The 100: After Earth + Los Juegos del Hambre + ‘Cualquier tontería que se nos ocurra’

Serie de TV

“The 100”

EEUU

2014

Sinopsis (Página Oficial):

Hace noventa y siete años el Armagedón nuclear diezmó el planeta Tierra destruyendo la civilización. Los únicos supervivientes fueron 400 habitantes que se encontraban en 12 estaciones espaciales internacionales en órbita en ese momento. Tres generaciones han nacido en el espacio y los sobrevivientes ahora han aumentando su número (4000), pero sus recursos se están agotando y su ‘Arca’ perece —las 12 estaciones ahora unidos entre sí y recicladas para mantener con vida a los supervivientes—. Las medidas draconianas, la pena capital y el control de la población están a la orden del día, ya que los líderes de la Arca deben tomar medidas despiadadas para asegurar su futuro, incluyendo exiliar en secreto un grupo de 100 presos menores de edad a la superficie de la Tierra para comprobar si es habitable. Por primera vez en casi un siglo, los humanos han regresado al planeta Tierra…

Crítica Bastarda:

El comienzo de “The 100” es lo más hardcore del 2014 televisivo gracias a esta ¿poesía?:

Siento el sol en mi cara.  

Veo árboles a mi alrededor, aroma de flores silvestres en una brisa.  

Es tan hermoso.

Efectivamente después llega la mielda y la propia protagonista reconoce el percal. La dura realidad es siempre impactante y la vida de los 100 exiliados adolescentes al planeta Tierra, después de un Armagedón nuclear que lo convirtió en inhabitable, pasa por irse de parranda y de fiesta las 24 horas del día. ¡ABAJO las reglas! ¡Somos imberbes delincuentes libres! ¡Somos anarquistas sacados de un casting de ‘Gandía Shore’! ¡Somos gente joven sin bebidas alcohólicas en todo un planeta! Ups… pues vaya mielda de juerga. Si la primera misión de los protagonistas de “The 100” fuera encontrar un bar (con camello) al menos resultaría más honesta aunque mucho me temo que el espectador que quiera disfrutarla deberá estar completamente borracho.

Engendro monumental de principio a fin, la nueva serie (estrella y estrellada) de The CW pesca todo lo que puede copiar para defecarlo en una variación adolescente de cualquier cosa distópica que se les pase por sus cabezas. ¿“After Earth”? ¡La tenemos! ¡“Los juegos del hambre”! ¡Lo compramos! ¿“Battlestar Galactica”! ¡Hemos imitado sus ejecuciones y fichado a Felix Gaeta! ¿Es posible un mix de “Battle Royale”, “El señor de las moscas”, “Supervivientes”, “Sensación de vivir” y “Chernobyl Diaries”? ¡Nosotros podemos! ¿Es friki? ¡Hemos contratado a Henry Ian Cusick (Desmond Hume de “Lost”) y a China White de “Arrow”! ¿Le gustan las adaptaciones literarias de futuros distópicos con adolescentes pero no quiere leer el libro de Kass Morgan porque leer textos de más de 140 caracteres ya no es trending? ¡Enhorabuena, esta es su serie!

La idea es que en paralelo se vaya desarrollando las tramas de un ‘arca’ que agoniza, que tiene que tomar la decisión de deshacerse de algunos miles de supervivientes para garantizar su futuro, mientras que los más jóvenes son enviados a una misión un tanto suicida para comprobar la habitabilidad del planeta Tierra después de la apocalipsis nuclear. Evidentemente no están solos allí. Hay ciervos de dos cabezas que pastan como Bambi y te dan sustos como la niña de “El exorcista”, serpientes gigantes de agua dulce al parecer desdentadas y, por supuesto, humanos supervivientes cuasi-seguramente mutantes (y más inteligentes que los 100 chonis que han caído allí) y que ejercen de mano ejecutora del propio espectador. ¡Cualquiera hubiera lanzado esa lanza a esos niñatos chillones! ¡Cualquiera! Tendemos tramas de instituto dentro de esa dictadura draconiana espacial y, por supuesto, personajes bidimensionales de instituto en Tierra. No faltan matones, viejas rencillas, empollones y secuencias de destape (sin topless) también robados del mítico baño de “Isla maldita” (“The Curse of the Komodo”). Pésimamente concebida, la única realidad es que “The 100” esconde en su título el centenario de BODRIOS del canal The CW. Podría enumerárselos en este preciso instante de carrerilla pero, al contrario que esta cadena especialista en atrofiar cerebros y producir daños irreversibles, considero que su tiempo es tan preciado como el mío.