“Smiley”
Director: Michael J. Gallagher
EEUU
2012
Sinopsis (Oficial):
Después de conocer una leyenda urbana que cuenta como invocar mediante internet a un asesino en serie llamado Smiley (‘Sonrisas’), Ashley tendrá que averiguar si realmente la leyenda es cierta, si puede ser la próxima víctima o si solamente está perdiendo la cabeza...
Considerada uno de los mayores abortos fílmicos del 2012 y uno de los peores slashers de la historia del cine, “Smiley” podría esconder entre líneas una película culta, trascendente e incluso festivalera. Y es que tras ese empacho de estúpidos sustos en primer plano, con gente que grita a la cara de otra con música atronadora que impacta hasta el esfínter, se oculta un interesante discurso entre toneladas de bobería y defecación fílmica. La leyenda urbana de ‘Smiley’ consiste en que alguien en un videochat te diga «Lo hice para perturbarte» (I Did It for the Lulz) tres veces para que aparezca el hijo de Ortega Cano o un tipo con los ojos cosidos y una sonrisa sádica para rebanarte con su cuchillo o recitarte la discografía de Leonardo Dantés. WTF!? ¿Cómo puede una sola persona aparecerse detrás de la gente de todo Internet? ¿Cómo puede tener una película actuaciones tan patéticas y ridículas? ¿Cómo puede tener la típica scream queen una compañera de piso que se llama Proxy y tiene un novio hacker y no salir gritando en binario? La experiencia universitaria de Ashley (a Caitlin Gerard se le olvidó todo aquello que le enseñaron en las escuelas de interpretación) pasa por irse de fiestas para drogarse y emborracharse, conocer a tipos raros, charlar con su extraño profesor de ‘declaraciones equivalentes’ y, por supuesto, investigar la leyenda urbana de ‘Smiley’ tras ‘asesinar’ junto a su amiga Proxy a un tipo de un videochat con los tres «Lo hice para perturbarte». Sí, GRITEMOS.
Ante tanta idiotez sobreactuada, sustos patéticos, marihuana del Metadona y el discurso de «Puedo hacer lo que quiero», llega la auto-definida intersección de lo extraño y lo retardado. Las claves de la lógica y la razón que va a encontrar el espectador entre lo real y lo falso, pasan por una tortura cinematográfica de 90 minutos. ¿Realmente la película quiere entablar un discurso metaficcional con el famoso «Lo hice para perturbarte» (I Did It for the Lulz) y ser el mayor trolleo cinematográfico del Siglo XXI? ¿Y si algo imposible pasara? ¿Y si “Smiley” fuera una buena película? Pudiera pasar siempre y cuando sacrificara ser un slasher con sus sustos cutres cada cinco minutos provocando vergüenza ajena y pasara a ser una cinta austriaca o de terror japonés con sólo diálogos y planos fijos; con gente divagando tras un discurso fomentado en «lo peor que puede pasar en el mundo es que esté dominado por personas que estén seguras de tener la razón y les da permiso para hacer cualquier cosa sólo porque pueden hacerlo». En definitiva, la versión gafapasta de la película sería tremendamente intelectual y sesuda y digno material masturbatorio en un festival.
Smiley es real cuando la gente lo hace real y está película no es BODRIO porque la gente la haya convertido y catalogado en una de las bazofias del 2012 y del subgénero. ¡Es que es mala de lulzones! Tan torpe como letal a nivel cerebral, “Smiley” no puede evitar ser la mayor tontada del año pasado intentando conjugar “Pesadilla en Elm Street” y “Candyman, el dominio de la mente” para la generación youtube. Caras grotescas y aburrimiento sádico de pesadilla, completan la ‘Ética y la Razón’ del cine cutre donde los detectives de policías (cameo de Keith David) se descojonan del todo el despropósito argumental y de la propia protagonista. La leyenda urbana, desde luego, debería ser esta película, el mayor disparate hecho obra cinematográfica aunque nos desvela una ¿perturbante? moraleja: los trolls activistas dominarán internet y pasarán por la piedra (o navaja de los chinos) a sus sufridas víctimas.
Qué chungada.
ResponderEliminarSmiley no es el peor slasher, es mala como película pero no el peor slasher.
ResponderEliminarHola Loquendo Genius!
EliminarEra una pregunta. Cada persona tendrá su propia respuesta. Gracias por compartir la tuya. ;)
Saludos bastardos.