La segunda temporada
de “The Newsroom” sigue consolidándose dentro de la HBO y nuestros televisores con la llegada de su cuarto capítulo. “Unintended Consequences” puede formar parte de esas consecuencias no deseadas para el propio Aaron Sorkin, que también pasan y pasaron por enfrentarse a una gran parte de la crítica norteamericana
por sus decisiones dramáticas y narrativas, o tal vez intentar dar coherencia a
movimientos como Occupy Wall Street desde la crítica para engrandecer el
resultado. La ficción periodística ha dejado claro que ha convencido más al
público que a los propios periodistas que dieron la crónica de esas noticias
que aparecerán a lo largo de la temporada. La realidad informativa va a ser
desnudada por unos personajes cuyos dramas muchas veces contrastan con su
propia visión de la noticia, dejando claro su carácter de ficción. Así, el
componente personal sobre el
aniversario de los atentados del 11 de septiembre, el seguimiento de la
carrera política previa a la elección
de presidente de los EEUU en 2012 o incluso retratar genocidios en África van a ser ubicados gracias a los componentes
internos y dramáticos de los protagonistas, ojos y voz de la noticia. Es momento
de repasar “Unintended Consequences”.
El discurso de esta
temporada va orientado a la posibilidad de una crítica sobre las fuerzas armadas
dentro de los medios estadounidenses en medio de guerras y acciones militares a
lo largo y ancho del planeta. News
Night puede equivocarse y ser víctima de su idealismo pese al enfrentamiento
interno para dotar de veracidad a sus noticias. Sorkin parece decirnos que si
estos tipos, completamente ficticios y enaltecidos profesionalmente, se pueden
equivocar… por extensión cualquier medio manipulado política o económicamente
hablado nunca podrá ser auténtico. En este capítulo, además, deberíamos empezar
a ver parte de esos posibles errores que Sorkin indica haber cometido y
cuyas imprecisiones provocaron el parón de la filmación de la serie y la
eliminación final de uno de los diez capítulos. Un juego difícil y en el que la
estructura narrativa utilizada, con ese gran flashback con insertos del proceso
legal encabezado por Rebecca Halliday (Marcia Gay Harden), vela parte de
la reescritura de los libretos.
“Unintended
Consequences” va a situarnos en el debate sobre el movimiento Occupy Wall Street con una voz y
rostro por parte de Shelly Wexler, que también resulta ser relevante para la investigación
de la operación encubierta Genoa trayendo por la calle de la amargura al resto de periodistas y el estómago de Neal. Los derechos económicos, sociales y la
justicia serán puestos a prueba por carecer de líderes el movimiento y luchar
frente al sistema capitalista sin planteamientos políticos sólidos. Por otro
lado, tendremos la dificultad de la prensa para mostrar noticias en las que
pronunciar palabras que dan sentido a las mismas pudieran ser ofensivas en sí.
El ejemplo lo pone el nombre un rancho arrendado por la familia de Rick Perry, candidato
a la nominación presidencial republicana, desde 1980 cuyo nombre era Niggerhead.
Pero parte de las pistas sobre la muerte electoral de Perry nos son reveladas en
un diálogo de la portavoz de prensa de Rommey llamada Taylor referirse a su
bajo intelecto.
Mucho se ha ¿especulado? sobre la tragedia que tuvo que vivir Maggie
Jordan en África y por fin vamos a presenciar la historia que provocó su corte de pelo y desestabilización.
Ella y Gary Cooper vuelan a Uganda a cubrir una historia repleta de clichés y
peligros con orfanato, niños y ladrones de ganado. Un niño tímido adorable que
ha establecido lazos emocionales con Maggie, después de leerle ‘Lyle, Lyle,
Crocodile’ unas 8.568.431 millones de veces, será colocado en la chepa de la
rubia y evitará con sus pueriles carnes el disparo que iba dirigido a la
periodista norteamericana. ¿Es África la espalda del capitalismo o la vida civilizada
y cuya sangre garantiza nuestro bienestar? ¿Son las cámaras de los medios ‘blancos’
las nuevas armas homicidas contra los niños africanos? No sé, el mundo es plano
y “The Newsroom” ha
optado por la vía simplista del asunto
para contar un hecho complicado. Tampoco es que tuviera posibilidad con cinco secuencias dentro de un capítulo... Como no paran de repetirnos Rebecca Halliday, «¿Y
ya está?». Obviamente interesa la salud mental de Maggie porque entrevistó al
general Jerry Stanislaus Stomtonovich por el asunto de Genoa y porque Jim
también será sacudido por ser ‘un buen caballero idealista’ dentro de la
campaña de Rommey, provocando que Mac haga volver a su brazo derecho por el
chivatazo de la propia Taylor sobre su ‘regalo’ de los 30 minutos con el
candidato. ¿Salir de Málaga y meterse en Malagón? ¿Se nos acabó la dosis
interpretativa de la hija de Meryl
Streep haciendo sus nuevos pinitos televisivos? ¿La ficharán en News Night? ¿Volverá a besar a Jim? ¿Y Maggie se volverá a cortar el pelo si tal traumático suceso ocurre delante de sus narices? No sé si la serie
necesitaba un corte de pelo, sumergirse en ciertos clichés o auto-potenciarse
con ese encuentro final (y disculpa) de
Will a Shelly asistiendo a una de sus
clases en la universidad. La cuestión ya está plantada y puede que Rebecca
Halliday no sea la única persona a la que le dé un ataque de nervios sino a aquellos que descubrimos que el trabajo que hacía Jim estaba pagado con vales para comida.
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