“Standing Ovation”
Director: Stewart
Raffill
EEUU
2010
Sinopsis (Página Oficial):
Cinco amigas de
secundaria forman un grupo musical llamado ‘Las 5 Ovaciones’ para competir en
un concurso nacional de vídeos de música por un premio de un millón de dólares.
Con los fondos y recursos limitados, estos niños inteligentes de la calle
usaran su ingenio, valor y pasión para crear canciones espectaculares y números
de baile que compiten con sus rivales Las Wiggies, cinco hermanas ricas,
talentosas y sin escrúpulos que junto con sus padres, no pararan ante nada ni
nadie para ganar la competición. Contiene 20 canciones originales, 5 melodías clásicas y 14 números de baile
espectaculares que cuentan con más de 100 talentosos bailarines. ¡“Standing Ovation” es el mayor musical infantil
del año!
Gracias a “Standing Ovation” muchos hemos
descubierto cómo realizan la castración química a muchos sucios e indeseables
pederastas. La visión de esta película provoca la eliminación de cualquier
deseo sexual sobre cualquier pre/post/adolescente y una mezcla de terror, asco
y vergüenza ajena cada vez que una púber agarra un micro y contonea su cuerpo
delante de copiosos y desconocidos hombres. Sí, en esta película visten a estas
crías como ‘frutas’… con esos pelucones, maquillaje y tacones. Con esas pintas
con olor a polígono y a Bershka, a FAIL errante y a descarte que ya ni se lleva
en Marte, tenemos una incitación al deseo… de asesinar a todo aquella persona
que ha colaborado en la confección de este pedazo BODRIO. El director de “Crocs, mandíbulas asesinas” ha
perpetrado un cruce de “High School
Musical”, “Hairspray” (2007), la
saga ‘Step Up’ y “Glee” con tufo low-cost y vergonzoso
chroma-key.
Las
coreografías y las cacareadas 20 canciones originales son tan mediocres como el
peor playblack de la galaxia cinematográfica musical y todo se reduce a tener
suerte y marcar un triple 7 en una tragaperras y conseguir una manager con todo
tipo de escorpiones y anguilas eléctricas en el bolso. Están las ricas que
quieren la fama cantando menos que un grillo y luego las pobres que van como homeless con retazos de rastrillo mendingando
una oportunidad en la vida. Que la vida no es justa es algo evidente pero
películas como “Standing Ovation”
provocan que ese basurero de concursos de talentos y futuras Spice Girls en choni mode on, propulsen
una lluvia de vómitos y castraciones al otro lado de la pantalla.
Las
protagonistas siempre tienen problemas con el coche y no se dan cuenta de que
aquello que no les funciona es el cerebro mientras los instantes tróspidos se
multiplican, como ese bolso de Doraemon y tufo a videoclip del Disney Channel. El
catálogo de clichés, copiados y robados son tan brutales que su vertiente kitsch
—con esas sobreactuaciones, diálogos que provocan vergüenza ajena o la pésima
dirección— ayuda a convertir en comedia el drama y el drama en comedia. Para
aquellos afortunados que hemos visto “Razzle
Dazzle: A Journey Into Dance” (2007), “Standing
Ovation” nos parecerá un intento tróspido e involuntariamente espeluznante
y estrellado. Esperemos, no obstante, que la labor humanitaria y correctiva
para que esos criminales violadores de niños queden eunucos a perpetuidad
convierta a la película en una futurible película de culto en las prisiones de
todo el mundo. Imprescindible, además, en el manual del buen torturador gracias
a figurar entre las Peores Películas del 2010. Sí, todo un cante interruptus para hacer el mal o el bien según se mire, claro.
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