Serie de TV
“The Missing”
Reino Unido / EEUU
2014
Sinopsis (Página Oficial):
Cuando un niño de cinco años de edad, Oliver Hughes, desaparece durante sus vacaciones en Francia, se pone en marcha una búsqueda de casi una década para hallar su paradero. “The Missing”, una serie limitada de STARZ y BBC, es un thriller dramático que nos arrastra dentro de la mente de un padre, Tony (James Nesbitt), desesperado por encontrar a su hijo perdido. Con la ayuda de un mítico detective (interpretado por Tchéky Karyo), Tony se embarca en una búsqueda obsesiva para encontrar a su hijo y los responsables de su desaparición. Un rompecabezas apasionante con giros y vueltas en cada fase, la búsqueda exhaustiva de Tony fractura la relación con su esposa, Emily (Frances O'Connor), y amenaza con destruir su vida. Contada a través de una narrativa compleja, “The Missing” explora las consecuencias emocionales del secuestro de un niño, no sólo en la familia sino en la comunidad en general. Esta relación de apasionante suspense es narrada en dos estructuras temporales y dos países.
[AVISO SPOILERS] Hay trampa y cartón en “The Missing” pero no me malinterpreten porque la coproducción británica-estadounidense utiliza un secuestro a modo de mcguffin. La desaparición del pequeño Oliver Hughes bien pudiera ser una premisa un tanto desgastada aunque interesa el componente emocional y psicológico por encima de los hechos. Estamos ante un desvanecimiento de un niño de cinco años delante de nuestros ojos y nos sentimos tan impotentes como ese torturado padre interpretado por James Nesbitt. Su esperanza por encontrar a su hijo se convierte en una obsesión, en un gran barranco a su propia perdición y caída… pero se convierte en el mecanismo perfecto para ir articulando toda la narración, tramas y personajes, dejando todo atado a esa red que le atormenta y le está asfixiando. “The Missing” trata de entablar una doble posibilidad en la figura de ese matrimonio. Mientras Tony (Nesbitt) no quiere olvidar el pasado y se aferra al mismo, su (ex)esposa Emily (Frances O'Connor) trata de hallar el camino a la redención, replicar esa dolorosa pérdida que ensombrece su alma y así apartarla para poder disfrutar de su actual vida. Ambos necesitan encontrar la verdad y están dispuestos a pagar cualquier precio… aunque la verdad es, ciertamente, el arma más peligrosa y afilada de la serie.
El discurso de “The Missing” va aflorando capítulo a capítulo, lanzándonos señuelos y arrastrándonos también en esa red de perdición que oprime a Tony. La propuesta se ciñe a esquemas clásicos y un tanto desgastados, deja sus giros finales para el cierre de los episodios e introduce un par de líneas temporales para que pasado y presente choquen. Otra cuestión es ese reflejo que lentamente se va imponiendo porque ni siquiera la pregunta «¿Quién secuestró a Oliver Hughes?» está correctamente formulada, aunque sabemos que se van a dejar todas las grandes revelaciones para el final. He aquí realmente todo ese diálogo que establece la serie con los espectadores, como si esa sala de interrogatorios —que es un despacho acristalado— completara el juego de reflejos, preguntas y una constante sobre dos diferentes tiempos. “The Missing” es un drama de misterio esculpido sobre resortes morales, traumas que se convierten en enfermedades e incluso donde el destino y el karma tienen la última palabra. Hay incluso una parte ácida y crítica en el retrato de los medios de comunicación, acechando y cumpliendo con el impuesto arquetipo de la sociedad. Incluso observamos que ese periodista sigue como constante, idéntico como parte de esa burla de causa-efecto. Pero, en realidad, ese discurso emprende una conjunción de todos los elementos y personajes, formando un ecosistema en el que cada secuencia y persona aporta una realidad a esa gran verdad que nos será revelada.
El mundo está enfermo. Todos los protagonistas y personajes secundarios se irán enfrentando a esa agónica infección, ya sea física o mentalmente. Todos tienen que redimirse, alcanzar la liberación con su pasado y seguir con su futuro o caer al infierno y perderse para siempre. “The Missing” incluso puede entenderse en ese aspecto mediante todo el contexto y elección del escenario principal. La desaparición de ese niño de cinco años sucede en Francia, en plena celebración de una de las victorias de la selección durante el Mundial de Alemania 2006. Oliver Hughes se desvanece delante de nosotros y su propio padre. No podemos hacer nada. No hay pistas ni tampoco aparentes efectos. Simplemente ha desaparecido. Aquí aparece cierta burla a ese elemento, sobre la causa/efecto, al ser conscientes de que Francia perdería la final con Italia. De nuevo, ese castigo kármico al que serán sometidos todos los responsables directos o indirectos de ese ‘secuestro’. En el capítulo “Molly” (1x05) se produce una vuelta de tuerca que marca el camino de esos antihéroes o villanos cuyos actos pasados quedaron marcados en su presente. Tony se va a enfrentar a una dura y violenta realidad, a un terrible descubrimiento del monstruo que lleva en su interior y su ira será otra articulación para ir desarrollando la narración inquietante.
Creada inicialmente como una serie limitada, el éxito de “The Missing” ha provocado que sea renovada por una segunda temporada con una nueva trama y personajes, uniéndose a la moda impuesta este mismo año por “True Detective” y “Fargo”. Es en “Till Death” (1x08) donde los guionistas se dejan las respuestas a todas las preguntas pero abriendo una gran puerta a la ambigüedad, haciendo que el espectador tenga que posicionarse entre los puntos de vista de Tony o Emily. ¿Somos capaces de aceptar la verdad o al no existir una completa certeza nos someteremos a un eterno cuestionamiento que acabe con nuestra cordura? A lo largo del show vimos cómo Tony asesinó al ricachón pedófilo con sus propias manos, que irónicamente les estaba ayudando a encontrar a su hijo. El propio detective Julien Baptiste ocultó la prueba que pudiera incriminarle en esa otra desaparición de la serie. También fuimos testigos de cómo un caso similar destruyó definitivamente su matrimonio. Nos importa que el corrupto y violento Khalid Ziane, antes de que destrozará su vida y la carrera de Baptiste, entregase la prueba para entender la identidad del asesino al periodista Malik Suri. Con todos los elementos sobre la mesa, llegamos a la revelación final en una especie de confesión cuasi-póstuma y deus ex machina, ya que Oliver Hughes no fue ‘secuestrado’ en la piscina. En realidad, un zorrillo atrajo la atención del pequeño Oliver, dejó él mismo a su padre y acabó con el animal en la carretera para ser atropellado por Alain Deloix, el dueño del hotel. Dicho así, todo suena horrible… pero los guionistas consiguen que el momento sea orgánico, como si el propio destino (y nosotros mismos) condujéramos al pequeño hacia la tragedia. Alain aprovechó que al pequeño se le cayó su bufanda en el hotel (la primera prueba) para tener una excusa para salir, rompiendo así su lucha contra el alcohol durante numerosos años. Todo está representando en esa pérdida de la moneda como elemento de culpabilidad y prueba de su crimen. Alain metió al supuestamente muerto Oliver en su maletero y pidió ayuda a su hermano Georges Deloix, juez de instrucción del caso y alcalde Chalons de Bois. Éste le informó de la casa donde dejar el cuerpo y pidió un favor a un rumano llamado Costel. Sabemos que era miembro de Caid de Cite, siendo parte de esos mafiosos que operaban en París y que asesinaron al agente encubierto de Baptiste y casi mataron a su novia Rini Dalca. Costel descubrió que Oliver estaba vivo y pedía ayuda en la ventana del salón. Fue aquel que lo dejó de nuevo en el sótano y, según la versión de Alain que le contó su hermano, lo asesinó al verle la cara. Karl Sieg, el antiguo propietario de la empresa de limpieza que hacía trabajos típicos del Sr. Lobo, fue aquel que limpió el sótano dejando ese dibujo del orejón que tanto le gustaba pintar a Oliver como parte de esa mecánica del destino donde están implicados todos los personajes.
No habrá paz para los malvados. Alain murió de cáncer y Tony respetó su deseo para dejar en la ignorancia a su esposa. Georges huyó y se quitó la vida con su escopeta de caza antes de entregarse. En realidad, vimos en las carnes (y estómago) de Khalid Ziane aquello que les ocurre a las ratas. Georges ni confirmó ni desmintió la historia de su hermano. Simplemente murió en silencio. Aquí llega la resolución de ese cuento moral un tanto siniestro y trágico. Emily se siente liberada con la verdad y la acepta, criticando a aquellos que no lo hacen, como ese otro pedófilo que buscaba una cura a su enfermedad que se acaba suicidando. Su esposo, por el contrario, quedará sumido a esa eterna duda que le consumirá para siempre. El final se divide entre esos personajes que aceptan su verdad y tratan de salvar tanto a ellos como sus seres queridos. Véase el caso de la hija de Baptiste, que se recompone en el centro de rehabilitación que le recomienda Tony y gracias al apoyo incondicional familiar. Digamos que el gran mérito de “The Missing” es que el happy ending depende de los propios personajes sobre un mismo y trágico elemento. Ellos son los que deciden su propio rumbo creyéndose una verdad o dudando de la misma. Los guionistas dejaron demasiados huecos en la narración y nunca nos muestran el cadáver de Oliver por lo que ambas soluciones pueden ser posibles con el final que nos tienen reservado. Veremos cómo Tony acaba en Rusia siguiendo las huellas de esos muñecos orejones y entregando el dibujo a un joven que bien pudiera ser Oliver. Tony es arrestado por molestar a niños y no sabemos si está loco o acabó su búsqueda en esa última puerta a la que llamó. Su rostro, en definitiva, es el nuestro. Elegir su verdad es opcional.
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Si alguien llega a este blog... excusa luego ver la serie, ya no queda lugar para la emoción, lo cuentas todo... Con ese final pensé que se habrían abierto puertas suficientes para iniciar la temporada 2 y saber si el chico ruso es realmente o no Oliver, ya que su cadáver nunca apareció y quien sabe lo que pasó con él, Costel, sigue vivo. ¿Por qué la temporada 2 no nos desvela este secreto?
ResponderEliminarHola Anónimo.
EliminarMás que una crítica me interesaba un análisis y de ahí al comienzo un [AVISO SPOILERS]. Repito [AVISO SPOILERS].
“The Missing” iba a ser una serie limitada, con principio, nudo y desenlace. Con el éxito de público y crítica, Starz la renovó y será distinta e independiente siguiendo la antología tan de moda en shows destacados actuales.
Realmente la duda que indica es aquella a la que se somete el protagonista. Al igual que usted, nunca dormirá tranquilo.
Saludos bastardos. ;)
Hola, acabo de terminar la serie y me queda la duda de si el dibujo del orejón del cristal en Rusia (supongo que en un coche) lo ha hecho un niño o el propio padre en su locura... el final queda muy abierto... te quedas con las dudas del padre. Tampoco se sabe seguro si mataron o no al niño... igual simularon su muerte para llevárselo.
ResponderEliminarTampoco creo que el niño que sale al final sea Oliver porque no habla ni entiende el inglés...
ResponderEliminarSe me ha hecho un poco pesado el acento francés tan forzado... yo nunca haría acentos en las series y pelis.
ResponderEliminares oliver ya que es igual con 13 años cuando tenia 5. su padre lo reconoce. no tengo dudas q es oliver
ResponderEliminarMenuda mierda de final! Odio cuando nos dejan asi sin saber que ocurre al final!
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