El regreso de Jenna Hamilton a nuestros televisores está rodeado de numerosas
novedades desde que el pasado 11 de junio con “Redefining Jenna” decidiera darse un respiro para retomar en otoño
la segunda parte de su tercera temporada.
MTV optó por dar una continuidad
a su serie más querida por público y crítica extendiéndola y fraccionándola y
el pasado agosto anunció la renovación por una cuarta entrega para 2014 que no
contará con su creadora. Después de que Lauren
Iungerich anunciara su marcha de la ficción, que construyó a golpe de ironía
y viejos mitos de la adolescencia, se desconocía qué haría la cadena con su
serie insignia. Sobre todo tras los tumultuosos cambios hormonales en el
personaje principal entre su ombligo de escritora y una voz en off (marca y
seña de la serie) que pudiera comenzar a agotarnos... Chris Alberghini y Mike
Chessler serán los showrunners para la cuarta temporada y veremos el estado
en el que queda la comedia. “La chica
invisible (Awkward)” optó por jugar sus nuevas cartas en la recta final de
esos episodios de su primera parte para retomar ahora ese universo de instituto
revolucionado y ahora es momento de repasarlo en “Surprise!”, undécimo capítulo de su tercera temporada.
Presentar a una adolescente infiel (y adúltera) delante de nuestros ojos
bajo la premisa de rellenar su ombligo de escritora y cometer locuras antes de
hacerse adulta, bien pudiera ser un arma de doble filo. Después del impulsivo e
irrefrenable beso de Collin y Jenna era momento de saber tanto sus
consecuencias como qué pinta Matty en todo el libidinoso asunto. Es evidente
que los creadores de “La chica invisible
(Awkward)” saben que su serie les ha funcionado como ‘cosa de tres’ y la
tensión sexual ahora va a provocar una víctima llamada Matty. “Surprise!” decide poner las cartas
sobre la mesa: el 17º cumpleaños de
Jenna es inminente y su deseo carnal sobre Collin no puede ser detenido… Tamara
les cazará rápido y actuará como subconsciente para plantear el escenario (y
lío) en el que se encuentra metido (sin mencionar su nuevo rol de zorra –bohemia-
de instituto). Jenna quiere evolucionar desde sus ‘interiores’, tanto
artísticos como uterinos, y Collin es el chico perfecto a dichos intereses.
Obviamente su universo actual va a someterse a un terrible terremoto y el
riesgo de la serie es saber si está dispuesta a romper cabos sueltos o dotarlos
de un nuevo sentido para que funcionen convenientemente.
Veamos, Matty está ciego respecto a la infidelidad de su novia y Tamara
deja claras las dos únicas opciones a las que se puede acoger Jenna: dejar a
Collin o contárselo a Matty. La tercera pasa por la que la propia Tamara se lo
cuente directamente a ese complemento y/o bolso de mano llamado Jake… y ahí
tendrá el protagonismo la secundaria en sus cómicos intentos de no guardar más
secretos de los que su interior pudiera albergar. O sea, dos. Tamara y Jake se merece mayor poder en los
capítulos para rentabilizar su amor de pose y postureo por encima del tontoneo y contoneo de Jenna y sus
eternas dudas románticas. Esta niña nació insatisfecha y ha quedado confirmado
que un polvo no le ha quitado la tontería… Entre que su madre no desea arruinar
su fiesta sorpresa y Matty pide información a Collin para su regalo de
cumpleaños, los 17 se aproximan y Jenna Hamilton se niega a salir de su
cascarón y pasar a ser esa zorra negligente de instituto devora hombres para fines
de auto-bombo y escritura. Collin y ella son tal para cual y su magnetismo y
pasión les acabará pasando factura. Antes veremos cómo Ming es la nueva fruta-ama del instituto y gobierna
gracias a la Mafia y sus peticiones por su smartphone. La vuelta de Fred Wu le
recordará que todo gran poder conlleva una gran responsabilidad y que el poderío corrompe por mucho nuevo look de estrella de Hollywood. Ming se convertirá en Becca… ¿y Becca en Ming? Esperemos que Ming ponga
en control a su fogosa amiga… porque el affaire de Jenna y Matty serán descubierto
por todos y todas en una fiesta sorpresa cancelada que finalmente cobró forma.
Por primera vez en la vida de Jenna su cumpleaños fue revelador e inesperado… y
en pleno y fogoso beso en la entrada de la casa de la chica. Con la cara de
todos sus seres queridos y ese poema de dolor en el rostro de Matty, “Surprise!” plantea un complicado
escenario sentimental y social de esa escritora adúltera (sí, no está casada ni ha tenido sexo... pero ya puestos a criticar). Sí, Saddie tenía
razón y se perfila para ser el pañuelo de lágrimas de Matty si el profesor Hart
no la asesina antes, claro.
Ahora es momento de ver cómo focalizar todo y la evolución promiscua y
amoral del personaje principal. Sadie es la villana y como toda cucaracha se
puede adaptar a cualquier condición. Aquí debería liarla parda, ¿no? Lacey, como sufrida madre, pudiera generar
todo tipo de situaciones cómico-dramáticas al igual que Valerie, siendo ambas
las consejeras ‘descerebradas’ de todos los cambios de la protagonista. Bien,
hasta aquí Tamara tendría que reformarse para saber si simplemente va a ser un
anexo y complemento de Jenna o tener protagonismo por sus propios medios. Su
relación con Jake parece inamovible y realmente el chico ya no pinta nada en la
serie pudiendo acabar como Lissa. Ming ha demostrado que “La chica invisible (Awkward)” gana enteros cuánto más poder tiene
y el terrible Mr. Hart ha dotado de mayor brío y maldad las tramas románticas/artísticas
de Jenna/Collin, como si ambos fueran sus experimentos y sujetos de sus
maquiavélicas torturas para transfórmalos en voces autorales. La ficción de MTV
qué quiere ser e incluso jugar con otros puntos de vista. ¿No sería ahora
necesario un capítulo bajo el prisma y punto de vista de Matty y dejar las
pelusillas de Jenna aparte? Veremos cómo avanza todo... y si tenemos ¡SORPRESAS!
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