The Americans (2x03) The Walk In: Fuego y cenizas

Es injusto para toda serie que ha conseguido el consenso de la prensa especializada (norteamericana) recibir la espalda del público. Mientras que “True Detective” triunfa a todos los niveles, las otras dos series dramáticas con mejores críticas del 2014 (“Hannibal” y “The Americans”) pasan por una crisis de audiencia que hace peligrar su futura. La ficción del Dr. Lecter ya estaba acostumbrada pero no así la ficción de espías de FX, que comenzó con muy bien en su primera entrega. Ahora, esta segunda extremidad ha quedado quebrada y constatar el peligro de que crítica y público vayan en sentido contrario deja en evidencia a la televisión de calidad incluso producida dentro del propio cable. Es momento de repasar los méritos de “The Walk In”, tercer capítulo de la segunda temporada de “The Americans”. 

Los mecanismos de suspense de esta nueva entrega de la serie de FX sobre el Directorio ‘S’ constatan su buen estado de forma. Paige Jennings sabe que sus padres ocultan algo y el objetivo va a ser la famosa tía abuela (Helen Leavis) de la que se ‘tuvo que hacer cargo’ Elizabeth. También el futuro de Jared tras el asesinato de hermana y padres (agentes rusos) va a ofrecer muchos alicientes para tensiones de todo tipo y la operación que tenía puesta en marcha el agente Emmett sobre una ‘máquina’ y su configuración, mientras que un desertor norteamericano (Bruce Dameran) va a mantener ocupado las intrigas entre la Rezidentura y el FBI con Nina y Stan de bisagras. El pasado de Emmett y Leanne también va a ser expuesto con un flashback del 66 y la reunión de las mujeres de las parejas en el banco de un parque mientras esperaban para completar una misión. Vamos a conocer, por lo tanto, más sobre los propios Elizabeth y Phillip y la ‘creación’ de su familia. 

Los frentes de la serie actualmente son claros: la protección de la familia por parte de Elizabeth y Phillip va a ser el motor de suspense pero también el de una evolución en sus habituales misiones. Lo normal hubiera sido que Elizabeth hubiera liquidado a ese trabajador que revela los planos de la hélice que buscaban para que Phillip los protagonice… pero su propio reclamo para salvar su vida (sus hijos) se convierte en el arma para tener su silencio comprado. La pareja de agentes rusos no saben que aquella que puede exponerles es precisamente su hija, que conocerá una chica de su edad en el autobús que la lleva a conocer a su tía. Helen aparece un tanto desorientada y confundiendo a Paige por Shelley... ¿¡Cuántos identidades utilizan estos espías rusos!? El aviso de la tía-abuela a Philip sobre la visita de su hija comienza a dejar claro que Paige va por independiente y que esa chica del autobús va a ser más recurrente que una simple aparición de una secuencia. Hipocresía la justa después de que el patriarca suelte «la mentira no será tolerada».

Uno de los intereses de “The Americans” es su hábil escritura para transformar la historia de ‘amor’ de Nina y Stan en un relato sobredimensionado por esa máquina de escribir que relata los pecados y los primeros planos de esa agente rusa que goza con el propio relato del que es protagonista. La Rezidentura (y Arkady Ivanovich, por extensión) utilizarán a un veterano de la guerra de Vietnam (Dameran) para ofrecer al FBI (Stan y Gaad a la cabeza) el anzuelo preciso. Gracias a un evento del Banco Mundial repleto de peces gordos provocará que las piezas se ajusten sobre la azotea de la lavandería que vimos en capítulos anteriores para desvelar los planes de ese francotirador llamado Dameran. Es cierto que el enemigo real de toda guerra son ‘los hombres dueños de todo’ pero no hay tiempo para más con el disparo que convierte a Stan en un héroe a Nina la escritora de los relatos (basados en hechos reales) más picantes de la Rezidentura. Nos interesa saber más de Elizabeth y su paso por casa de Leanne y Emmett para descubrir una caja metálica oculta que contiene un sobre del que un flashback nos dará explicación. Se trata de una carta que Leanne quería que Elizabeth entregara a su hijo para revelarle la verdad sobre sus padres. El encuentro de Elizabeth con Jared nos deja más claro ese desenlace final (y conexión emocional de la protagonista con todo el asunto) en el que la carta será fuego y, posteriormente, cenizas. Esperemos que el espectador norteamericano no deje esa imagen también quemando esta serie... 

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