Agents of S.H.I.E.L.D. (1x08) The Well: We are Gods

Se esperaba el octavo capítulo de “Agents of S.H.I.E.L.D.” por ser aquel en el que “Thor: El mundo oscuro” tendría su peculiar crossover con la serie de ABC. Otra cuestión era esperar la aparición de Chris Hemsworth, claro… “The Well” quiere seguir con esa línea en la que los protagonistas se deben enfrentar a sus conflictos generados por sus traumáticos pasados como punto de fusión con las tramas episódicas y misteriosos objetos que van alejando de la humanidad para salvaguardarla. “The Well” es el octavo capítulo de la primera temporada de “Agents of S.H.I.E.L.D.” y ejercer un contraste entre aquello que nos han vendido y su consecuente decepción y aquello que realmente vuelve a demostrar: la serie que los haters se encargaron de hundir en sus primeros capítulos ahora levanta el vuelo y se consolida en su franja hora ante sus imbatibles rivales. Ahora e momento de repasar el episodio.

Comenzamos con el equipo enlazando con los residuos de “Thor: El mundo oscuro” en Inglaterra en la Universidad de Greenwich. Los restos alienígenas serán recogidos  por SHIELD para proteger a la humanidad de sus terribles poderes y precisamente volvemos a tener un argumento habitual en la serie: un objeto peligroso en manos equivocadas. Simmons mostrará aquí un conflicto un tanto suave respecto a la atención y llamadas que realizan sus padres para conocer su estado y el título del capítulo hace mención al trauma de Grant Ward que escondía en un lugar oscuro de su recuerdo y evidentemente será puesto de nuevo a la luz en el capítulo. Cuando pasamos a un parque nacional en Noruega con dos excursionistas que encuentran como parte de su búsqueda dentro de un árbol una barra metal tenemos presentados a los villanos: Jakob Nystrom y Petra Larsen. El extraño objeto te da ciertos poderes y chute energético cuando te agarras al mismo (ríete tú del anuncio de Nutella) y prueba de esa rabia interior acumulada la probarán dos guardabosques… ¿Qué objeto será? 

Digamos que el crossover con “Thor: El mundo oscuro” es para presentarnos tanto el objeto de Asgard como a un habitante del planeta de divinidades… ¿Será Thor? Jakon y Petra, mientras tanto, siembran el terror en Oslo con el mensaje de fuego en las calles: We are Gods… Fitz consigue una impresión en 3D gracias al árbol cortado para extraer el objeto y proseguir con la investigación sobre la mitología nórdica. Ante la ausencia de Thor (recordemos que estaba de vuelta en su hogar por aquel entonces antes de volver con su amada Jane Foster) el equipo acabará en Sevilla y no por la Feria de Abril. Me gusta ese guiño de la bandera española divisada de fondo en la universidad británica como prueba del destino posterior y la visita al experto en mitología nórdica llamado Dr. Elliot Randolph, interpretado por Peter MacNicol. Conoceremos la leyenda de los bersekers y el objeto episódico forma parte de una leyenda (y magia) sobre la violenta rabia que produce sostener el bastón/palo/cosa-larga. El guerrero asgardiano que lo poseyó una vez se enamoró de la vida terrenal y quedó en nuestro planeta dividiendo en tres partes el bastón de poder y escondiéndolas en distintas partes. La segunda pieza está en Sevilla y la investigación de Ward le hará toparse con el propio Randolph. Al sujetar el bastón, Ward descubrirá el precio del poder ya que la rabia se sustenta en recuerdo doloroso… tiempo atrás. Randolph consigue la pieza pero se topa con Jakob y Peta perdiendo la misma… 

Con un Ward desatado y con una rabia fluyendo a través de él, el resto del equipo sufrirá su ira… verbal. Su recuerdo trata de un joven que lucha para mantenerse fuera del agua en un pozo y es obvio que nos irán dando la información a cuentagotas. Randolph es interrogado y Coulson sugiere al propio Ward que desate su rabia con el profesor… para descubrir que en realidad es un asgardiano capaz de dejar un cuchillo como un trozo de papel de aluminio. WTF!? ¿Pedimos un cameo de Chris Hemsworth y nos dejan al tirillas de Peter MacNicol? ¿No se suponía que todos los asgardianos eran modelos del ropa interior? WTF!? Con el descubrimiento de que Randolph es el guerrero de la leyenda y que su oficio era romper piedra durante miles de años hasta que le reclutaron para el ejército, tenemos un claro ejemplo de explotación laboral en Asgard. A ver los progres y republicanos ahora ven con los mismos ojos ahora a Thor… y a esa realza que tiene a gente picando piedra en la construcción por un milenio. El equipo tendrá que trabajar rápido porque Jakob y Petra están utilizando los dos fragmentos para formar un ejército. Con el conocimiento de dónde se encuentra la última pieza y un Ward que se somete al poder del objeto para acabar con Jakob y su mini-ejército, tenemos el traumático recuerdo de su infancia: él era un niño y dejar que otro chico le impidió salvar la vida de su hermano. Con su ira a flor de piel Ward acaba exhausto y queda Petra como villana de final de fase. Será May aquella que unirá las tres piezas para dar una brutal paliza a la mala-pécora y hacer sus poses para la Comic-Con. ¿Cómo ha podido superar May sus más oscuros recuerdos? Al parecer está acostumbrada a revivir sus traumas a diario y para eso es el personaje más duro y chungo del equipo… Randolph será salvado por Coulson para que el resto de personajes tengan algo que hacer y llenar la cuota de humor negro. El retorno a la vida del asgardiano le recordará al agente de SHIELD su estancia mágica en Tahití. Mientras que a May y Ward les queda el alcohol para sobreponerse al drama, Coulson tendrá un extraño sueño del lugar mágico de cartón piedra y no sabemos si es pesadilla o revelación. Tampoco si el niño que se ahogaba en el pozo y al que no pudo salvar Ward por intervención de un matón era su hermano.

Pese a que el capítulo es un fraude en toda su extensión porque, repetimos, ¿dónde oño está Thor?, y el crossover es tan chorra como un simple apéndice de quita-pon, “The Well” consigue sobreponerse y ofrecer un sólido espectáculo con sus aportaciones dramáticas. Se agradece, además, que no salgan trajes de flamencas y señores con sombreros por las calles de la ciudad andaluza, que sepan ubicarla en el mapa de España y no mezclen fiestas y folclore con toros corriendo por las calles o prendiendo fuego a fallas con folleras y petardos. Otra cuestión es que nos creamos algo de esa universidad bilingue con estudiantes de intercambio, aunque que un asgardiano haya encontrado en Sevilla el lugar perfecto para su jubilación no deja de ser curioso ¿y gratificante? Otra cuestión es que no sea el churri de la Pataki, claro.