión del clásico de 1985, una exestudiante de medicina lucha por su vida contra un malvado híbrido de humano y zombi decidido a destruirla.

Crítica Bastarda:

Lamentable revisión de “El día de los muertos” de George A. Romero, que recuerda ya las inmundicias cinematográficas del film de Steve Miner allá por 2008. Intentar narras las atrocidades argumentales de la cinta de Hèctor Hernández Vicens conforma una historia estúpida a su máxima expresión. Entre que la heroína no se entera mucho de qué va el tema y parece que desea matar al resto de compañeros de peripecias, “Day of the Dead: Bloodline” nos presenta el cuento de un stalker que asedia a la protagonista, ya sea zombi, humano o Pokémon. Nada funciona aquí: actuaciones lamentables, giros fuera de tono e incluso una discutible elección de banda sonora entre antagonistas de pega (o usar y tirar). Que haya sido calificada como una basura no hace más que confirmar el alboroto social que causa estos estropicios distribuidos por Netflix.  

La película se une a la moda de ver cómo los seres humanos explotamos sangre cuando somos mordidos por muertos vivientes y que saber el código de seguridad de un lugar (cuatro dígitos que pueden ser apuntados en un papel o memorizados por cualquiera) supone el punto de partida para uno de los bodrios del año. ¿Qué sentido tiene hacer una vacuna si todo el mundo ha muerto? Tal vez un happy ending, con desapariciones de zombis por necesidades del guion, sea la clave para entender el entuerto. Sinceramente, uno se queda tuerto con gente que se hace la sorda y zombis ninjas ‘everywhere’. 

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