El quinto capítulo de “American
Horror Story: Coven” llega para cerrar el habitual doble episodio dedicado
a Halloween en el universo AHS. “Burn, Witch. Burn!” sigue resolviendo
una serie a fuego lento, de cara a los avances previos de temporada, pero
siempre con la capacidad de sorprender y puntear los clichés sobre los que se
respalda. Fiona Goode (Jessica Lange), Marie Laveau (Angela Bassett) y Delphine
LaLaurie (Kathy Bates) forman el triángulo mágico perfecto de la madurez y las nuevas generaciones
van a emerger dentro de esa lucha entre el aquelarre y el vudú. ¿Qué le pasó a
Cordelia Foxx? ¿Qué bruja será quemada por Fiona? ¿Volveremos a ver a Misty Day
por encima de su homenaje a Fleetwood Mac? ¿Y qué pasó con FrankenKyle? ¿Se acostará Nan con Luke? ¿Descubrirán el putrefacto cadáver de Madison? ¿¡Y quién será la nueva Suprema!? Pero,
ahora, llega lo más inmediato y es repasar ese homenaje a “La noche de los
muertos vivientes” con la que nos quedamos al cierre del anterior capítulo.
Es momento de quemar “Burn, Witch.
Burn!”.
Nos vamos al Nueva Orleans de 1833
para comprobar el demonio que era Madame LaLaurie y su transformación, vía
purgatorio en una tumba supuestamente eterna. Si LaLaurie era así con sus
hijas… imagínate cómo sería con sus propios esclavos, se pregunta el espectador. Veremos cómo da la
bienvenida al Gobernador y a su esposa en la fiesta de Víspera de Todos los
Santos. Para casarse con Borquita LaLaurie había que pasar por la ‘cámara de
los horrores’ donde la ‘bruja’ metía los globos oculares y vísceras que extraía
de sus negros torturados para revelar la valentía de todo aquel hombre que
quisiera pretender a alguno de sus tesoros. Sus hijas discuten en privado el tema y la imposibilidad de casarse por culpa de sus despiadada madre y de Lalaurie interrumpe el chismorreo para poner unas nuevas cartas sobre la
mesa. Sus hijas serán arrastradas desde su cama para ser encerradas en su
cámara de las torturas y bajo llave durante mínimo un año… si son buenas y la líder del chismorreo recibirá un escatológico
regalo en navidades para que se lo piense dos veces antes de abrir la boca. ¿Qué opinará de todo esto la Supernanny? Evidentemente enlazaremos con el ataque zombificado de sus
tres hijas en la puerta principal de la academia de señoritas Robichaux para continuar con el cierre del episodio anterior. LaLaurie no es la misma y ahora vive de nuevo
torturada por su pasado… revivido por una Marie Laveau ingrávida para completar
su venganza.
Zoe se erige como líder y Nan
confirma que son muertos vivientes… No los escucha… como tampoco escuchaba a Madison aunque tampoco yo la escucho a ella correctamente. ¡VOCALIZA NAN, VOCALIZA! Luke, que recordemos estaba en el interior, piensa que son críos y sale al
exterior para comprobar con ese ‘Que empiece la función’ de Laveau que
efectivamente son zombies asesinos. ¡Y no está Rick Grimes ni Gerry Lane para
salvarles! Luke acabará herido con Nan tratando de ayudarle y metiéndose con él
dentro de un coche como parte de su primera cita. Zoe reagrupa a las restantes brujas con la ayuda de Spaulding (que no quiere
que nadie se acerque a su buhardilla por razones obvias) y la todavía convaleciente Queenie como de LaLaurie acabarán encerradas en habitaciones. Todo parece perdido para Nan y Luke y Zoe al final quiere ser Rick Grimes o Gerry
Lane sino Lionel Cosgrove en “Braindead: tu madre se ha comido a mi perro”. “American
Horror Story: Coven” se pone más exploitation con sus digresiones formales pero
siempre estéticas y veremos a Zoe armada con una
sierra mecánico dando buena cuenta de todos los muertos vivientes. También a LaLaurie,
tras fallar con la pútrida reconciliación con su hija Borquita en un momento cocina que tampoco entendemos mucho, salva la vida
de Queenie y en cierta medida ejerce el mayor acto de bondad realizado por ella
como madre. Lo dicho, ¿Qué opinará de todo esto la Supernanny? Nos avisaron de un nuevo poder de Zoe y no nos quedaba claro si
consistía en el manejo de la motosierra en modo experto… hasta que el cacharro
deja de funcionar y evidentemente ejerce un nuevo poder en forma de eficaz hechizo que hace caer a Marie Laveau y al último zombi que se encontraba de pie. Hay un poder serio en esa casa de
brujas… ¿Cuál será?
Los paralelismos de madres e hijas van
a ser visibles en todo el capítulo tras el ataque sufrido por Cordelia, que será
confirmado como ácido sulfúrico. Cordelia se va a quedar ciega y su madre también está
ciega de alcohol y barbitúricos. No sabemos si esa secuencia
pesadillesca-hospitalaria es una crítica a la privatización de la sanidad, a “Silent Hill” o una rocambolesca e interior catarsis de la Suprema para reconciliarse
con su hija. Encuadres y planos aberrantes aparte, la puesta en escena siempre de la serie ha demostrado un cuidado desmedido por el detalle. Eso sí, ¡qué arreglen los fluorescentes de ese hospital, por Dios!
¡Vaya lugar lúgubre y deprimente! La resurrección de un bebé muerto pudiera actuar
como metáfora del personaje que ahora quiere reconciliarse con su hija. Hank
hará acto de presencia pero comprobaremos que Cordelia puede estar ciega pero no
sabemos si por un nuevo poder o no, es capaz de ‘ver’ todo aquello que hizo su
marido…
Por la mañana es momento de quemar
los zombis, poner en su sitio a la torturada criada, que Nan adopte a su nuevo animal de compañía y de hacer frente a otro
peligro mayor: el consejo. Ellos quieren que Fiona abdique pero ésta tiene un
plan de ataque ya que acusa a Myrtle de atacar a su hija y de hacer ‘desaparecer’
a Madison. Veremos que Myrtle es una hater
psicópata de Fiona y ésta le quita uno de sus guantes para mostrar cicatrices
de ácido en sus manos… Myrtle será quemada por bruja y no piensa resistirse a
ese tsunami con el que trató de luchar… Meterse con La Suprema es el mayor de
los peligros y las chicas comprobarán el horror de enfrentarse a la reina de la
función. Myrtle prefiere morir en la
hoguera que hervir junto a una Suprema condenada a convertir en cenizas el aquelarre.
Más tarde comprobaremos que Queenie fue aquella que causó las heridas en la
mano de Myrtle gracias a su poder y está carcomida por sus remordimientos.
Fiona es experta en vender motos a jóvenes brujas y, de momento, puede lidiar
con su maquiavélico plan… que nos dejan sin un responsable directo del ataque a
Cordelia con ácido. ¿Quién será? ¿Un personaje aún sin presentar? Para cerrar “Burn,
Witch. Burn!” tendremos doble ración de muerte con un Spalding haciendo de
las suyas en camisón y tratando de evitar el mal olor que deja una Madison que
se está pudriendo en su baúl y que protagonizará un sketch de muñeca ‘rota’.
Mientras tanto, Misty Day llegará al cadáver carbonizado de Myrtle para que nos
preguntemos: ¿y el aquelarre deja una prueba que pudiera incriminarlos allí
mismo o es que nadie pasa por la cantera de la muerte? Evidentemente Myrtle será resucitada
y no sabemos si también Madison acabará dentro de esa nueva Liga de La Justisia
vía resurrección para mostrar otro frente de poder a la actual Suprema. La
hoguera del poder está que arde y es momento de sentir el calor… ¿Nos
quemaremos ante tanto desliz y gratuita concesión?
Me perdí este capitulo!!!
ResponderEliminarEspero que no sea porque una bruja psicópata te echase ácido sulfúrico en un baño público al salir después de plantar un mojón... :O
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