“Capitán América: El soldado de invierno”
Título original: “Captain America: The Winter Soldier”
Directores: Anthony Russo y Joe Russo
EEUU
2014
Sinopsis (Página Oficial):
Después de los catastróficos acontecimientos ocurridos en Nueva York con Los Vengadores, “Capitán América: El soldado de invierno”, de Marvel, encuentra a Steve Rogers, alias el Capitán América, viviendo tranquilamente en Washington D.C. e intentando adaptarse al mundo moderno. Pero cuando un colega de S.H.I.E.L.D. se ve amenazado, Steve se encuentra envuelto en una trama de intrigas que puede poner en riesgo el mundo entero. Uniendo fuerzas con Black Widow, el Capitán América lucha por desenmascarar la conspiración cada vez mayor mientras pelea contra asesinos profesionales enviados para silenciarlo a cada paso. Cuando el plan malvado es revelado, el Capitán América y Black Widow piden la ayuda de un nuevo aliado: Falcon. Sin embargo, pronto se encontrarán a sí mismos luchando contra un enemigo colosal e inesperado: el Soldado del Invierno.
El espectáculo queda reducido a un nervioso Nick Fury pidiendo saber a través su inteligente y tuneado todoterreno, pariente bastardo del KITT de “El coche fantástico”, qué funciona ante una situación de crisis terminal. Todo puede estar roto y nada marcha… pero tenemos aire acondicionado (¡!) dentro de los márgenes del mainstream. Da lo mismo que veamos con nuestros propios ojos que un cristal está a punto de reventar porque vivimos en el mundo en que todo está automatizado, con la temperatura acomodada y esperaremos la confirmación en una pantalla LED. En realidad, el cine comercial ha pulido y electrizado sus mecanismos para que sean simples pero apabullantes coreografías en una noche repleta de costosos fuegos artificiales y pudiéramos pensar a que cedan a su argumento y planes de sus villanos para localizar y exterminar a todos aquellos que no nos dejamos engañar por semejante y visual engaño. Curiosamente el efecto de “Los vengadores” de Joss Whedon ha imprimado a las (nuevas) películas de Marvel unos cánones distintos alejados de ramificaciones tumorosas y nolanistas, como “El hombre de acero”, capaces de prostituir a personajes a cambio de aumentar la venta de entradas. Llegamos, en resumen, a la pregunta elemental: ¿es o no es “Capitán América: El soldado de invierno” parte de ese gélido mainstream automatizado que únicamente se dedica a contar billetes sin importarle el precio?
Del mismo modo que “Thor: El mundo oscuro” de Alan Taylor perfeccionaba los muchos defectos de “Thor-Pedo” de Kenneth Branagh, existe en la cinta dirigida por Anthony Russo y Joe Russo un afán de pulir sin desacreditar la fallida “Capitán América: El primer vengador”. “Capitán América: El soldado de invierno”, de esta manera, se aleja de ese hype a palo seco sin gas ni alcohol llamado “Iron Man 3” para profundizar en el pasado del protagonista como respuesta orgánica al equilibrio entre historia y acción. Dejamos el cine de aventuras y bélico y pasamos página para introducirnos de lleno en el marco argumental de conspiraciones y thrillers inspirados en novelas de espionaje reduciendo la autoparodia impuesta en la franquicia dedicada a Los Vengadores. El pasado de Steve Rogers debe ser la respuesta emocional al presente de Capitán América y ese ‘Soldado de invierno’ nos revela la esencia y conexión con su la propia saga cinematográfica para el resurgir de HYDRA e interrelacionar a Arnim Zola (Toby Jones) con una oscura e invisible confabulación dentro de S.H.I.E.L.D. que va a posicionar a todos los protagonistas. Y es ahí donde la estructura puede aplastar a las parcelas dramáticas, como si la cinta estuviera obligada a transitar por canales preestablecidos (y previsibles) para potenciar “Los vengadores 2: La era de Ultron” y la futura “Capitán América 3” que competirá junto a “Batman Vs. Superman” en 2016. El propio guión parece, así, someterse y doblegarse al cacareado regreso de Red Skull, a la presentación en los post-créditos tanto del Barón Strucker como de Quicksilver (Mercurio) y la Bruja Escarlata y dar sentido a la vuelta (de tuerca) que propone HYDRA.
Arruinainfancias |
El entretenimiento, de este modo, está supeditado a esa lucha interna entre un cruce de los universos de ‘Star Wars’ y ‘Misión Imposible’ y la cura (y cara) oculta de sendos supersoldados que intensifican ese matiz de las heridas de los veteranos que propone Halcón/Sam Wilson. El ejemplo precisamente lo ejerce el personaje que interpreta Anthony Mackie como parte de esa lucha entre un apéndice de rol afroamericano que tiene que soltar las frases divertidas frente a la creación de su propia historia independiente. La aceptación del cosmos mainstream trata de cambiar el rumbo del blockbuster obligado y acentuado en algunos nombres de esa lista regional (por votación popular) que acompaña a Thai Food, Star Wars/Star Trek, Nirvana, Rocky y la banda sonora de Marvin Gaye para ‘Trouble Man’. Al parecer, da lo mismo cambiar de Premio Nobel o permutar entre Skakira y Héroes del Silencio, si no se trata de cambiar la cáscara que rodea la obra. Una cápsula tan dura como el escudo de Capitán América que posiblemente impida desplegar del todo las delicias de Viuda Negra o apuntalar más y mejor al personaje de Robert Redford dentro de ese cúmulo coral de guiños y referencias donde hasta “Pulp Fiction” no está a salvo. A falta de confirmar si “Capitán América: El soldado de invierno” dejará marca en la segunda temporada de la desacreditada por los fans “Marvel's Agents of S.H.I.E.L.D.”, llegamos al terreno abdominal que ya comenté en “Capitán América: El primer vengador” y que debiera confirmar la automatización o no de la cinta.
Da la impresión de que existe una castración en el libreto de Christopher Markus y Stephen McFeely a Steve Rogers, como si la moraleja de la historia quedara patente en una frase: «Follas menos que el Capitán América de Chris Evans». Pobrecito, de un pezquenín atrapado en un anuncio de Abdominators patrocinado por la Segunda Guerra Mundial a estar congelado media vida y no encontrar un polvo sustituto a Peggy Carter. Con tanto conflicto, supervillano y agente doble el pobre no saca la cola aunque se lance a pelo sin paracaídas. Que Natasha Romanoff dote de tensión sexual a la cola intangible no deja de potenciar al otro drama invisible de la historia. ¿Podrá echar un polvo el pobre Capitán América o tendrá que esperar a la Fase 3 de Marvel? A la espera que pongan la sufrida cola de la folclórica de barras y estrellas como reliquia —emulando (a la inversa) al pene de Rasputín— nos quedamos como Stan Lee, vigilantes de ese museo de honor, valor y sacrificio, cada vez más repleto de nuevas piezas y adquisiciones para el fervor popular. “Capitán América: El soldado de invierno” tendrá, desde luego, un destacado hueco en esa galería cinematográfica de Marvel por tratar de equilibrar el artificio con esa coherencia interna de buscar en el pasado las respuestas que hagan girar sus automatizados mecanismos. Eso sí y por favor señores del Universo Marvel, déjense de tanta escena post-créditos y easter egg oculto y permitan que Steve Rogers vaya, aunque sea, a un puticlub a desahogarse. ¡Hijos de fruta, el pobre lleva desde la Segunda Guerra Mundial sin echar un polvo! ¡Tengan piedad! Cada día que pasa tiene los güevos más cargados de HAMOR y todos sabemos que eso no es bueno para un señor que supuestamente tiene que salvar el mundo. ¿Es ése el motivo por el que la película no acaba con Steve Rogers corriendo de nuevo por Washington D.C. y adelantado por ancianas al no poder arrastrarse con esas dos bombonas de butano que lleva en la entrepierna? Por favor, señores de Marvel, tengan piedad y que el pobre eche un polvo antes de que iniciemos una campaña viral titulada Pray For Captain America's Testicles. ¡No sean tan hijos de fruta!
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GRACIAS POR EL SPOILER MADLITO MALDITO TROLL :D :D :D :D :D
ResponderEliminarDeberías dejar de llamar a los blockbusters ventanas mainstreams yo no creía que este blog estaba enfocado desde un punto hipster.
ResponderEliminarLa 'palabra' mainstream es previa a la 'palabra' (como referente contemporáneo) hipster. Es parte del vocabulario automatizado bastardo antes de que se llamara hipster a lo hipster, ¿se me entiende?. :P
EliminarAsí que no se trata de un punto de vista hipster sino referente al anglicismo. El cine/música mainstream es cine/música mainstream, seas hipster, vivas en Cuenca o en Hollywood. Te guste o no te guste, lo digan ahora los hipsters o la incluyera la crítica años antes de que los hipsters fueran hipsters.
P.D.: El blog está enfocado desde un punto 'de humor'. Algo ininteligible a veces, pero 'humor' al fin y al cabo.
Saludos anónimo.
gran critica. hace poco empece a leerte en FA, coincidimos mucho, lo tienes un poco olvidado por cierto...
ResponderEliminarGracias por el comentario.
EliminarNo tengo tiempo para pastar por FA... aunque cuando vuelva tendré que subir unas 100 críticas!!! XD
Un saludo!
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ResponderEliminarCOMENTARIO SIN SPAM: El único pero que le pongo, es que siguen jugando con el tema del patriotismo. Si bien fue el principal motor de la 2da. Guerra Mundial, es un tema que nunca pasará de moda, por lo menos en las películas con esta temática. Tiene varios valores que me gustaría que los niños retomaran con sus amistades. Y en lo bueno, las películas de Marvel siempre será un placer verlas.
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