“Isla maldita”
Título original: “The Curse of the Komodo”
Director: Jim Wynorski
EEUU
2004
Sinopsis (Oficial):
En un experimento que salió mal, unos dragones de Komodo genéticamente modificados se han convertido en criaturas monstruosas que cazan seres humanos en una remota isla tropical y destruyendo todo a su paso. Ahora, le toca a un pequeño grupo de científicos detener a los Komodos…
Crítica Bastarda:
«Esto no es vivir», dice una de sus protagonistas… y padecer este BODRIO puede ser un arma de doble filo: o acabas muerto de un ataque cerebral o un cadáver con las continuadas risas. La secuela de la que ya muchos consideran una de las mayores abominaciones del final del Siglo XX (“Komodo”) emergió con una venenosa lengua para quedar inmediatamente aupada como una de las peores películas del Siglo XXI. Si la sensación es estar frente a un engendro de Serie Z que copia (como puede) “Parque Jurásico”, enseguida aparece uno de los argumentos más tróspidos y vergonzosamente patéticos de la historia del cine por no comentar el dragón de komodo digital más cutre de la Serie Z. Exonerando a la película de que nadie necesita recargar un arma de fuego, de sus añadidos de infectados muertos-vivientes, con la banda de ladrones de casino más desafortunada de la historia y ese arsenal de protagonista con pechos mutados y falsos (incluidas las Komodo hembras), “Isla maldita” despunta perfectamente como comedia digna del mejor cine cutre y el lagarto de CGI más casposo del presente siglo. Pero lo mejor de The Curse of Kutrodo es su diarreico argumento.
Veamos, eres un científico experto en genética al que el gobierno le da un pastizal para un proyecto ultra-secreto. Un proyecto tan importante que el gobierno ha dejado que lo supervise un comandante cutre y su asistente lame-culos desde un despacho que no ha cambiado su mobiliario desde la Segunda Guerra Mundial. El científico que ha conseguido una isla para él… y que sabe la peligrosidad que engendra su proyecto se lleva a su hija —que aparenta casi 40 y tiene pinta de actriz porno— y a la parienta allí… Se protege de las bestias carnívoras gigantes que van a mutar en la isla con una radio también sacada de la Segunda Guerra Mundial en una mansión protegida por un campo que generan unas valla de azul celeste de la muerte —una especie de palos metálicos robados de un polideportivo con unos leds azules cochamobrosos de la hostia— y donde toda la electricidad proviene de un generador del tamaño de una caja de galletas. Por supuesto, los explosivos y el arsenal de armas de fuego están en una cabaña a tomar por culo de la mansión. WTF!?
Que los ladrones llegan allí y se protegen en la mansión es evidente, así como que el generador de talla del Bershka se queda sin energía y tienen que salir de allí por patas antes de ser asesinados por unos dragones de komodos de 8-bits. Eso sí, no se entiende que la niña de pechonalidad de pega se vaya a dar unos baños y a hacer topless a un lago teniendo unas playas paradisiacas en los alrededores… aunque tememos que nadie le explicó qué es una isla. ¿Tal vez se le irritan los pezones con el agua salada? Sea lo que fuera el argumento deambula entre la idiotez y la vergüenza ajena para desembocar en uno de los finales más memorables del cine cutre. Pero el momento más memorable de todo este engendro genial es cuando la científica saca de un ordenador un disquete de 1,44 y afirma que allí se encuentran todos los datos disponibles del proyecto. WTF!? Sí, en 1,44 megas de mielda. Sí, WTF!? Ay, y su final en pleno ataque de los militares para borrar todas las pruebas de los experimentos y arrasar con todo… Ay... Lo mejor es narrarlo con imágenes:
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Los supervivientes se preparan para huir... ¡pero queda pendiente la bolsa con el dinero! |
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El ladrón de casinos con cara de monguer después de perder la novia quiere la pasta |
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El piloto del helicóptero le da un minuto antes de darse el piro |
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El helicóptero espera y saben que vienen a arrasar los de Supervivientes |
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Llegan los aviones del ejército para dejar Paquirrrrrrín y a medio Sálvame allí |
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La viuda Kutrodo necesita nuevo macho.... ¿Llegará? |
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Sigo siendo monguer mirando hacia arriba. ¿La bolsa? ¡No, miro los aviones! |
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Se masca la tensión |
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OH wait |
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Monguer al Norte, Sur, Este y Oeste... ¡Coge la fruta BOLSA, gañán! |
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¡Ya están aquí! OMG!! Material de archivo en plan Ed Wood... |
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¿Y por qué no lanzan la bomba del medio si no quieren dejar nada? |
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¡BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOMBA y Terremoto en Alcorcón! |
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El ataque promete ser devastador... |
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Prometía... |
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¿Dónde oño está el gañán de la fruta bolsa de los cojons? |
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El drama de ser monguer y tratar de agarrar una bolsa... y no escrotal |
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Se están cebando con los árboles... ¡ASESINOS! |
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Misión imposible... |
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Atacados por una bomba en transparencia... ¡PELIGRO! |
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Los pilotos prosiguen su cruel y brutal ataque |
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¿El humo esconde...? |
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Un puente bombardeado... Los Komodos tendrán que pasar a nado |
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Un bombardeo patrocinado por Spectrum |
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Esnifando un poco de coca... |
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¡POBRES KOMODOS! |
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¡HIJOS DE FRUTA, DEJEN DE BOMBARDEAR AL MISMO PUENTE! |
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¡MOOOOOOOOOOOOOONGUER! |
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El helicóptero se pira... en modo INVISIBLE |
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¿Irá ese misil al helicóptero? |
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Pues no... ¡QUEREMOS REVENTAR EL MISMO PUENTE! |
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MONGUER FACE - TOMA Nº 1.585.763 |
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Tenemos un fruto disquete de 1,44 Megas para poner en jaque a los militares y destapar el proyecto secreto |
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WTF!? |
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Vengaré a mi difunto esposo y a mi maromo con 1,44 Mb de mierder |
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¡HIJOS DE FRUTA, HAN ESCAPADO CON UN JODIDLO DISQUETTE DE 1,44 MEGAS! |
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¡HIJOS DE FRUTA! |
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Voy a poner cara para lucirme para ganar un Oscar |
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Voy a utilizar un recurso estilístico conceptual para ganar un Oscar |
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Mientras tanto, en Komodolandia después de un bombardeo BRUTAL... |
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El monguer ladrón de casinos sigue vive y cuenta los billetes |
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Pero algo altera... su impasible rostro de monguer... |
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¡ESTÁBAMOS DE VACACIONES!, ¿QUÉ TAL, COMIDA CON CARA DE MONGUER? |
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¡JODLIDOS FINALES DE SERIE Z! |
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¡VEN PA'CA, CANAPÉ, QUE TE VOY A ENSEÑAR MIS ENTRAÑAS DE 8-BITS! THE END... OF THE BODRIO |
jajajajaja Me duelen los pies de la risa..
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