Serie de TV
“Sleepy Hollow”
EEUU
2013
Sinopsis (Página
Oficial):
Bienvenido a “Sleepy Hollow”, el emocionante nuevo
drama de misterio y aventura de los productores ejecutivos y co-creadores Alex Kurtzman y Roberto Orci (las franquicias de “Star Trek” y “Transformers”,
“Fringe”).
En este vuelco
moderno al clásico de Washington Irving, Ichabod Crane (Tom Mison, “La pesca del salmón en Yemen”) es resucitado y sacado dos siglos y medio de su tiempo
para desentrañar un misterio que data y nos remite a los padres fundadores.
Resucitado junto a Ichabod también es el tristemente célebre jinete sin cabeza quien
realiza un ataque violento en la actual Sleepy Hollow. Ichabod se da cuenta
rápidamente de que parar al jinete sin cabeza es sólo el comienzo, ya que el primer
jinete resucitado no es más que el primero de los cuatro jinetes del
Apocalipsis y sólo uno de los muchos enemigos formidables a los que Ichabod
debe enfrentar, junto con la teniente Abbie Mills (Nicole Beharie, “42”, “The
Good Wife”, “Shame”), para proteger no sólo a Sleepy Hollow, sino al mundo.
“Sleepy
Hollow” no tiene nada que ver con ese bodrio televisivo
que sufrimos en la midseadon de 2013
llamado “Zero Hour” pero da cierta
impresión de que los responsables de la nueva serie de FOX han aprendido de los
errores de la ficción que rápidamente fulminó ABC y quieren apropiarse
de los aciertos de “Grimm”. Conjugar
el misticismo y la leyenda del jinete sin cabeza de Washington Irving y el pueblo
de Sleepy Hollow con el Libro de Apocalipsis y modernizar todo el pastiche
resulta peliagudo y su argumento tan rocambolesco que, efectivamente, todo
puede ser tomado como un asunto de locos. La serie parece ser consciente de tal
condición y cuando Ichabod Crane —¿una revisión de Connor MacLeod?— recorre 250 años para despertarse en nuestro
tiempo presente lo primero que quieren hacer con el supuesto y pretendido héroe
es ponerle es una camisa de fuerza. Los guionistas han trabajado los detalles
(y pasado) de la teniente Abbie Mills para que las piezas encajen rápidamente
en una buddy series al uso y disfrute
paranormal con el diablo metiendo cizaña como archienemigo completo y total y
un jinete sin cabeza que busca precisamente su extremidad mientras entona —a
golpe de armas automáticas, cinturones de balas y hachas incandescentes— ser el
primo-hermano de ‘El motorista fantasma’. Con semejante premisa argumental
muchos podrían gritar y no obviamente del terror aunque “Sleepy Hollow” tiene la suficiente buena factura y dosis de
suspense para conjugarse como entretenimiento otoñal de muchos televidentes.
Creo que el piloto, dirigido
por Len Wiseman, funciona bastante
bien a todos los niveles, pese a tratar a público como un auténtico idiota —no
faltan las sobre-explicaciones y un montaje para niños de parvulario y que
nadie se pierda con los personajes y sus saltos temporales en esos flashbacks
que se auguran como marca de la serie— y lidiar con toneladas y millones (unos
666, para ser satánicamente exactos) de clichés y lugares comunes. La ficción
que han ideado Alex Kurtzman y Roberto Orci incluye magia, misterio
y, por supuesto, terror en ese diablo que, visto lo visto, podría haber hecho
el sucio y pesado trabajo de destruir el mundo tal y como lo conocemos él
solito… sin necesidad de la muerte reencarnada en un jinete (de la Apocalipsis)
que aprende rápidamente el eficiente uso de las ametralladoras y escopetas como
si de un pupilo de ‘Terminator’ se tratara. Lo mismo en el próximo capítulo
roba un tanque… Me gusta la idea, eso sí, de sacrificar en el piloto a un actor
conocido y que éste sea el sheriff, aunque… ¿no lo hemos visto recientemente ya
en “La cúpula” con Jeff Fahey y, ahora, con Clancy Brown? Sea como fuera, la
ficción se permite una estrella invitada como John Cho para dar hondura al suspense que yace en la serie. Vamos a
tener a una secta de satánicos adoradores del Diablo (y al servicio del mismo)
completamente ocultos y conspirando contra los personajes principales. También
a la pareja de Ichabod Crane atrapada en un plano dimensional para añadir el
complemento informativo y cierta pechonalidad
gótica siempre necesaria en este tipo de series.
No sé si el invento
acabará en “Embrujadas” o en la
nueva “Misterio para tres” en su
vertiente policial pero, de momento, “Sleepy
Hollow” quiere hacer los deberes sometiéndose a los márgenes del
entretenimiento con calidad alejándose del procedimental (presumiblemente de
manera temporal) y poniendo su piedra dentro de esa gran roca que está formando
el género sobrenatural en la pequeña pantalla. Mientras que los muertos
vivientes, los hombres lobo, los vampiros, los personajes más oscuros del
imaginario de los cuentos e incluso los fantasmas dominan la parrilla
televisiva, “Sleepy Hollow” añade un
complemente mitológico sobre el mal que “Zero Hour” no supo entender ni perfilar correctamente. Posiblemente el mérito
del piloto sea su agilidad para contarnos una locura y dejase suficiente misterio
y respuestas en la recámara para ir dosificándolo a medida que avance la serie
y mantener el suspense en la audiencia. ¿Nos tragamos este cuento de locos o la
eliminación de obstáculos para que Ichabod Crane y Abbie Mills trabajen
rápidamente juntos es realmente el elemento fantástico y sobrenatural? De
acuerdo, no nos encontramos ante una serie dramática con capacidad de marcar
distancias sino a ante un entretenimiento funcional que rellenará los huecos de
una audiencia ansiosa y expectante de los misterios del inframundo… aunque aquí
me planteo la difícil agenda de muchos televidentes tendiendo que lidiar con
esta protuberante población sobrenatural, fantástica y televisiva. Mantener esa agenda repleta al día sí que (me) da miedo… y no las siguientes instantáneas demoníacas que nos ha dejado el capítulo.
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