Con el final de la
segunda temporada de “The Newsroom”
y su renovación para una tercera entrega nos queda un regusto amargo sobre los
propios logros de una ficción que perdió de vista a sus detractores ya en sus
primeros capítulos. “Election Night,
Part 2” es el season 2 finale y
noveno episodio de una segunda temporada en cierta medida desigual, desde su
estructura, por su premisa inicial y resolución final. La despedida en ese
capítulo doble funciona como un gran clímax con muchos guiños a todo lo vivido
por esos personajes que han evolucionado y quieren hallar el equilibrio
personal y profesional. Desde que el quijotesco protagonista cuestionaba si
Estados Unidos era el mejor país del mundo, los innumerables defectos señalados
por muchos han sido perfilados en esa entrega colocando a un villano y
antagonista y uniendo a la causa a Leona Lansing y su hijo, relegando dicho rol
a Jerry Dantana, el negligente productor ejecutivo que distorsiona la verdad de
la ‘Operación Genoa’. News Night tendrá que hacer frente a su gran crisis y la
dimisión en bloque fue frenada por quién menos se lo pensaban los miembros del
equipo. Realmente su vocación moralista les ha nublado la vista y no se han
dado cuenta de que no podían hacer más ante una noticia y engaño muy pernicioso
repleto de catastróficas coincidencias: cualquier otro medio hubiera difundido
la historia más rápidamente y con menos fuentes. Es hora de repasar “Election Night, Part 2”.
La noche electoral
continúa mientras que ‘News Night’ trata de recuperar la confianza de una
audiencia que les ha dado la espalda. El escándalo de Petraeus es sopesado con
la historia mayor sobre los comentarios acerca de la violación de un candidato
y aquí de nuevo llega el código moral de los informativos, siendo más
importante la información a los votantes que un escándalo sensacionalista para
volver a recuperar cierta reputación. Mientras tanto, tenemos los personajes
organizados por focos dramáticos y con un fantasma de dimisión conjunta y unos
buitres desde Washington que desean quedarse con sus puestos. Mac encabezará el
enfrentamiento con Jane Barrow,
quién hará un comentario despectivo sobre Genoa y será replicada con un hecho
irrebatible: fue un productor de allí el que originó todo el descalabro. Maggie
y Jim, al no querer rectificar, siguen la evolución de los votos Michigan generando
momentos cómicos pero bañados de drama con el corte de pelo de Maggie y la
aparición de Lisa, que trabaja como camarera en la fiesta de cadena complicando todo para resolverlo. Charlie sigue luchando para que Leona acepte sus dimisiones y ésta le comenta que su hijo tiene la decisión final. Todo está cocinándose y vamos a
tener muchos clímax en un capítulo que bien pudiera ser y funcionar como series finale.
Neal sigue a todo:
descubriendo en twitter a Lisa por ese choque (de guión y cristales rotos) con Charlie mientras
sigue con sus maniobras para la modificación de la página de Mac en la wikipedia
y descubriendo por el camino quién fue el postor anónimo del libro que
realmente no firmó Sloan. Las pistas del libro llevan a un personaje de “The Sweet Smell of Success” (Chantaje
en Broadway) que creó varios seudónimos para dejar cierta apariencia de una
guerra de ofertas. La solución, por otro lado, de la wikipedia es un artículo
escrito por Neal que debe publicar Hallie, por intervención de su novio Jim… Jim charlará con Lisa para disculparse por
cómo acabó su relación y parece que también está preocupado por Maggie y su
corte de pelo, que cerciora fue voluntario y realizado por sus propias manos.
Así, tendrá una conversación con Maggie que señalará el motivo del cambio de
look (a peor) por la muerte que Daniel, el niño africano que ‘frenó’ la bala que iba
dirigida a ella, y que no se siente tan fuerte y valiente como el resto de
compañeros de la sala de noticias. Esas dudas son disipadas por Jim y aquí Maggie nos
revela cuándo se fijó en su compañero y comenzó a enamorarse de él. Una alerta
amarilla… que nadie más en la redacción vio. ¿Volverán las oscuras alteras
amarillas a “The Newsroom”?
Will y Mac tienen su
enésima conversación sobre su relación y el mítico anillo de compromiso. Mac
parece devastada con la historia (falsa) de Will sobre que el tema del anillo
fue una broma pero la luz parece emerger tanto para ese quijote, que se
declarará republicano pero condenando la facción más extremista y radical de su
partido. Y aquí llegará el albor que asomará entre esos peligrosos gigantes
morales cuando Charlie y Will mantengan una conversación que les confirme a
ambos que no deben dimitir, pese a cometer errores… Will no puede dejar toda la
carga para Mac y agarra el anillo de Tiffany para declarar su amor a Mac y que
siempre estará enamorado de ella. Los vítores a series finale son evidentes y aquí se encuentra la jugada maestra
de Sorkin: el capítulo podría
funcionar como final de la serie siendo un punto y aparte y aportando esas
concisiones morales que tanto odian los haters
de la ficción. Las secuencias finales y felices se suceden con Sloan besando a
Don después ver el póster de “Chantaje
en Broadway” en su despacho y saber qué él era el anónimo postor. Con un
libro y firma real y ‘El dulce sabor del éxito’ suena la versión de ‘Let My Love Open The
Door’ de Luminate mientras Reese
regresa de su paseo de recapacitación para no aceptar tampoco las dimisiones
del equipo, que ya han desaparecido, mientras que Will y Mac anuncian su
compromiso sorprendiendo a todos. Maggie y Lisa hablan… mientras Hallie
devuelve el favor a su novio por la entrevista que consiguió con el candidato
con un artículo escrito por ella misma y que seguramente dé bombo al
error/acierto involuntario sobre el triunfo de Dan Benishek frente a Gary
Mcdowell en Michigan.
Que esos personajes y
periodistas se sientan orgullos de ser los quijotes de la profesión y hagan
brillar al resto su moral profesional puede herir las sensibilidades de esos
otros periodistas en la vida real aunque, ¿no hacen lo mismo todas series
ceñidas a las labores de policías, jueces, abogados, bomberos y un larguísimo etcétera?
Considero que “The Newsroom” ha
reiterado las múltiples imperfecciones de sus personajes y que finalice con Maggie
haciendo clic una noticia amarilla deja más si claras las intenciones de la
próxima temporada en la que tendrán la imposible tarea de aumentar su
credibilidad informativa sin recurrir al sensacionalismo. Desconocemos si en el
país absurdo de las demandas volverá el
antagonista que se perfiló esta temporada o Sorkin anotará los
aciertos para recalcarlos en el futuro. Aciertos que han llegado con buenos
secundarios —Leona y Jane Fonda siempre aparte y por encima del resto aportando
aquí un «Todos ustedes son idiotas»— como los que han encarnado Marcia Gay
Harden y Constance Zimmer. Precisamente es esta último aquella que suelta la
pregunta a Will McAvoy que sirva de contrapunto y evolución a su monólogo del
piloto.
¿Te llamas a ti mismo republicano para poder asegurar la credibilidad cuando atacas al partido republicano?
No, me llamo a mí mismo republicano porque lo soy. Creo en las soluciones de mercado y creo en realidades con sentido común y en la necesidad de defendernos contra un mundo peligroso, y ya está. El problema es que ahora tengo que ser homófobo. Tengo que contar el número de veces que la gente va a la iglesia. Debo negar los hechos y pensar que la investigación científica es una estafa. Tengo que pensar que la gente pobre lo está pasando bien. Y tengo que tener un complejo de inferioridad tan grande que tema la educación y el intelecto en el siglo XXI. Pero más que nada, el mayor nuevo requisito en realidad, el único requisito es que tengo que odiar a los demócratas y tengo que odiar a Chris Christie por no escupir al Presidente cuando se bajó del Air Force One. El sistema de bipartidismo es crucial para toda la operación. Hay honor en ser la oposición leal. Y soy republicano por las mismas razones que tú. Así que espero que tu voz se escuche más fuerte en los próximos cuatro años.
Aquí, las reviews de esta temporada:
✎ (2x01) First Thing We Do, Let's Kill All the Lawyers: Comienza la segunda temporada de The Newsroom
Y, aquí, ¿un avance de la próxima tanda de capítulos? ¿Necesita reírse más la serie de sí misma y de sus detractores?
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