“Nashville”
EEUU
2012
Sinopsis (Página
Oficial):
La legendaria Rayna Jaymes es considerada por muchos como la gran Reina de
la música country del País, pero después de dos décadas empieza a deslizarse de
su trono. Rayna se niega a ser arrollada por su sello discográfico ya que
presentan un nuevo acuerdo inadmisible para una diva. Y en la cara de una
industria en evolución, Rayna está luchando por adaptarse y reinventarse a sí
misma: la única alternativa que tiene si quiere seguir siendo relevante.
Juliette Barnes es sexy, atrevida, y arrastra problemas en su familia, pero
ella es también la artista crossover #1 del país. En su ascenso a la
cima, la imagen pública de Juliette se ve amenazada por circunstancias que se
esfuerza por controlar. Y mientras ella está decidida a sentarse en el trono de
Rayna, se niega a tratar con su difícil pasado….
A estas alturas está más que confirmado: la crítica norteamericana se ha rendido a “Nashville” y la ha designado como mejor nueva serie de este otoño por encima de “Last Resort”, “Arrow” y “Elementary” (entiendo que la CBS se gastó aquí todo su presupuesto en sobornos). Todo lo anterior me hace escuchar una monótona canción que no me dice nada pero que al contrario otros supuestos especialistas han designado como la más bella y poética del momento. No es cuestión de estar al día del country y encontrar las risibles evidencias entre el personaje que interpreta Hayden Panettiere y Taylor Swift. Se trata de sentimiento y aquí noto un producto hecho a medida para que funcione sí-o-sí. En definitiva, “Nashville” critica e ironiza sobre los productos de diseño cuando es puro Auto-Tune dramático-argumental.
La serie, que enfrenta a dos
divas de la música country en dos generaciones, se articula sobre un reparto
coral a lo “Nashville” de Robert Altman. Tenemos a la leyenda Rayna
Jaymes, interpretada por Connie Britton, que
comienza a desaparecer por las nuevas reinas de las listas de ventas
propulsadas por adolescentes con Juliette Barnes (Hayden
Panettiere) por bandera: productos de diseño a golpe de Auto-Tune que no
valdrían ni como coristas de su banda pero que han utilizado su potencial
sexual, tanto como reclamo como para escalar posiciones a modo de efectiva arma.
Rayna contempla cómo puede empezar a caer a los infiernos y su única salvación
por parte de su discográfica es ser telonera en la gira de Juliette Barnes…
Golpe mortal a su ego de diva que se solapa con la carrera política de que
inicia su marido incitado por un padre poderoso al que odia y del que siempre
ha querido ser independiente.
“Nashville” va directa a ese choque de dos mujeres potentes, fuertes, de gran personalidad y que saben hacer lo indicado para salirse con la suya. Músic, política y pura feminidad pueden ser una interesante mezcla con el peso de T-Bone Burnett como responsable musical. No falta un salvavidas en forma de un joven desconocido, cantante y compositor, con mucho talento que podía provocar el renacimiento de la diva olvidada por las adolescentes. Ni tampoco un viejo guitarrista con el que Rayna tuvo algo en el pasado y con el que se encapricha Juliette. La crónica del mainstream y de resortes políticos son temas nada reveladores y la ficción juega sobre el papel, aunque el argumento sería genial y tróspido con dobles de Madonna y Lady Gaga… y es precisamente el punto que provoca desconcierto y decepción: todo está demasiado calculado. Bien interpretada y escrita, no obstante, me resulta sin chispa para continuar o generar expectación de cara a continuar viendo sus episodios.
Habemus una madre
drogadicta, tramas políticas, juventudes ansiosas de marcar su rastro en la
historia y leyendas a la deriva. Hay quién ha comparado la serie de Callie Khouri con “The Wire” y
sinceramente me parece, a día de hoy, una auténtica boutade. Que el director de
“Tres mujeres y un plan” y “Clan Ya-Ya” pueda formular a través de
muchas subtramas entrelazadas las diferentes perspectivas de una ciudad unida
por la música tendría su encanto. Sería la “Treme” del
mainstream, la música divisada como la droga que revuelve a las ciudades desde
sus cimientos. Desde luego no me lo creo, pese a convencerme las
interpretaciones y parte de lo que quieren plantearme…. Tal vez porque me sepa
el final de la canción o conozca al dedillo cuando viene el siguiente
estribillo. Hay elementos como tramas y relaciones entre personajes pasadas y
ocultas y, sobre todo, muchos romances presentes o a punto de eclosionar.
Entiendo que los guionistas han derrochado horas investigando los entresijos de
la música country, su explotación como negocio y lo que esconden las
bambalinas… pero el resto me resulta obvio, trillado y puro déjà vu.
Posiblemente la cadena se
sintiera atraída por su idea de formato multidireccional. Ya no se trata de
buscar paralelismos con ideas de la competencia (“Glee”,
“Smash”) sino hacer un mashup para reconducir sus pasos a conveniencia y
discreción. Tenemos desde un drama familiar, a toques y tonos a lo “Ha nacido una estrella” con
fusiones políticas y parábolas sobre el negocio de la discográficas amenizados
con sus escarceos al musical, al romance y con un telón de fondo de soap-opera
a lo “Dallas” o “Dinastía”. Esa fusión con convicción en agradar ha
propiciado subtramas previsibles y reincidentes, hilos conductores de
audiencias masivas y miedo por perderlas, atándolas a pasiones trilladas pero
efectivas y funcionales. Pero vuelvo a lo mismo: que algo mainstream con
vocación de producto de diseño y calculado milimétricamente para epatar critique
al mainstream no es algo en el fondo tan hipócrita como mainstream.
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ResponderEliminar¡Más SPAM, ESTO es la GUERRA!
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