“Spring Breakers”
EEUU
Director: Harmony
Korine
2012
Sinopsis (Página Oficial):
Cuatro
estudiantes planean reunir dinero para el viaje de vacaciones de primavera
atracando un puesto de comida rápida. Pero eso es solo el principio. Durante
una noche de fiesta, las chicas son arrestadas con cargos por drogas. Con
resaca y vestidas solo con sus bikinis, comparecen ante un juez, pero son
liberadas inesperadamente por Alien (James
Franco), un infame matón local que las toma bajo su ala y las lleva a las
vacaciones más salvaje de la historia. Duro por fuera, pero con un lado amable,
Alien se gana el corazón de las chicas, y las llevará en un viaje que nunca
olvidarán.
Lo único que
se necesita para hacer una película es una chica y una pistola.
Jean-Luc Godard
Muchas veces
se emplea el termino videoclip como
un elemento peyorativo dentro de la convulsión gratuita del montaje y el
frenesí musical que envuelve y recrea el instante o la obra. “Spring Breakers” se ciñe a clip musical
como código pero acaba por traspasar la superficialidad, pese a recurrir a
elementos recurrentes como si fueran ‘samples’ de montaje, para conferir al
conjunto un alma trascendente e inmortal. Podríamos señalar que Harmony Korine ejerce como DJ
cinematográfico más que director de cine, mezclando imágenes, pinchando
encuadres y reproduciendo fotogramas propios y ajenos, incitando a un paralelismo
de trasgredir las reglas iniciado por “Al
final de la escapada” valiéndose de su misma y escueta premisa. El
resultado es una nueva canción sobre retazos de otras obras, un cover discutible y premeditado, tan reprochable
como carismático, tan olvidable como eterno.
Se acabaron
los freaks, los vagabundos, las imitaciones del misticismo y el dogma.
Bienvenidos al mundo de Disney pasado por la droga, el antifaz y el bikini, por
James Franco lil-wayneizado y el fanatismo adolescente enfundando en las carnes
de Selena Gomez y Vanessa Hudgens. Bienvenidos a un mundo
amoral, corrupto y hedonista dispuesto a hincar el diente a aquello que
considere virginal y apetecible. Bienvenidos a un mundo sin sentido basado en
el dinero y en el que el underground
es capaz de burlarse sobre el mainstream
utilizando sus resortes y armas para ensuciarlo con una sonrisa que esconde afilados
y resplandecientes dientes, idóneos para practicar una felación hasta a una
arma de fuego cargada. Bienvenidos a ese cine de estética y pose que no cuenta
nada… pese a que “Spring Breakers”
nos cuente todo sin decirnos nada. Bienvenidos, en definitiva, al mundo de Harmony Korine con un nuevo disfraz y
mismo fondo.
El
intrascendente mainstream se ha
convertido últimamente en lo más trascendente: héroes terminales, tramas,
traumas y dramas por doquier y la oscuridad como nuevo barniz de tragedia para
camuflar su tremendo y habitual vacío interior. El director de “Gummo” se mofa del camuflaje que
emplea la irrelevancia sirviéndose de su superficialidad, frivolidad y eterna
trivialidad. No hay tanta provocación como sí marketing y Korine trata de profundizar dentro los límites fútiles sobre el
personaje de Selena Gomez y el halo
de inocencia que queda corrompido bajo los resortes de la fama y los falsos
ideales del sueño americano. Como si anduviera equilibrando la balanza, entre
un desfase onírico tras ver 24 horas seguidas sin dormir un especial de verano
de la MTV, la narrativa es musical y la senda es apartarse de la
trascendencia para revelar que la intrascendencia en nuestra actualidad se ha
convertido en la única consecuencia relevante sobre nuestras vidas. Hay malicia
sobre la mutación del entretenimiento de los jóvenes en nuestra sociedad y una
inteligente finalidad de dejar en manos del espectador el juicio, a modo de
espejo inverso, sobre el resultado final de tan atrevida y escueta obra.
Los
chillidos y pasajes del verano ayudan a construir un gran castillo de arena
dejando el papel de olas al público. Muchos lo echarán por tierra mientras que
otros lo adornarán como el mejor fondo marino, aunque nadie puede negar su
capacidad de producir tsunamis en la audiencia. La juerga, la fiesta, la
cerveza y la música son los motores de entretenimiento de millones de
existencia. Es momento de relajarse y disfrutar de un espectáculo en el que
únicamente se puede deleitar uno si forma parte de sus nihilistas
protagonistas. Lo burlesco cobra forma para proponer la masturbación de la
juventud ante la intrascendencia de sus rituales sociales como comedia de la
vida, su bacanal post-moderna y su anodina vacuidad. Todos los clichés se dan
cita en “Spring Breakers”: el
atraco, la road-movie, el personaje seductor y peligroso, el tercer acto con el
clímax con la violencia por bandera. Todo bajo los influjos del los pasajes
adolescentes del american-way-of-life,
la religión y el universo de pistolas de juguete que acaban solidificándose más
allá de un videojuego que se convierte toda ficción. Sus personajes nos
explican el truco a la cara con un «Actúa como si fuera una película» y
nosotros actúanos como cómplices retenidos por el pasatiempo; la vulgaridad y
el pastiche se hicieron arte entre el flashback el tiempo reiterado, como una
melodía y canto hacia la insipidez en relieve entre gangstas y una historia que nos han contado tantas veces como
pistolas existen en el mundo.
Ámala u ódiala…
pero nunca hagas que la indiferencia marque tu camino, parece decirnos el
director y sus protagonistas en la se podría definir como la “Asesinos natos” del Siglo XXI. Tal vez
“Spring Breakers” reduzca su esencia
a James Franco haciendo un cover a piano
de ‘Everytime’ de Britney Spears con los coros de las
nuevas terroristas del mainstream, dejando
clara la sinceridad de una propuesta desnuda y expuesta a cualquier arañazo. Aunque,
como sus supervivientes protagonistas, no hay bala que puede traspasar la
cultura pop juvenil por tremendo que sea el fusilamiento de la sociedad. No malgastes tu saliva y balas y, simplemente, ríndete a las bitches del cine contemporáneo.
Muy buena crítica. Yo la vi y me pareció muy lenta. Me imaginé que el guión sería mucho más rico y la verdad es que me defraudó bastante. Aunque las expectativas siempre se las pone uno mismo...
ResponderEliminarA mí me gustó mucho cuando no me esperaba nada de ella pasada una media hora. La verdad es que sin contar mucho y con una estética videoclipera desde el primer segundo, me parece una película de esas que serán de culto dentro de unos años.
ResponderEliminarHola Bastardo, me ha encantado la crítica, pero a que te refieres cuando hablas de "Hay malicia sobre la mutación del entretenimiento de los jóvenes en nuestra sociedad..."
ResponderEliminarNo me ha quedado claro si hablas de la narración del autor o malicia de la sociedad.
Saludos!