miércoles, 25 de septiembre de 2013

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Hostages: Secuestrados por el delirio

Serie de TV
Hostages”
EEUU
2013

Sinopsis (Página Oficial):

“Hostages”, del productor ejecutivo Jerry Bruckheimer y la estrella ganadora del premio Emmy Toni Collette y el ganador del Globo de Oro Dylan McDermott, es un drama de suspense de alto voltaje. La Dra. Ellen Sanders, una cirujana de primer nivel es empujada a una escalofriante conspiración política cuando su familia es tomada como rehén por el astuto Agente del FBI Duncan Carlisle. Ellen y su familia están cautivos en su casa por Carlisle, un hombre desesperado por hacer las cosas mal aunque por razones correctas, que le ordena asesinar al presidente cuando va a operarle. Sus cómplices altamente calificados incluyen su cuñado Kramer, cuya lealtad a Carlisle se pondrá a prueba, el irascible e intimidante Archer, un ex militar con una lengua afilada, y la única mujer implicada, Sandrine, un misterioso reemplazo de última hora para el equipo. Con la vida de su familia en peligro, Ellen se enfrenta a un dilema moral incomprensible, con el fin de salvar a su despótico marido Brian, su hija Morgan que esconde un secreto y su no tan inocente hijo Jake. En este enfrentamiento de alto riesgo entre Ellen y Carlisle, lleno de tremendas consecuencias personales y nacionales, las decisiones entre el bien y el mal se vuelven aún más borrosas.

Crítica Bastarda:

Algunos ya han visto el potencial de guilty pleasure de “Scandal” en el piloto de “Hostages”, enésima serie que veremos desfilar por nuestros televisores con la nueva etiqueta de «Basada en un drama israelí» impuesta tras el éxito de Homeland”. En la ficción de Jerry Bruckheimer existe una conspiración política, mucha emoción y personajes que facilitan que las muecas de los intérpretes tengan vía libre para tomar el ancho y alto de la pantalla. Pero la nueva serie de CBS, que no pudo imponerse en su combate frente al estreno de “The Blacklist” en la NBC, está secuestrada por el delirio y el ridículo como funcional tomadura de pelo y nueva complicidad con el gran público. La presentación del personaje de Dylan McDermott, por ejemplo, no desentonaría en absoluto en la trilogía de “Agárralo como puedas” y precisamente se establece un guiño metaficcional cuando regaña a uno de los miembros del equipo por ‘simpatizar’ con uno de los integrantes de la familia secuestrada. «Deben tenernos miedo. Es la única manera de controlarlos». Bien, “Hostages” triunfa cuando el descontrol se apodera de la historia y el público pierde el respeto a ese puñado de páginas de guión escritas bajo los efectos de cuantiosas drogas que presumiblemente debería aterrarle y mantenerle aferrado en su butaca.


Si el argumento y premisa de “Hostages” es la de un telefilm barato y cutre de sobremesa para que las marujas se pregunten dónde compra el maquillaje Toni Collette y se exciten viendo a Dylan McDermott, Bruckheimer —ya sea por el material original o porque el guión dictamina que debe existir algo que permita la posibilidad de una serial— se reserva un giro final para que tengamos, de momento, una temporada. Considero inteligente que el equipo haya espiado a esa familia y cada miembro se ‘empareje’ con un personaje que compone la misma, teniendo que ‘ayudarles’ y ‘respaldarles’ cual ángeles oscuros de la guarda es las tróspidas elecciones vitales que tendrá que realizar durante el encierro común. El plan inicial es que la Dra. Ellen Sanders liquidara al mismísimo Presidente de los EEUU durante la intervención que tenía que realizarle, pero Toni Collette no es de las que se rinde fácilmente y va a provocar una revisión más cómica si cabe de ‘Gran Hermano’ entre secuestradores y secuestrados. No se detecta ningún tipo de audacia e inteligencia en el libreto sino su decadencia hacia lo efectista y de eficaz funcionalidad. Así, olvídense de ver una nueva Homeland entre tanto desfase y sobre-interpretación sino un show repleto de giros tan previsiblemente estúpidos que harán las delicias de un sector del público que ansía emociones bastardas entre secretos familiares de manual desde infidelidades, drogas y embarazos no deseados. Y ahí se haya la gracia del invento, los secuestradores serán los cómplices del silencio ante esa villana que aparentemente es la heroína de la historia: Toni Collette.


Creo que el piloto queda definido en ese plano —después de un suspense descafeinado que hace parecer que ha cumplido la misión de liquidar al presidente para salvar la vida de su familiar— en el Toni Collette atiende a los medios después de provocar una ‘prórroga’ en la intervención quirúrgica de la persona a la que debe asesinar para lanzar un recadito a los captores de su familia. El momento es tan vergonzosamente delirante que precisamente funciona pese a haber padecido semejante premisa médica en cuantiosas ocasiones. Porque “Hostages” funciona sobre el ridículo generando un tono burlesco que desconocemos si es involuntario o premeditado. Por ejemplo, el personaje de McDermott tiene una hija tróspida y a una mujer en coma en el mismo hospital donde trabaja la Dra. Ellen Sanders, obedeciendo a una conspiración que podría situar a ambos personajes como rehenes de un mal común y mayor como giro planeado en el recorrido de la serie. No paran de repetir que «han pensado en todo» pero ese cúmulo de emociones impulsivas y personajes vulnerables tan rutinarios y suculentos dentro de estereotipos, pudiera provocar una degeneración voluntaria entre una insostenible premisa. El thriller que quiere generar es tan ridículamente fascinante y estúpido que provocará que también los espectadores queden raptados por un nuevo secuestrador con el nombre de «RISA». Toni Collette, por favor, mátanos a risotadas rápido, que tenemos prisa. Desconozco el motivo por el que CBS no ha anunciado la serie como una de sus nuevas comedias porque es la más efectiva de todas ellas.

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