A veces es difícil entender a crítica y público en función de las opiniones
que vierten sobre algunas series. En EEUU la aceptación de la serie que
protagoniza Melissa George ha quedado patente con un buen recibimiento
pero sin lanzar cohetes. Otra cuestión son las críticas más negativas que
indican que el show no es demasiado sorprendente, que sus tiempos muertos son
un quebradero de cabeza, que si otros se esperaban una fantasmada a lo “Misión Imposible” y una serie de explosiones, acción y peleas por los cuatro
costados… y otros declaran que preferían una serie menos cerebral y más simple
y estúpida. Para gustos, los colores. Pero “Hunted” es un
entretenimiento que hará las delicias de los seguidores de “Alias” y “X-Files”.
Simplemente encontrar una serie así en estos tiempos es un mérito. Podrá ser un thriller que no marcará ni modas
ni tendencias pero demuestra que hay elementos siempre prácticos y funcionales
que seguirán realizando sus perfectas funciones en la pantalla, sea grande o
pequeña. Es momento de revisar su tercer capítulo, titulado “Hourglass”.
Estamos ante un capítulo con mucha información y esta vez los diálogos se imponen como medida de avance en la narración. Vamos a tener respuestas pero también van a surgir incógnitas que escapan a los personajes. Comenzamos con un doble crimen por orden de Jack Turner. El multimillonario criminal no puede permitir que su oferta por la Presa Upper Khyber se hunda y está decidido a exterminar a todo aquel que se ponga en su camino. Más tarde descubriremos que la pareja asesinada eran miembros de la junta de Conglomerado JTRP… En especial él era el presidente de la firma noruega KPEK Lars Holm. Turner sabe que puede manejar al segundo de abordo Patrick Lindberg sin su presidente, ya que sin la firma no pueden presentar la oferta financiera. El grupo de Byzantium necesita la oferta ya que es obvio que su cliente es uno de los competidores. Los máximos rivales (obviando las otras tres ofertas rivales) son los chinos y Keel informó que un espía chino había sido ‘interceptado’ por Turner… Así que blanco y en botella… Cambiamos de escenarios en “Hourglass” y la puja de la presa pakistaní en un hotel de cinco estrellas donde irá Sam acompañando al pequeño Edward Turner mientras que su padre Stephen Turner sigue fijándose en ella… y más si se pone esos trajes de gala.
Ian Fowkes consigue infiltrarse en la red criminal de Dave Ryder y descubre que Hasan no llevaba nunca botas… pese a que los hombres de Tuner se han deshecho por corte e inineración de un cadáver que sacaron de la casa… con botas… Hay un topo y el grupo es mínimo para no darse cuenta de quién puede ser el sospechoso. Zoe Morgan utiliza su indudable inteligencia para empezar a unir piezas. Su principal sospechoso es el propio Aidan Marsh… Y es simple: ella sabe que no es el topo, Ian Fowkes es el nuevo y su carácter no puede ser una actuación salvo que sea de Oscar y Deacon Crane es religioso y un hombre de familia con una brillante carrera en Byzantium… Obviamente Zoe también sospecha de Sam, que a su vez sospecha de Aidan. Blanco y en botella. Vamos a descubrir en este capítulo que efectivamente es el topo pero no es el topo. Me explico: tiene relaciones con Natalie Thorpe del MI6 y pasa información sobre Byzantium… aunque no sabemos quién utiliza a quién. Dicha información pudo ser interceptada… y así lo sospecha la propia Natalie, que pensaba que Sam estaba muerta y también puede tener celos incluso de ella. Así se lo hace saber a su superior llamado George, que confirma que dicha información va directa al Ministro… y es archivada como Hourglass.
‘Hourglass’ son las últimas palabras de Bernard Faroux, el francés
que sedujo y traicionó en Tánger. El encuentro es rápido ya que Bernand está ahí porque también está ligado a una de las ofertas. Sam opta por acabar
con él y sus hombres pero Bernard parece que la esperaba… Con una pistola
introducida en su entrepierna y contra la pared hace una oferta que Sam no
puede rechazar: revelará quién trató de asesinarla pero deberá llevarle a él
directamente la oferta de los Turner en vez de a Byzantium.
Aunque Aidan quiere sacar a Sam y descubren que la memoria que tomó de Turner
no contiene la puja, Keel decide dejarla
allí. Keel se entrevistó con Bernard
Faroux para confirmar si conocía algo sobre la desaparición de Sam pero sabía
que le mentía…El disco duro con la oferta de los Turner se encuentra en una bóveda
en el hotel y es inaccesible. Sam decide utilizar a Patrick Lindberg para que lance la piedra directamente a Turner: alguien
ha copiado su disco duro. Turner lo confirma pero su asistente personal y
guardaespaldas le confirma que nadie lo ha copiado… que solamente se puede
hacer si el disco es leído… como ahora. Turner aumenta la puja y gana a
los chinos pero habrá un desempate entre ambas ofertas. El problema es que está
comprometido a pagar 30 millones de libras que no tiene aunque los paquistaníes
no revisarán sus finanzas en un corto periodo de tiempo, pudiendo buscar dinero
de alguna forma… Bernard es despedido por un Au Revoir y una bala. El triángulo que forman Keel, Sam y Aidan sigue mintiéndose a
la cara y ocultando información… cuando toda junta podría dar una respuesta al
enigma. No se trata de saber quién filtra la información… sino por qué…
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