“The Neighbors”
EEUU
2012
Sinopsis (Página
Oficial):
Marty
Weaver (Lenny Venito) sólo quiere lo mejor para su esposa Debbie (Jami Gertz) y sus tres hijos. Es por ese motivo por el que
se mudan a Hidden Hills, Nueva Jersey, a una comunidad completamente aislada
con su propio campo de golf. Marty está seguro de que su nuevo hogar será un
sueño hecho realidad. Y entonces, llegan los vecinos… que son un poco
diferentes. Larry Bird (Simon Templeman) se presenta como el ‘líder’ de la comunidad. Su esposa, Jackie
Joyner-Kersee (Toks Olagundoye) y sus dos hijos también tienen nombres de atletas famosos: Dick Butkussu
y Reggie Jackson.
Después de
que Debbie y Marty intenten dar sentido al comportamiento de sus nuevos y
extraños vecinos —¿Muy europeos? ¿Una secta? ¿Atletas Amish?— descubren que
toda la comunidad de Hidden Hills se compone de alienígenas del planeta Zabvron.
Resulta que los zabvronians se han refugiado en Hidden Hills durante los
últimos 10 años, esperando instrucciones para su vuelta a casa. Y los Weavers son
los primeros seres humanos que han vivido entre ellos… Al principio, los Weaver
están listos para huir. Sin embargo, los alienígenas parecen bastante
inofensivos. Y allí, además, corre bastante el aire, tienen anchuras… y campo
de golf. Así, que deciden quedarse y ayudar a sus nuevos vecinos a adaptarse a
la vida en este planeta confuso que llamamos hogar…
De acuerdo, la falta de ideas brilla por su ausencia… pero al menos se puede tener algo de personalidad o personajes inspirados. “The Neighbors”, nueva sitcom de la ABC, es un cruce de “Suburgatory”, “Mork & Mindy”, “Los caraconos” y “Mi marciano favorito” con el inverso-reverso de “Cosas de Marcianos”. Si en la serie que protagonizan Jeremy Sisto y Jane Levy se planteaba un cambio de universo de la ciudad a un barrio residencial de la periferia donde se establecía un purgatorio, la serie al servicio de Lenny Venito y Jami Gertz se formula sobre patrones de telecomedia familiar y un ambiente alienígena en una comunidad aislada de Nueva Jersey. El problema inicial es que “Suburgatory” y “The Neighbors” comparten cadena y da cierta impresión de molde impreso. Perdón, mal impreso. Ni ironía, ni humor ni ráfagas de talento… en esta serie los alienígenas pasan a ser los espectadores que repiten una y otra vez: ¿esto no es una broma de cámara oculta?
No necesariamente ser la serie más estúpida es sinónimo de ser la peor… aunque en el caso de “The Neighbors” la ficción aspira ser uno de los shows de estreno otoñal más detestados por parte de la crítica. Todo esto me remite a la más que interesante, normalmente estupenda y metaficcional “Episodes” y a una frase del arranque de la segunda temporada:
¡Por favor! A nadie le importan las críticas de televisión. Odian la mayoría de la mierda que hay en antena y la gente lo sigue viendo.
“The Neighbors” es más de esa ‘mierda’ y la audiencia, gracias al tirón de “Modern Family”, consiguió marcar excelentes datos. Miedo da pensar que una serie así (y tan estúpida) se mantenga en antena. La sensación general del espectador es sentarse a ver una cadena alienígena por no captar la sintonía que desea marcar. Los alienígenas pacíficos y asociales, que se han puesto nombres de atletas conocidos, se alimentan leyendo… La duda es saber si los productores de este engendro se leyeron realmente el guión del piloto. Un piloto que abarca un espectro de serie familiar en el peor sentido de la palabra. O sea, todo políticamente correcto, todo políticamente copiado. La premisa de “The Neighbors” podría ser válida para un sketch o un capítulo de “Los Simpsons”, por ejemplo, pero intentar generar un universo propio teniendo “Alf” o “Cosas de Marcianos” recae en la apología de la estupidez. Y, por lo visto en el piloto, de simpleza e idiotez la serie parece marcarse una tesis en sus primeros 20 minutos.
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