domingo, 20 de octubre de 2013

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Apartamento 1303. La maldición: Los BODRIOS no matan, matan las personas…

“Apartamento 1303: La maldición
Título original: “Apartment 1303 3D”
Director: Michael Taverna
EEUU
2013

Sinopsis (Oficial):

Algunos alquileres son demasiado buenos para ser verdad.

Remake del escalofriante film japonés. Protagonizado por Mischa Barton, Rebecca De Mornay, John Diehl, Julianne Michelle y Robert Blanche. El apartamento 1303, aunque está situado en el piso 13 de un edificio, es céntrico y bonito, pero corre una la leyenda urbana de que todas las chicas que entran a vivir en él acaban saltando al vacío desde sus ventanas. La última en suicidarse ha sido Janet y su hermana Lara (Mischa Barton) no logra comprender qué ha podido ocurrir. En su intento por encontrar una explicación se mudará al apartamento 1303 y descubrirá que entre las paredes del apartamento hay mucho más horror del que se puede ver, incluido el espíritu de alguien muy cercano, que lucha por descansar en paz.

Crítica Bastarda:

Los apartamentos BODRIOS no matan, matan las personas…

Los apartamentos BODRIOS no matan, matan las personas…

Los apartamentos BODRIOS no matan, matan las personas…

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Los apartamentos BODRIOS no matan, matan las personas…

Los apartamentos BODRIOS no matan, matan las personas…


Efectivamente, los apartamentos BODRIOS no matan, matan las personas… BODRIOS como “Apartamento 1303: La maldición”, posiblemente la mayor abominación del 2013 y considerada una de las peores películas del Siglo XXI, no es la culpable de su suicidio inducido y derrame cerebral. ¡No es realmente la causa homicida! ¡NO! Cuesta encontrar los más injuriosos insultos para poder describir la escasa hora y media de tortura que incita al espectador a darse a la bebida, como sus protagonistas, para acabar siendo víctima de un coma etílico y evadirse para siempre del trauma que propone Michael Taverna (sí, de apellido de origen alcohólico) en su remake de una cinta de terror japonesa que ha quedado más prohibida que una visita a Fukushima. Soberanamente estúpida, cada vez que Rebecca De Mornay coge la guitarra y se pone a cantar equivale al 200% de predecibles sustos, giros baratos y subidas de decibelios. Con un argumento reciclado e insustancialmente predecible y aburrido, actuaciones que provocan vergüenza ajena y sustos del pleistoceno, no entiendo cómo los fantasmas no demandaron a los responsables… porque, recordemos, los apartamentos BODRIOS no matan, matan las personas… y todo aquel que haya tenido que ver con semejante engendro debería de ser acusado y encarcelado por homicidio premeditado. ¡Y SENTENCIADO A VER ESTA PELÍCULA Y CRIMEN CINEMATOGRÁFICO DURANTE EL RESTO DE SU VIDA! 

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