La política obedece siempre a los mismos amos aunque la ficción
norteamericana con los telefilmes de la HBO, una de sus series estrella —“The Newsroom”— y sobre todo
“Boss” han pulido muchas
aristas sobre la corrupción, el estado político norteamericano y los
representantes que aspiran a gobernar el Reino. Obviamente la serie creada por Aaron Sorkin y la que protagoniza Kelsey
Grammer utilizan diferentes
elementos e incluso objetivos para tratar los reflejos de la realidad. En el
caso de la serie confeccionada desde el piloto por Gus
Van Sant ha demostrado una
esencia shakesperiana con muchos ecos trágicos. La realidad no sé si supera la
ficción pero Grammer es un viejo lobo que sabe estar en el candelero. No
importa que no haya sido nominado a los Emmys pese a ganar el Globo
de Oro. El ‘escándalo’ que
montó en un programa de televisión al aparecer imágenes de su ex mujer Camille Grammer sigue coleando… y al igual que su personaje en la
ficción el escándalo es utilizado hábilmente para satisfacer su carrera
política. ¿Estará nominado este año a los Globos
de Oro para intentar revalidar
su candidatura? De momento, a lo importante: repasar el séptimo capítulo de la segunda temporada de “Boss”, “The Conversation”.
Nos encontramos ante un episodio de asentamiento en el que la enfermedad de Tom Kane queda en un tercer plano. Se convierte en un fantasma del pasado pese a que podía revivir en un futuro próximo… Ahora mismo nos preguntamos cómo podría funcionar “Boss” sin la enfermedad de su personaje principal después de ese marcado anticlímax que mostró “Mania”. “The Conversation” es la respuesta donde aparecen elementos que eran presentes e inactivos se activan para marcar el rumbo del final de la temporada. Así la vuelta de Kane a Chicago sin enfermedad (de momento) y renovado en cuerpo y alma nos sitúa directamente en las decisiones que debe tomar para enderezar el rumbo de su ciudad, de su Reino.
Es cierto que nos espera una gran tormenta final y esos recursos que los guionistas han ido plantando no solamente en esta temporada están dispuestos a activarse. Las maniobras políticas cierran un extraño díptico junto con “Backflash” donde una de las primeras decisiones de Kane es disponer del apoyo y punto de vista y raciocinio de su mujer Meredith. Con ese brazo derecho establecido Ian Todd y Mona Fredricks pasan a un segundo plano político para centrarse en el lado personal. Ian se acerca a su ‘hermana’ y pese a que Darius es el que soborna a su agente de la condicional, el supuesto bastardo de Kane se lleva los méritos anímicos. Mona plantea sus situación a Kane y le pide que le avise de sus acciones sobre el proyecto de Jardines Lennox antes de ejecutarlas. Meredith descubre que su marido ha estado espiándola y así se lo revela. ¿Celos? ¿Efectos secundarios de la enfermedad? Mona puede ser en este momento de la serie agua política pasada y futura antagonista…
Antagonista como Kitty O'Neill cuyas tácticas están llevando a la
victoria del Condado a Walsh y “Boss” no duda en mostrarnos la reunión digna de la mafia
en la se compran los votos del Concejal Ross y sus jefes de barrio… Votos
comprados como una sesión de bolsa. Realmente las tramas de Kitty van enfocadas
a su nuevo amante, periodista y editor jefe del Sentinel, Sam Miller. Sobre todo a esa brecha y testimonio
al descubrir que Ezra Stone reveló información al periódico y fue ‘Rosebud’… y poco
después fue asesinado… Brecha que rompe su relación afectiva, como si la eficaz, insaciable sexualmente y letal asesora no quisiera mostrar debilidades. Kitty, después de destrozar a su amante Ben Zajac que
tiene que ahogar sus penas sexuales con la ayudante del fiscal y pedir
clemencia para los manifestantes, tiene que lidiar con las intensivas artimañitas
de su jefa para que acabe en su cama. ¿Le pasará el lesbianismo factura a
Walsh?
Por el resto, el pasado va a pasar factura a Kane: McGantry es apartado por la propia Meredith que es insultada brutalmente por el despechado y se instauran represalias, Emma ayuda a su abuelo deshaciéndose de su medicación y los cargos de corrupción de ejercicios pasados conceptuados en ese 1993 y el odio del Fiscal provocan que Kane tenga que entregar numerosa documentación. Los archivos son entregados desordenados lo que llevaría a un año o dos de trabajo… aunque una caja se encuentra en estado impecable y sin nada redactado ni tachado… ¿Más topos en el ayuntamiento? Hábilmente Kane utiliza a un saqueador asesinado por la policía para desviar la atención de la prensa. La conversación que tiene con el superintendente Royczyk es filtrada y debe pedir su renuncia. Royczyk aprovecha para colar información a Sam sobre el viaje del alcalde a Canadá… También tiene a su periodista y mano derecha Jackie investigando el delirio en plena calle del alcalde antes de desaparecer. Mientras tanto, Kane pide a Kavanaugh lo siguiente: «Los planes han cambiado. Nuestro viejo amigo. Ha llegado su hora». Pero ahora llegamos a las preguntas: ¿provocó el atentando contra su mujer y las revueltas el propio Kane para reunir a su familia? ¿Se ‘despertará’ Rutledge con ganas de batalla contra su hija y nuero por haberle dejado ‘sedado’ y postrado como un vegetal? ¿Quién será el topo en el ayuntamiento? ¿Se revelará Ian de una vez como bastardo? Muchas preguntas y tramas que en cierta medida apartan a “Boss”, de momento, de su concepción inicial. Ahora nos quedan los últimos capítulos para ver dónde quiere disparar la serie de Starz.
Gracias por tus comentarios. Esta es una serie magnífica, pero que parece que nos interesa a pocos. ¡Y no lo entiendo!
ResponderEliminarDe nada guti_rz, gracias ti por tu comentario.
EliminarSaludos!