Serie de TV
“Vive cantando”
España
2013
Sinopsis (Página
Oficial):
La serie
está protagonizada por María Castro, Manuel Galiana, Gorka Otxoa,
Roko, José Luis García Pérez, Mariola Fuentes, Javier Cifrián, Víctor
Sevilla, Andrés Arenas, Sandra Blázquez, Ignacio Montes, Ana Mena, Daniel
Avilés, Alberto Jiménez y Esperanza Elipe, entre otros.
“Vive Cantando” es una serie protagonizada por Trini (María Castro), cantante de orquesta que lleva años recorriendo España de bolo en bolo. Una noticia inesperada le obliga a volver a La Gloria, su barrio de toda la vida, lleno de gente entrañable y sencilla que lucha por salir adelante.
Allí se reencontrará con su familia y con Juanjo (José Luis García Pérez), el que fue el amor de su vida y dueño de ‘La bamba’, un karaoke que vivió tiempos mucho mejores y que ahora, poco a poco, se irá convirtiendo en el centro neurálgico de la vida de los vecinos; el lugar donde desahogarán sus penas a base de compañía y mucha música.
La serie combina ilusión, sueños, emoción, humor y mucho optimismo.
“Vive Cantando” es una serie protagonizada por Trini (María Castro), cantante de orquesta que lleva años recorriendo España de bolo en bolo. Una noticia inesperada le obliga a volver a La Gloria, su barrio de toda la vida, lleno de gente entrañable y sencilla que lucha por salir adelante.
Allí se reencontrará con su familia y con Juanjo (José Luis García Pérez), el que fue el amor de su vida y dueño de ‘La bamba’, un karaoke que vivió tiempos mucho mejores y que ahora, poco a poco, se irá convirtiendo en el centro neurálgico de la vida de los vecinos; el lugar donde desahogarán sus penas a base de compañía y mucha música.
La serie combina ilusión, sueños, emoción, humor y mucho optimismo.
«¿Qué he
hecho yo para merecer esto?», «¿Por qué a mí?», «¡No, otra vez no!», no serán
frases que aparezcan en este post sobre “Vive
cantando”, nueva serie de Antena 3 con buenos datos de audiencia
que auguran una futurible presencia en la parrilla del prime time. Realmente
el objeto de este texto es servir de contrapunto al post que publicó la web
oficial de la serie titulado «Twitter se rinde a los pies de La Trini» en la
sección ‘Críticas de la serie’. Como formo parte de la fauna de twitter
me interesé inmediatamente por la selección de los 11 tweets que supuestamente daban una crítica positiva de la ficción que protagoniza María Castro: 2 eran de la actriz, 4 hablaban positivamente sobre el personaje
de la Trini y los otros 5 definían la serie como ‘espectacular’ o ‘buenísima’. De
esta manera tan precisa y fiable, los responsables de dicho artículo basado en
copiar y pegar los códigos de inserción de tweets
He visto los
dos primeros capítulos, dirigidos por Miguel
Albaladejo, y puedo confirmar mi teoría-catódico-patria. Actualmente, hay
dos tipos de series españolas: las que son una fruta-mielda y las que son una mielda.
Como toda regla pueden habitar más variaciones —en el cuidado de la hez, como
es este caso— que excepciones, porque la ficción que se hace en nuestro país
esta engangrenada por los males
habituales de la televisión que se ha decidido realizar como canon. También hay,
obviamente, dos tipos de público potencial: aquel que se va a morir (o
desvivir) por “Vive cantando” y aquel
que va morir —o prefiere el suicidio— a ver
“Vive cantando”. Y es que por mucha
presunción de diferencia nos encontramos ante lo mismo de siempre, algo que
todo seriéfilo con un mínimo de criterio se conoce al dedillo y se llevará las manos a la cabeza ante cualquier entresijo
dramático que discurre en la dramedia de Antena 3. Hemos visto estos personajes,
tramas y giros anteriormente, aunque no es su herida principal porque los guionistas han
tratado de esforzarse sobre la forma. Aquí, el defecto vuelve a ser el fondo
que define y estrecha la forma. Forma, de formato, un formato que funcionó hace
más de 20 años y ha sido calcado una y otra vez, a lo largo del tiempo hasta la
actualidad, y que el público ‘general’ —esos seres de inteligencia supina y
filólogos con titulación social que critican el inglés de Ana Botella y después son los mismos que afirman que no ven el cine
y la televisión subtitulada y en versión original o que al cine no se va para
pensar— acaban disfrutando. ¿No han conocido a personas que dicen que “Águila Roja” y “El internado” son las dos mejores series de la historia? Yo a
bastantes dentro de ese público anestesiado por ficciones que prostituyen los
formatos en nuestro país. Me imagino a las mentes pensantes en las cadenas
conspirando para hacer una comedia dramática de hora y media más otra media de
anuncios y así conseguir rellenar toda la franja del prime time. ¿¡40-50
minutos como marca el canon originario!? ¿Qué es eso en España? ¿Una tanda de
anuncios? Entre la desmesura luego llega la misma torpe idea de intentar captar
a todo tipo de share incluyendo
personajes de todas las edades: niños, adolescentes, veinteañeros, treintañeros,
matrimonios de cuarenta-cincuenta, tercera edad y, por supuesto, un bar como
punto de encuentro para hacer cercano el invento. En “Vive cantando”, añaden un karaoke pero esto no es “Tapas”
aunque se detecta la cobardía del reparto coral y de no avanzar en nada que
pueda herir la serie partiendo desde su audiencia. El mismo disco de siempre.
Otra vez.
Respeto a
ese público que afirma que el cine español es súper-cutre y ve después esos
replicantes cutres en la pequeña pantalla, como si de porno se tratara, y se
desvive por todos ellos. Ahora, respeten a todo aquel que vea esa proyección de
copias alargadas y prostituidas como la mayor de las abominaciones. “Vive cantando” no forma parte de las
peores ficciones pero, tal y como he indicado anteriormente, está amarrada a un
fondo que le da una forma que produce asco y nauseas. Entre que la Trini no
tiene ni para kleenex y se limpia los mocos con servilletas de bar cutre de
pueblo, como inicio dramático-residual, nos presentan el personaje de la choni
de gran corazón. La Trini vuelve con lo puesto (bragas mojadas y traje de
noche) a su barrio de toda la vida, donde el Rayo Vallecano marca las
distancias sociales y el conjunto parece una “Aida” con karaoke, sin gracia y con todos los trucos sensibleros
del manual ‘Cómo hacer llorar a una
maruja’ bien aprendidos. Cuando sueltan «No tengo el coño pa’ farolillos»
queda clara la evidencia y el guiño con sabor a hez.
Pero aquello
que no entiendo —y realmente me molesta— es ese extraño barrio. ¡Vaya imagen
del INEM, por ejemplo! ¿Qué piensan los funcionarios del uso de la violencia?
Luego están los policías, que permiten la venta ambulante y todo tipo de
delitos en su presencia. Y, después, aparece el personaje que interpreta Gorka Otxoa, posiblemente el peor y más
gañán vigilante de seguridad de la historia de la televisión. El cúmulo de
sinsentidos llega cuando la adolescente trabaja en negro con un cartel ‘Compro
Oro’, dejando la escuela… entre innumerables descripciones costumbristas que nos
acercan a un territorio… ¿extraterrestre? Tenemos bar cutre y campechano,
cotilla del barrio, china con un galán policía… pero escasos inmigrantes. ¿Es “Vive cantando” una serie racista? No
hay gente extranjera en la oficina del INEM de un barrio humilde y todo el
mundo se pregunta de nuevo: ¿dónde coño viven? Y, después, vemos que las copas
son a 6 pavos y están en una ciudad… y todo el mundo se pregunta: ¿dónde coño
viven? Y en el segundo capítulo siguen sucediendo cosas muy extrañas y el
universo se pregunta: ¿dónde coño viven? Yo no sé dónde coño viven o si los volverán
los oscuros farolillos con chichi o sin chichi, pero lo dejo aquí hasta que
revelen si la protagonista fue abducida por unos alienígenas junto a su
orquesta en las fiestas de un pueblo y todo se trata de una realidad virtual.
Espero que sea el cliffhanger para el cierre de la temporada… Sinceramente lo
espero porque sino… ¿¡DÓNDE COÑO VIVEN!?
Que la
protagonista asesine a Shakira en los primeros minutos o que el personaje que da vida Roko pueda ser la alienígena introducida en la realidad virtual, donde vive y llora la choni protagonista de gran-gran-gran corazón, tampoco salva al
engendro. “Vive cantando”, no
obstante, nos habla de la sutil diferencia entre tirar cohetes y tirar de la
cadena: las dos acciones hacen ruido pero mientras que en una huele a pólvora
en la otra sólo se huele mielda. Como
este estimable intento de serie. También quiere contar algo sobre segundas
oportunidades en un mundo en el que la gente ya no está para karaokes y efectivamente
la vida se ‘vive cantando’, cantando la mona… claro. Yo, por el contrario, vivo
sufriendo, sufriendo este nuevo clon y copia y presenciando cómo la población, inteligente, culta y filóloga, es abducida nuevamente por más de lo mismo. En definitiva y en resumen, la nueva HOBRA MAESTRA de la televisión.
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