sábado, 3 de agosto de 2013

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Wilfred (3x08) Perspective: Perspectiva

Lo extraño que me resultaba conducir por calles que tan bien conocía. ¡Qué diferente perspectiva!
Suzanne Vega

En su primera temporada nos dieron los 13 siguientes pasos:

Primer episodio, “Happiness”, felicidad, segundo “Trust”, confianza, tercero “Fear”, temor, cuarto “Acceptance”, aceptación, quinto “Respect”, respeto, sexto “Conscience”, conciencia, séptimo “Pride”, orgullo, octavo “Anger”, ira, noveno “Compassion”, compasión, décimo “Isolation”, aislamiento, undécimo “Doubt”, duda, duodécimo “Sacrifice”, sacrificio y decimotercero y último “Identity”, identidad.

En su segunda temporada nos dieron otros nuevos

Primer episodio “Progress”, progreso, segundo “Letting Go”, dejarlo estar, tercero “Dignity”, dignidad, cuarto “Guilt”, culpa, quinto “Now”, ahora, sexto “Crontol”, control, séptimo “Avoidance”, evasión, octavo “Truth”, verdad, noveno “Service”, servicio, décimo “Honesty”, honestidad, undécimo “Questions”, preguntas, duodécimo “Resentment”, resentimiento y decimotercero y último “Secrets”, secretos.

Y, ahora, en su tercera temporada:

Primer episodio “Uncertainty”, incertidumbre, segundo “Comfort”, confort, tercero “Suspicion”, sospecha, cuarto “Sincerity”, sinceridad, quinto “Shame”, vergüenza, sexto “Delusion”, engaño, séptimo “Intuition”, intuición y octavo “Perspective”, perspectiva.

Con la presentación del padre de Ryan en la forma carnal de James Remar y una crisis nerviosa para marcar esta temporada, volvemos a esa “Wilfred” como comedia psicológica que tan bien explotó la primera entrega. No sé si podremos confiar siempre en Wilfred o dependerá de la perspectiva ser comprensivo con una serie inusual que quiere crecer y seguir ladrando en nuestros televisores. Que Ryan se iba a enfrentar con la terapia era algo previsible pero que iba a protagonizar una versión onírica a lo Charlie Kaufman para revivir sus recuerdos más dolorosos solamente puede ser concebido en esta ficción. Lance Reddick interpreta al Dr. Blum que suelta un socorrido «Sabe, los perros pueden ser muy terapéuticos»… Claro, ¡lo hemos visto ya en los 33 capítulos anteriores!


Pese a que “Perspective” no es un episodio redondo acierta de lleno en la introspección psicológica para superar el trauma con su padre. Podríamos pensar que Wilfred iba a manipular nuevamente a Ryan con su incursión en terapia para que acabara con una camisa de fuerza reconociendo que interactúa y habla con el chucho de su vecina, pero el perro es el mejor amigo del hombre. Vamos a tener dosis de drama con una regresión servida gracias a unas sesiones de EMDR (desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares) y un clon de Wilfred (sus recuerdos del perro de su infancia llamado Zapatillas) creado por la mente de Ryan para eludir el trauma que tiene delante de sus ojos. Ryan nunca pudo perdonar a su padre que cuando tuviera 10 años e internara a su madre en un psiquiátrico, les llevara a su oficina porque tenía que trabajar y se comportara como si fuera un día normal… e incluso gritara a su secretaria por un informe que para Ryan parecía más importante que su propia madre. Todo trata de perspectiva y volver al momento… pero da la impresión que Wilfred es una distracción para evadirse de sus problemas reales.


De esta manera vamos a dar vueltas a ciertos asuntos como el dibujo en el que aparecía Wilfred y en si Ryan puede o no confiar en su amigo can. Ryan se dará cuenta de que Wilfred nunca destruyó el dibujo y que su padre también tenía sentimientos y no se quiso desmoronar delante de sus hijos. Eso sí, su subconsciente le juega una mala pasada soltando en su ‘disco rayado’ que «La bestia con cuatro cabezas le hizo una felación a Matt Damon una noche, cada cabeza haciendo una tarea específica y oral», que nos deja claro que tanto el protagonista como la serie tienen un tornillo engrasado y a punto de caer. Que Ryan convierta su socorrido sofá de su sótano mental en su nuevo diván o que se hagan chistes con su estatura es interesante así como el inminente reencuentro de un padre y un hijo, pero “Wilfred” siempre ha sugerido nuevas preguntas en vez de dar respuestas a las elementales: ¿podría ser Wilfred un alienígena o un perro que viajó del fututo? La mente siempre juega malas pasadas pero este perro no nos para de decir que confíenos en él ciegamente, pese a poder resultar todo un invento postizo para distraernos. Aprovechémonos del momento, pues.

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