Serie de TV
“Dads”
EEUU
2013
Sinopsis (Página
Oficial):
De Seth MacFarlane, Alec Sulkin y Wellesley
Wild, las mente creativas detrás de la escandalosa y más taquillera comedia
del año pasado, “Ted”, y que
sacudieron los televisores de todo el mundo con la serie animada “Padre de familia”, llega “Dads”, que explora el terreno con frecuencia traicionero del panorama
entre padres e hijos. La sitcom, grabada en multicámara, sigue a dos exitosos
chicos con éxito —y mejores amigos de la infancia— ahora a sus 30 años de edad,
cuya vida relativamente estable queda patas arriba cuando sus inoportunos padres
y su habitual quebradero de cabeza se van a vivir con ellos.
Eli (interpretado por
el ganador del premio Emmy, Seth Green;
“Family Guy”, “Robot Chicken”) y
Warner (el nominado al Emmy Giovanni
Ribisi, “My Name is Earl”, “Ted”,
“Avatar”), son sus respectivos mejores
amigos de toda la vida y co-fundadores de Ghost Child Games, una compañía de
videojuegos de éxito. Warner, casado y con dos hijos, es un manojo de nervios,
ya que trata de equilibrar su carrera con su vida familiar. A él y Eli se les
ocurrió la idea de la compañía de videojuegos mientras se narcotizaban en la universidad y Eli ha seguido siendo un vividor
irresponsable desde entonces. Aunque Warner y Eli se encuentran en lugares muy distintos
en sus vidas, su amistad les acerca tanto el uno al otro que a menudo su
relación se parece más a un matrimonio. Y esa relación se complicará ahora más
si cabe ya que sus padres invaden sus casas… y vidas.
De momento,
considerada como el peor estreno otoñal por la crítica e incluso me atrevería a
confirmar por el público y cualquier seriéfilo con un mínimo de criterio, llega
“Dads” como mucha lúbrica y nombres
propios — MacFarlane, Green, Ribisi— y con uno de los
libretos menos divertidos de los últimos años. La amistad de dos personajes
antagónicos que comparten una animadversión por unos padres que van a acoplarse
en sus vidas, pudiera tener ciertas orientaciones cómicas. Otra cuestión y
enfoque es ver algo tan anacrónico y pésimamente plasmado. Tenemos dos padres y
dos hijos. El primero despilfarró la fortuna familiar y el segundo se divorció y
salió del país cuando dejando a su hijo, del que pidió hacerse pruebas de
paternidad por ser pelirrojo, completamente abandonado con cinco años. Los viejos ahora han perdido sus hogares y
tratan de recuperar el tiempo perdido con unos hijos que les detestan. Únicamente
creo que funciona que Warner (Giovanni
Ribisi) vea a su padre como un Golden Retriever y sea incapaz de
reprocharle sus épicas meteduras de pata.
Referencias mal metidas
como la de “Los intocables” o pretendidas
gracias políticamente incorrectas como la lucha por los derechos de Santa Claus
Negro o la secuela del videojuego ‘Matar
a Hitler’ no funcionan en absoluto y otros elementos, como la foto del
protagonista de “Máscara”, no están
correctamente enfocados. Todo es un desastre en un piloto que recurre a clichés
facilones-sexuales del tipo o colegiala asiática sexys o micro-penes para hacer
gracias con las que esas risas enlatadas nos acribillan a la vergüenza ajena.
El anacronismo se dispara, además, con el formato de sitcom clásica rodada en
estudio con multicámara y un público al que tuvieron que sobornar soberanamente
para conseguir que se riera durante la filmación del piloto. No es que el humor
sexual o racial no funcione de la mano de MacFarlane
porque es un maestro en la utilización del mismo en “Padre de familia” e incluso en “Ted”. Otra cuestión es que encaje en los moldes familiares que
plantea e incite a actos reincidentes sobre arquetipos raciales del tipo
criadas latinas o asiáticas sacadas de un hentai para cerrar tratos millonarios
con japonenses salidorros. La utilización es tan simplista e incluso ofensiva que insulta más
por su falta de eficacia que por el material escasamente púdico que está
empleado.
No faltan eructos,
besos en la boca entre hombres, carnes flácidas nudistas y copiosos elementos políticamente
incorrectos —sumados a los bochornos arquetipos raciales— que contrariamente a
aquello que plantean dan la sensación de estar completamente pasados de moda.
La crítica americana ha visto los siguientes capítulos y comentan que, después
de la pésima recepción del piloto, los productores buscaron la antipatía como
remedio disfuncional y señoras persiguiendo a sus maridos con rodillos de
amasar… La carencia de originalidad ofende más que el propio esquema de
rellenar tramas simplistas y requetevistas con innumerables elementos
políticamente incorrectos y completamente predecibles para la audiencia.
Realmente “Dads” es un drama: una
sitcom de nula inteligencia, calculadamente tan ofensiva como estúpida, con una
abismal falta de humor, unos guiones dignos de cadena perpetua y la fatalidad
de querer volver a la televisión como Peter
Riegert y Martin Mull para hacer reír a la gente y encontrarse que estás haciendo
un tragedia… porque esta sitcom es todo un desastre.
Actores los hay a montones en EE.UU.
ResponderEliminarLos guionistas son los que dan brillo a una serie.
Gracias