El regreso de “American Horror Story: Coven” con su primera entrega titulada “Bitchcraft”
batió récords y demostró el potencial de una serie y antología del terror
que se ha convertido en una cita fija cada año para todos los seriéfilos. Era
fácil. Desde “Masters of Horror” y “Fear Itself” (y sus innumerables
‘peros’ muy por encima de sus intenciones) no habíamos tenido una
muestra que pudiera despertar cierta simpatía al público o una apuesta
clara por una cadena. El fantaterror, como han demostrado “True Blood” o “The Walking Dead” por encima de la moda crepusculiana o imposiciones adolescentes de The CW, necesita un marco dentro
de la televisión por cable para ofrecer cuotas de sangre/violencia/sexo
censuradas habitualmente en la televisión para supuestamente grandes masas. Cada
vez, las series que inducirían hace años al frikismo y músculo de la minoría se
han convertido en la nueva carne del gran público. Millones de personas están
enganchadas tanto a las Apocalipsis Zombis, al Reino más oscuro de La Noche o
al aquelarre que nos proponen Ryan Murphy y Brad
Falchuk. Es momento de despedazar
“Boy Parts”, segundo capítulo de “American Horror Story: Coven”.
Tenemos muchos elementos que van a
empezar a recomponerse en este capítulo. El personaje de Marie Laveau e
interpretado por Kathy Bates va a funcionar como una rehén para las
oscuras intenciones ególatras de Jessica Lange, Fiona ‘La Suprema’,
y ama terrible del destino de todas las brujas de su aquelarre. Laveau
inicialmente nos ha sido dibujada como una despiadada villana pero la maldición
de la vida eterna (y eterna juventud), aquello que persigue Fiona, ha provocado
cierta visible redención. Desde “Begotten” de E. Elias Merhige. A
“Frankestein” de Mary Shelley con clásicos televisivos como “Dark
Shadows”, los homenajes y referencias van a sucederse junto
con la presentación definitiva de Angela Bassett (Marie Laveau). El
pecado de “Boy
Parts” es que sabe a poco… porque en los avances sobre el
destino de la Academia
de la señorita Robichaux, ‘avanzaron’ tanto que ya sabemos seguramente aquello
que se perfila hasta el capítulo de Halloween habitual en cada temporada de la
serie. Con todo lo anterior, el episodio funciona perfectamente para seguir presentado
a los personajes y dejar entrever secretos que ya nos figurábamos. ¿De momento ser previsible y no tan acelerada está siendo el mayor de sus pecados?
Uno de esas revelaciones podría ser
la ‘vuelta a la vida’ de Misty Day que dará buena cuenta de unos cazadores
de cocodrilos en plan película de Serie B para dejar claro que aquí el cazador
será cazado por ese poder femenino implícito en las últimas entregas. El
triángulo de poder de Laveau, Fiona y DeLaurie va a estar respaldado por las
nuevas generaciones y en la escuela va a quedar más claro si cabe que el mayor
de los peligros para Zoe, Madison y compañía no es que un par de detectives se
acerquen para investigar la aparición de las chicas en la fiesta y la visita de
Zoe en el hospital y también comprobar que el superviviente del accidente de
autobús murió de la misma forma que su novio… No importa, Zoe se derrumbará y confesará
toda la verdad… para que Fiona haga acto de
presencia y sea la reina de la función. Escupitajo y vaso en mano, no importa
la resistencia porque la bruja suprema hace y deshace a su antojo. El mayor
temor para las chicas es la propia Fiona y sus consejos con telequinesis por
medio son acertados: hasta la más
débil de las brujas es más fuerte que la gente normal.
Conoceremos más de Queenie y nos llevarán a
Detroit en 2012 cuando un cliente alteró a la chica con poderes que no fue
encerrada por quemar con aceite el brazo de un cliente por no existir ningún
testigo que la viera arrojar el abrasivo líquido. Sí consiguió captar la atención del
periódico local para ser descubierta por Cordelia y acabar siendo la archienemiga de Madison. ¿Pasó algo entre ellas que todavía no nos han contado? Realmente Queenie es heredera
de Tituba, una esclava de la casa en Salem y pertenece al aquellare por encima
de sus enemigos naturales, el vudú. Aquí, “Boy Parts” se bifurca en varias tramas. Zoe y Madison irán a la morgue del condado
para traer a Kyle de nuevo a la vida mediante un
hechizo y uniendo piezas para formar al novio perfecto ante el desmembramiento
integral del original. Madison se sabe bien sus líneas como buena actriz pero
el hechizo de Azazel, Señor del Inframundo, no funciona y FrankenKyle tendrá que esperar hasta el beso de amor o la llegada
¿por invocación del hechizo? de Misty Day en los alrededores. Un hombre que
llega a la morgue rompe la tranquilidad de todos y Madison, que estaba en el
exterior, se larga dejando a Zoe sola y con el muerto… que no estará tan muerto
para golpear cual simio al hombre. Con su escapada en coche, comprobaremos que FrankenKyle no está para nada bien y se
encuentra completamente desubicado. Mary aparecerá, de repente, en el asiento
trasero para guiarla a su casa del pantano y ‘sanar’ y reparar a FrankenKyle con el barro de los
alrededores. Zoe tiene miedo de Misty
Day, a la que reconoce, pero necesita a la misma para dejar a su amor traído de
la muerte en perfecto estado. Descubriremos que Stevie Nick de Fleetwood Mac
era una bruja blanca y que ‘Rhiannon’ un himno… mágico. Es evidente en quién se
ha basado Lily Rabe y los guionistas para su personaje y “American Horror Story: Coven” nunca oculta sus referencias. Más bien, se
recrea en las mismas. ¿Será peligrosa Misty para el aquellarre o el arma que
necesiten para librar la batalla contra la inminente guerra contra Laveau?
Fiona no se puede quedar embarazada mediante la
ciencia y su médico sugiere la inseminación in vitro. Su marido es conocedor de
su poder y no entiende que no quiera utilizar la magia y sí la ciencia… Cordelia
no quiere convertirse en su madre ni en Dios… aunque su Dr. haga lo propio con
el tratamiento. El hechizo de fertilidad será lanzando en el invernadero y los
huevos gigantes y visiones con serpientes adornarán un círculo de sal negro
para volver a la normalidad post-coito. Veremos dónde conduce esta trama.
Importa que Madame LaLaurie esté maniatada por Fiona y se sorprenda al
enterarse de que ha estado 180 años en ese agujero. Conoceremos la parte que
nos faltaba de su relato y la venganza gracias a la ‘poción de amor’
proporcionada por Laveau. Los esclavos a los que torturó durante años se
vengarán asesinado a su esposo y a sus tres hijas y Laveau condena a la
inmortalidad a LaLaurie. Será enterrada
viva para negarle el derecho de reunirse con su familia en el infierno.
Mientras que Fiona se dirige al salón de belleza regentado por Marie Laveau,
Nan liberará a LaLaurie para que deje de atormentarla con sus inaudibles
sonidos. Laveau identifica rápidamente a Fiona como una bruja y ella, como
reina del vudú, odia a las mismas por robarles la magia de su antecesor. Fiona
pretende hacer un intercambio con LaLaurie por la ‘pócima de la inmortalidad’ y
el poder de ambas va a ser el motor de una lucha de magia y venganza pasada. De
momento, Marie nos muestra aquello que intuíamos: el minotauro está con vida y sigue siendo su amante pero parece atrapado
en tal condición cornuda. Es previsible que la bestia visitará la
Academia de la
señorita Robichaux y Fiona se reunirá con de LaLaurie, frente a su antiguo hogar para demostrar que sus intereses están por encima
de la poca simpatía que pudiera despertar la torturadora/torturada de/por esclavos… LaLaurie
quiere que Fiona rompa el hechizo y la mate… De momento, la necesita con vida…
y da la impresión de que su castigo, inmortalidad aparte, será ejercer de
esclava con cofia… Donde las dan, las toman.
“Boy Parts” me ha dejado con ganas de más pero nos han avanzando tanto en los avances previos,
valga la redundancia, que dudo que nos sorprenda mucho aquello que vamos a ver
en las próximas entregas hasta pasado Halloween. Eso sí, se admiten apuestas,
trucos y tratos.
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