Si algo nos ha desvelado esta cuarta temporada de “Arrow” es que unos simples momentos controvertidos y unas decisiones tal vez erróneas (o discutibles) han sido capaces de abrir una tremenda e irreversible brecha y distanciamiento entre serie, como objeto, y público, que lo utiliza a sus intereses. Dentro de esa turbulencia de polémica, conviene recordar que el rumbo de esta cuarta temporada era sumamente interesante y satisfactorio, trayendo la ‘magia’ a nuestras pantallas gracias a Damien Darhk, añadiendo elementos sobrenaturales para incluso conjurar cameos como los de John Constantine y Vixen e incluso gestionando ese crossover junto a “The Flash” para germinar el nacimiento de “Legends of Tomorrow” de la mano del misticismo de Vandal Savage. A todo lo anterior se añadía la inclusión de un flasforward para indicar que un personaje principal perecería en la recta final de la entrega y que Oliver Queen necesitaba regresar como un nuevo icono, que invitara a Star(ling) City a la esperanza tanto en su luz interior (su carrera para encumbrarse como alcalde) como en la oscuridad que atenaza su alma (el nacimiento de Flecha Verde). Aquí existe un paralelismo con la imagen de “Uprising” (3x12) al verle subido nuevamente en un coche inspirando una revolución en su ciudad frente a los opresores. Pero Oliver ya no necesita a su álter ego sino que puede ser él mismo para crear esa esperanza y salvación… La serie de The CW, además, se permitió lanzar en “Dark Waters” (4x09) un poderoso cliffhanger para remitirnos al ya propiciado en 2014 en “The Climb” (3x09) y dejarnos claro que hasta Felicity Smoak pudiera ser la elegida para ocupar el misterio alrededor de esa tumba que ‘buscaba’ ocupante. Todo iba bien, bajo un halo de luces y resplandecientes sensaciones, hasta que se inició el arco argumental tras el controvertido cierre de “Taken” (4x15), en el que se desató la ira de los seguidores del show de The CW al ver que el Olicity iba a ser un chicle pringoso en manos de los escritores y productores, forzando una ruptura en el momento más inoportuno e incluso ridículo. Recordemos que Felicity conseguía dejar atrás su silla de ruedas para (literalmente) dar puerta a su prometido por no soportar sus mentiras y secretos más (pese a que ella hacía lo mismo con sus seres queridos). Aquí empezó la oscuridad, las dudas y las sombras. En cierto modo, el problema no es esa hacker cuya asociación con Oliver Queen fue fundamental para construir la mejor versión del espectáculo sino el complejo de Mary Sue alrededor de su personaje. En “Agents of SHIELD” a Skye, curiosamente otra hacker, le ocurrió algo parecido en los inicios de la serie de ABC y los guionistas tomaron nota para ir puliendo un personaje que, finalmente, se ha convertido en fundamental a los intereses de crecimiento de la producción para desarrollar la mitología del Universo Marvel en la pequeña pantalla. Por parte de Felicity, vamos a peor ya que esa inteligente y carismática informática ―que conquistó el corazón de la audiencia― se ha convertido en una Mary Sue completamente prescindible que solamente aporta problemas y una innecesaria (a estas alturas) tensión sexual. “Schism”, vigesimotercer episodio y último de la cuarta temporada de “Arrow”, desea volver a traer de vuelta a esa hacker capaz de salvar el mundo siendo la pieza que necesita Oliver Queen para dar sentido a todo. Repasemos el season 4 finale.
Si bien en “My Name Is Oliver Queen” (3x23) se cerraba un acto, cediendo Oliver Queen a la luz propiciada en su relación con Felicity y dejando atrás a su álter ego justiciero, en este season finale volvemos a una imagen en la que la pareja yace separada pero en el mismo escenario y plano, observando de espaldas al público los trajes del Team Arrow (ya ausente) que permanecerán en sus maniquíes y vidrieras hasta nuevo aviso, como si esperaran no volver a utilizarlos nuevamente. Es cierto que Flecha Verde aportó una nueva naturaleza a Oliver Queen aunque ha encontrado su sino siendo el alcalde de Star City, defendiendo a su ciudad sin necesidad de usar capucha, arco y antifaz. Previamente ya nos dejó claro que Damien Darhk tenía que ser derrotado a plena luz del día y, tal vez, a este desenlace le haya faltado cierta coherencia al respecto, como esa capacidad moral sobre el asesinato a sangre fría de los personajes principales y sus consecuencias éticas posteriores. En este terreno los guionistas han querido encadenar el conflicto de John Diggle, tras verse forzado a acabar con su hermano, y el propiciado por Oliver Queen al tener que acabar de una vez por todas con Darhk replicando ese apuñalamiento directo al corazón con una punta afilada de una flecha sobre Laurel. Quid pro quo, that's the question. Esa dicotomía no es novedosa en el espectáculo pero, tal y como recuerda el propio Oliver ante la tumba de Laurel Lance, daba la impresión de que ya estaba superado el asunto… por mucha justificación de matar que quiera darnos el discurso del regreso (en los flashbacks) de Amanda Waller o la comparación entre Deathstroke y Damien Darhk. Realmente aquí lo criticable son tanto las lagunas narrativas como las intermitencias en los personajes y sus conflictos y acciones. ¿O qué ocurrió con Anarky (Lonnie Machin), Noah Kuttler, la hija de Darhk y tantos otros? ¿La solución está en que la explicación a sus desapariciones/ausencias es a gusto del consumidor? Sobre este territorio también conviene recordar aquella síntesis de lo que significa en la actualidad Felicity Smoak: veremos cómo convence a su ex ex ex novio (Cooper Seldon / Brother Eye) de que le ayude a salvar el mundo y éste accede para conseguir una dolorosa muerte sin que a la rubia le importe demasiado el caos (y cadáveres) que ha desencadenado. Y precisamente aquí surge esa idea del absurdo y la contradicción. Darhk metió una bala (literalmente) en el cuerpo de Cooper para chantajearlo, moviendo la misma por su espina dorsal, y así tener pleno control de Rubicon. El plan es ilógico desde su premisa ya que el propio Cooper es consciente de que morirá igualmente ante la hecatombe nuclear que desencadenará. Tras la traición, Darhk detectará la misma y lo asesinará de forma remota… pese a dejarnos claro segundos antes que había perdido su magia (!?). Felicity y Oliver, cada uno por su parte, siguen a lo suyo… como si nada del sinsentido previo hubiera ocurrido. Considero que esas secuencias resumen el actual estado de la serie: demasiadas y chirriantes licencias que invitan al perdón constante al otro lado de la pantalla si el espectador desea creerse/entretenerse con el asunto.
Aquello que nos deja claro “Schism” es que el viejo y clásico conflicto de luz y oscuridad interior de nuestro ‘superhombre’, con ínfulas trágicas de antihéroe, ya es tan fútil como la propia dicotomía implícita en personajes bipolares, siendo la intención de los escritores y productores articular un ‘reboot’ tanto del Olicity como del universo del Team Arrow para ver en la próxima temporada un nuevo comienzo de todos ellos. Precisamente otro de los puntos más cuestionables de la entrega ha vuelto a ser los flashbacks alrededor del pasado de Oliver, donde su regreso a Lian Yu fue resuelto con el enfrentamiento final de Taiana y Baron Reiter. Todo se sintió como algo decepcionante y bastante pobre y falto de ideas tanto a niveles formales como argumentales, dejando de nuevo esa idea al otro lado de la pantalla que los escritores tenían claro los arcos argumentales de las dos primeras temporadas y luego fueron incapaces de encontrar un sitio satifactorio al pasado de su protagonista. Oliver aprovechó la lucha de ambos titanes para acabar con Reiter por la espalda y, posteriormente, romper el cuello de Taiana al ver que su paso al lado oscuro era irreversible y sumamente peligroso incluso para el propio héroe. Aquello que nos interesa es saber que Amanda Waller fue aquella que inoculó la idea de convertirse en vigilante aunque, por obviedad temporal, a Oliver le falta un año para ponernos (y ponerse) al día y tiene que viajar a Rusia para cumplir la promesa que le hizo a Taiana, puliendo así la mitología respecto algunas incógnitas que ya intuíamos.
En “Schism” presenciaremos cómo Oliver trata de dar esperanza a los habitantes de Star City tanto como un ser mortal como ese icono justiciero que protege a sus conciudadanos, articulando nuevamente aquí esa dualidad que es la esencia del héroe. En esa evolución de su personaje es normal que veamos cómo se convierte en el nuevo alcalde la ciudad que ahora tiene que proteger a plena luz del día y sin antifaces que valgan. Diggle, por su parte, tendrá que tomarse un tiempo fuera del Team Arrow para asimilar la muerte de su hermano con sus propias manos, siendo su destino volver al ejército y dejando atrás a su propia mujer e hija (!). Que Quentin y Donna inicien un nuevo camino dejando todo atrás resulta más consecuente, por ejemplo. Y es que la bipolaridad es un mecanismo habitual el show ya que veremos a Thea pasar de amenazar con matar a niños a abandonar el Team Arrow por tal motivo… cuando Speedy ha tenido constantes arrebatos ya sea por su sed de sangre (vía Pozo de Lázaro) o por ser utilizada por su padre Malcom Merlyn. Creo que aquí desean articular otra idea contradictoria y afín al postureo del cierre de una temporada, como si Oliver Queen hubiera acertado en inspirar la esperanza a Star City pero Flecha Verde hubiera sido incapaz de hacer lo propio con sus aliados. Tampoco sin un enemigo como Damien Darhk en frente tiene demasiado sentido una coalición de justicieros sin poco o nada que proteger y con muchos de ellos repletos de dudas y fracciones interiores. Lo único que funciona satisfactoriamente es el Darhk creado por Neal McDonough a lo largo de la temporada, visitando a Felicity y amenazándola incluso con matar a su madre Donna delante suya e hiriendo a Curtis en el proceso. Darhk recupera a su hija, para revelar esa humanidad un tanto sarcástica de su personaje, y también el ordenador portátil de Felicity para hacerse con Rubicon y poner 15.000 misiles nucleares en el aire para iniciar el ‘Fin del Mundo’. Como suele ser habitual, la ‘ciencia’ y la informática nos salvarán y nos darán respuestas y Curtis y Felicity encuentran una vía para engañar a esos proyectiles, que evitará males mayores. Entre todo ese fuego cruzado, de agentes de A.R.G.U.S. y los fantasmas de Hive, “Schism” desea cubrir la cuota de tiroteos y acción estableciendo su clímax en una lucha final en plena calle de la ciudad, donde los ciudadanos de Star City dejan claro que están hasta los memoles de pasar por la misma situación cada año. Nunca mais… y dicho y hecho (?).
¿No sería lo suyo que los habitantes de la ciudad pidieran la cancelación de “Arrow” para así evitar traumas por esos ataques terroristas o planes de los villanos que pasan por allí cada temporada? Puede que la mecánica de “Arrow” esté ya diluida y acabada y, simplemente, la separación de Oliver y Felicity fuera la gota que colmó el vaso. Es normal que todos los personajes piensen que Laurel, como metáfora de la audiencia ya enterrada por las decisiones argumentales de los escritores/productores, se sentiría defraudada y salgan todos por patas para encontrarse a sí mismos. “Arrow” también tiene que encontrarse de nuevo a sí misma y tiene tiempo de enderezar de nuevo el camino porque, tal y como revela esa secuencia final, Oliver y Felicity siguen en pie (en el sentido físico y alegórico), siendo ambos los pilares necesarios para reconstruir un espectáculo que demostró que podía crecer utilizando a John Constantine y a Vixen en sus tramas, encajando ambos como unos guantes en los mecanismos de la serie de The CW. En la quinta temporada el show tiene un reto que pasa por recuperar a todos aquellos, que como gran parte del Team Arrow, han abandonado a esa pareja (y no pareja) que se han quedado solos, rodeados de ruina y escombros, frente a la esencia de la superhéroica y dándonos la espalda. Más claro, imposible.
A continuación, las reviews de la cuarta temporada de “Arrow”:
♐ (4x21) Monument Point: Rise of the Villains
♐ (4x20) Genesis: Magical Mystery Tour
♐ (4x19) Canary Cry: Fake Canary y otras pelucas del montón
♐ (4x18) Eleven-Fifty-Nine: Una última vez…
♐ (4x17) Beacon of Hope: «Estamos en una película de ‘Jungla de cristal’…»
♐ (4x16) Broken Hearts: Camelot en Star City
♐ (4x15) Taken: Magia vs. Magia
♐ (4x14) Code of Silence: Demoliendo secretos, que es gerundio
♐ (4x13) Sins of the Father: El final (de los DJs) de la Liga de los Asesinos
♐ (4x12) Unchained: Guilt Arrow
♐ (4x11) A.W.O.L.: Y Felicity consiguió su ‘nickname’…
♐ (4x10) Blood Debts: El camino de la venganza
♐ (4x09) Dark Waters: Damien Darhk os desea Feliz Navidad…
♐ (4x08) Legends of Yesterday: Segundas oportunidades siempre fueron mejores
♐ (4x07) Brotherhood: Sobre hermanos y hermandades
♐ (4x06) Lost Souls: The Atom está de vuelta…
♐ (4x05) Haunted: Y, entonces, llegó John Constantine
♐ (4x04) Beyond Redemption: El límite de una redención
♐ (4x03) Restoration: OTA, Original Team Arrow
♐ (4x02) The Candidate: Sobre hacer las cosas diferentes
♐ (4x01) Green Arrow: Comienza la cuarta temporada de ‘Arrow’
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