Serie de TV
“Hostages”
EEUU
2013
Sinopsis (Página
Oficial):
“Hostages”,
del productor ejecutivo Jerry
Bruckheimer y la estrella ganadora del premio Emmy Toni Collette y el ganador del Globo de Oro Dylan McDermott, es un drama de suspense de alto voltaje. La Dra.
Ellen Sanders, una cirujana de primer nivel es empujada a una escalofriante conspiración
política cuando su familia es tomada como rehén por el astuto Agente del FBI Duncan
Carlisle. Ellen y su familia están cautivos en su casa por Carlisle, un hombre
desesperado por hacer las cosas mal aunque por razones correctas, que le ordena
asesinar al presidente cuando va a operarle. Sus cómplices altamente
calificados incluyen su cuñado Kramer, cuya lealtad a Carlisle se pondrá a
prueba, el irascible e intimidante Archer, un ex militar con una lengua
afilada, y la única mujer implicada, Sandrine, un misterioso reemplazo de
última hora para el equipo. Con la vida de su familia en peligro, Ellen se
enfrenta a un dilema moral incomprensible, con el fin de salvar a su despótico
marido Brian, su hija Morgan que esconde un secreto y su no tan inocente hijo Jake. En este
enfrentamiento de alto riesgo entre Ellen y Carlisle, lleno de tremendas
consecuencias personales y nacionales, las decisiones entre el bien y el mal se
vuelven aún más borrosas.
Algunos ya han visto
el potencial de guilty pleasure de “Scandal” en el piloto de “Hostages”, enésima serie que veremos
desfilar por nuestros televisores con la nueva etiqueta de «Basada en un drama israelí»
impuesta tras el éxito de “Homeland”.
En la ficción de Jerry Bruckheimer existe
una conspiración política, mucha emoción y personajes que facilitan que las
muecas de los intérpretes tengan vía libre para tomar el ancho y alto de la
pantalla. Pero la nueva serie de CBS, que no pudo imponerse en su combate
frente al estreno de “The Blacklist”
en la NBC, está secuestrada por el delirio y el ridículo como
funcional tomadura de pelo y nueva complicidad con el gran público. La
presentación del personaje de Dylan
McDermott, por ejemplo, no desentonaría en absoluto en la trilogía de “Agárralo como puedas” y precisamente
se establece un guiño metaficcional cuando regaña a uno de los miembros del
equipo por ‘simpatizar’ con uno de los integrantes de la familia secuestrada. «Deben
tenernos miedo. Es la única manera de controlarlos». Bien, “Hostages” triunfa cuando el descontrol se apodera de la historia y
el público pierde el respeto a ese puñado de páginas de guión escritas bajo los efectos de cuantiosas drogas que presumiblemente debería
aterrarle y mantenerle aferrado en su butaca.
Si el argumento y
premisa de “Hostages” es la de un
telefilm barato y cutre de sobremesa para que las marujas se pregunten dónde compra el maquillaje Toni Collette y se exciten viendo a Dylan McDermott, Bruckheimer —ya sea
por el material original o porque el guión dictamina que debe existir algo que
permita la posibilidad de una serial— se reserva un giro final para que
tengamos, de momento, una temporada. Considero inteligente que el equipo haya espiado
a esa familia y cada miembro se ‘empareje’ con un personaje que compone la
misma, teniendo que ‘ayudarles’ y ‘respaldarles’ cual ángeles oscuros de la
guarda es las tróspidas elecciones vitales que tendrá que realizar durante el
encierro común. El plan inicial es que la Dra. Ellen Sanders liquidara al
mismísimo Presidente de los EEUU durante la intervención que tenía que
realizarle, pero Toni Collette no es
de las que se rinde fácilmente y va a provocar una revisión más cómica si cabe
de ‘Gran Hermano’ entre secuestradores y secuestrados. No se detecta ningún
tipo de audacia e inteligencia en el libreto sino su decadencia hacia lo
efectista y de eficaz funcionalidad. Así, olvídense de ver una nueva “Homeland” entre tanto desfase y sobre-interpretación
sino un show repleto de giros tan previsiblemente estúpidos que harán las
delicias de un sector del público que ansía emociones bastardas entre secretos familiares
de manual desde infidelidades, drogas y embarazos no deseados. Y ahí se haya
la gracia del invento, los secuestradores serán los cómplices del silencio ante
esa villana que aparentemente es la heroína de la historia: Toni Collette.
Creo que el piloto
queda definido en ese plano —después de un suspense descafeinado que hace
parecer que ha cumplido la misión de liquidar al presidente para salvar la vida
de su familiar— en el Toni Collette atiende
a los medios después de provocar una ‘prórroga’ en la intervención quirúrgica
de la persona a la que debe asesinar para lanzar un recadito a los captores de
su familia. El momento es tan vergonzosamente delirante que precisamente
funciona pese a haber padecido semejante premisa médica en cuantiosas
ocasiones. Porque “Hostages”
funciona sobre el ridículo generando un tono burlesco que desconocemos si es
involuntario o premeditado. Por ejemplo, el personaje de McDermott tiene una hija tróspida y a una mujer en coma en el mismo
hospital donde trabaja la Dra. Ellen
Sanders, obedeciendo a una conspiración que podría situar a ambos personajes
como rehenes de un mal común y mayor como giro planeado en el recorrido de la
serie. No paran de repetir que «han pensado en todo» pero ese cúmulo de
emociones impulsivas y personajes vulnerables tan rutinarios y suculentos dentro
de estereotipos, pudiera provocar una degeneración voluntaria entre una insostenible premisa. El thriller
que quiere generar es tan ridículamente fascinante y estúpido que provocará que
también los espectadores queden raptados por un nuevo secuestrador con el
nombre de «RISA». Toni Collette, por
favor, mátanos a risotadas rápido, que tenemos prisa. Desconozco el motivo por el que CBS no ha anunciado la serie como una de sus nuevas comedias porque es la más efectiva de todas ellas.
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