“En la boda de mi hermana”
Título
Original: “When in Rome”
Director: Mark
Steven Johnson
EEUU
2010
Sinopsis (Oficial):
En un viaje
a Roma, Beth coge unas monedas de una ‘fuente mágica de amor’ y comprueba cómo
esto produce un sentimiento de pasión en un singular grupo de hombres que la
intentan cortejar incansablemente. Estos pretendientes están interpretados por
excelentes actores como Danny DeVito
o Jon Heder.
Considerada una de las peores películas del 2010, “En la boda de mi hermana” nos
demuestra que el pasado y la fama son tan pasajeras como pajilleras. ¡Pobrecica
Kristen Bell! ¡Pobrecica! Esta niña
molaba cuando echaba chispas y tenía el chocho electrificado en “Heroes”, pero fue acabar la serie y electrificársele
el cerebro… yendo de proyecto en proyecto desenamorando al personal haciendo de
‘enamorada’. De acuerdo, es la niña de “Veronica
Mars” y promete volver… pero creo que su personaje en este B-O-D-R-I-O
representa en qué se ha convertido actualmente su carrera como actriz. La Bell quiere a un chico más que su
trabajo. Simple, ¿verdad? Pero al mismo tiempo que quiere ser reconocida en su
trabajo no quiere que le coman lo de abajo… porque lo mismo le meten la moneda
por la refaja y, al final, las
neuronas de todos los implicados se rebajan. Que nos muestren una moneda de un
euro que parece un rublo o una moneda de dos pavos nos da lo mismo. ¡Son
americanos! Les importa una mierda Europa más allá de la foto y el powerpoint de monumentos. También nos da
lo mismo que todo quede sujetado con argumento absurdo que hubiera sido un
descarte de una comedia en los ochenta. ¡Nos da lo mismo! También que la
película se caiga en pedazos a su propia fuente cuando es sabido que debería
ser la protagonista aquella que debería retornar la moneda a la fuente, para
que el hechizo se rompa, y al final acaba siendo el churri aquel que lo hace,
destruyendo las pocas neuronas del argumento. Pero, repito, ¡nos da lo mismo!
Aquello que
no nos da lo mismo es que la comedia romántica italianini más tontini del 2010
nos habla de las heridas de amor y enamoramientos de parvulario entre adultos
disfuncionales ataques de desesperación y vergüenza ajena en el propio público.
Da lo mismo la laguna argumental si el espectador se encuentra completamente
catatónico e idiotizado. Los guionistas pensarían que ellas se fijarían en los
peinados de Kristen Bell y ellos en
la recompensa (seguramente sexual) por aguantar el martirio de hora y media.
Dolorosamente estúpida, “En la boda de
mi hermana” nos muestra realmente las dos caras de toda moneda.
Porque esta
película nos enseña una importante lección, como la protagonista en un momento
de desesperanza: darse a la bebida. Embrujos de garrafa y credulidad puesta a
prueba de magia, las muecas son tan repetidas como el pesado plomo que intenta
enamorar a los imprudentes espectadores a moratones en las retinas ante tanta mojiganga.
Las hadas existen pero hay que pagarles una entrada para que finalmente te
muestren que el amor es una cadena de catástrofes y viajes pagados a golpes de
talonario. La protagonista elige el amor
de un cuerpo Danone frente a la pasta de un ricachón como Danny DeVito. ¡Y todos sabemos que la pasta está buenísima! ¡Sobre
todo en Italia! ¡Será tonta la rubia de bote! Está claro que el slapstick no encaja en la actualidad dentro
de los patrones mainstream. Ya nos mostraron la lección en “Los tres chiflados” aunque aquí deberían haber remojado el refajo de la protagonista
ante tanto calor y estupidez. Sí, “En la
boda de mi hermana” es simplemente un infierno internacional que incita claramente a la alcoholemia como vía de escape. Desconozco por qué las campañas sobre el consumo de bebidas alcohólicas no se centran en películas tan peligrosamente (estúpidas) y llenas de HAMOR como la aquí expuesta. Simplemente, lo desconozco... como el peligroso futuro de la Bell. ¿Sobredosis... de droja o estupidez?
Hola,
ResponderEliminarDebo confesar de entrada que soy un fan acérrimo de Kristen Bell. Tanto que la menciono en blog a la mínima oportunidad (http://webicultura.com/crowdfunding-veronica-mars/).
Así que, siendo fan, no es de extrañar que fuera capaz de disfrutar esta película tan discreta...
Quizás me pasa como a Steven Popkes que fue capaz de ver Battlefield Earth sólo por el gusto de ver trabajar a John Travolta y Forest Whitaker (http://bookviewcafe.com/blog/2013/08/04/consideration-of-works-past-battlefield-earth/)
Fíjate, en cambio, que las series que hizo después de Veronica Mars no fuí capaz de seguirlas... Quizás por que la decepción de 2ª temporada de Heroes no había manera de remontarla o por que lo de engancharse por casualidad con una película es ténicamente imposible con una serie.
Atentamente, su webicultor de usted.
Juan Vicente Mañanas Abad
http://twitter.com/manyanasj
http://webicultura.com