Serie de TV
“American Crime Story: The People v. O.J. Simpson”
EEUU
2016
Sinopsis (Página Oficial):
“The People v. O.J. Simpson: American Crime Story” es una serie limitada que nos introduce dentro del juicio de O.J. Simpson con una mirada fascinante a los equipos legales que luchan para condenar o absolver a la leyenda del fútbol por un doble homicidio. Basada en el libro “The Run of His Life: The People v. O.J. Simpson” de Jeffrey Toobin, el drama explora las caóticas relaciones detrás de los bastidores y las maniobras en ambos lados del tribunal, y cómo una combinación de exceso de confianza por parte de la fiscalía, la astucia de la defensa, y la historia de la policía de Los Ángeles con la comunidad de la ciudad afroamericana dio al jurado aquello que necesitaba: la duda razonable.
―¿Crees que no entiendo la situación? La entiendo. Es venganza. O.J. es el primer acusado negro de la historia en librarse porque es negro.
•La gente verá quién es la policía en realidad…
―Y también lo bien que sabes darle la vuelta al sistema. No hay ningún escalón hacia los derechos civiles. La policía de este país seguirá arrestándonos, pegándonos, matándonos. No has cambiado nada para la gente negra de aquí. Excepto, por supuesto, que eres uno rico y famoso en Brentwood.
Aunque la sobresaliente “The People v. O.J. Simpson: American Crime Story” pudiera sintetizarse en tantas secuencias, momentos, frases e incluso episodios, creo que es la duda razonable aquel material y germen sobre el que Scott Alexander y Larry Karaszewski desean trazar un círculo desde “From the Ashes of Tragedy” (1x01) a “The Verdict” (1x10). La producción de Ryan Murphy, que también dirige varios de los más destacados capítulos, no desea posicionarse más allá del propio relato y seguimiento a O.J. Simpson, como si sus gestos o reacciones fueran elementos para dictaminar su culpabilidad por encima del propio juicio. Es curioso que el clímax emocional sobre el personaje lo ejerza una ducha, siendo habitualmente un recurso de guion para que el protagonista lave alegóricamente sus pecados y quede purificado a tal efecto. Contrariamente, la idea es que veamos a O.J. (Cuba Gooding Jr.) al ‘desnudo’ tanto físicamente como emocionalmente, que esas lágrimas y su encaramiento ante su propio reflejo en un espejo sean la conciencia que recaiga sobre aquel objeto petrificado. Esa comunión la establece el plano final, con O.J. de nuevo posicionándose frente a esa estatua que remarca ese reverso y la historia de un hombre enfrentado a su reflejo oscuro, como los dos lados de su alma y fragmentación de su propio alma. En realidad, la condena para O.J. Simpson es saber que todos aquellos que están a su alrededor saben que él es el culpable de los crímenes, que nadie puede dar crédito a que exista un auténtico asesino suelto. Y es ahí donde el personaje que interpreta David Schwimmer (Robert Kardashian) es del vivo reflejo de ese tormento de convivir junto a un monstruo que parece que no es consciente del mal que ha cometido y que no es consciente de los actos que cometió. ¿Y qué existe, por lo tanto, dentro de la mente O.J. Simpson? Simplemente el fervor popular, ese pasado al que se sigue aferrando pese a ser la más depravada variación terrenal.
“The People v. O.J. Simpson: American Crime Story” es conocedora que la realidad siempre supera a la ficción y puede que sea el motivo por el que el material de archivo va solapándose al originado para la temporada de la serie. Incluso muchas veces la propia realización conecta con el formato televisivo utilizando proyecciones en pantallas de la época. Ese vínculo desea alcanzar otro tipo de cuotas formales y discursivas. ¿Hasta dónde llega el poder de la televisión? ¿Y cómo podemos interpretar el influyo de la ficción televisiva como integración de imágenes documentales y residuales de los propios noticiarios surgidos de nuestra realidad? Posiblemente “American Crime Story: The People v. O.J. Simpson” sea una de las grandes series en tiempos en los que parecía que el documental nos iba a dar todas las respuestas (“Making a Murderer”). El material con el que trabajan Scott Alexander y Larry Karaszewski es tan amplio que no quieren eludir ningún rincón alrededor de todo ese foco mediático, utilizando un tono incluso irónico respecto a un país que es incapaz de pensar ejecutar a ‘iconos’ como Charles Manson y que es fanático de este tipo de procesos y asesinatos. John Waters ya nos lo contó en “Los asesinatos de mamá”, aunque evidentemente el show de FX no desea llegar a ciertos extremos paródicos como los vividos en el desenlace de la primera temporada de “Unbreakable Kimmy Schmidt”, donde Tina Fey y Jerry Minor dieron buena cuenta de Marcia Clark y Chris Darden. En ese territorio, el punto de vista de los padres de la víctima quitan peso de la burla y superficialidad en la que muchas veces parece recrearse (e incluso criticar) ese tono cercano a una comedia negra. La moraleja desea congelarnos la sonrisa cediendo en los créditos finales todo el protagonismo a Nicole Brown y Ronald Goldman. Se trata de un homenaje póstumo dentro de los márgenes de un producto televisivo siguiendo esas pautas del subgénero en la que el espectador siente la necesidad de que le cuenten qué ocurrió con todos los implicados.
Obviamente el gran mérito de “American Crime Story: The People v. O.J. Simpson” es que todo esa orgía de recursos audiovisuales, tan presentes en las producciones de Ryan Murphy, encajan a la perfección tanto con el tono como con el tema tratado. Pero aquí también los méritos son la precisión por describir a todos los personajes, incluso sacarse de la chistera el drama de ser un jurado del supuesto juicio del siglo, esculpiendo un entramado de personajes y dotando a cada uno de los mismos con cierta profundidad. La serie no deja escapar tampoco esas conexiones kitsch con “Keeping Up with the Kardashians” como parte de su lenguaje para describir la cultura popular que nos esperaba en el presente. Y, en esa conexión, también pudiéramos describir en paralelo el discurso sociológico que plantea la propuesta. En “Los amos de la noticia” vimos los ‘orígenes’ de las trasmisiones en directo de persecuciones de automóviles, sirviendo el contraste de ese público al que ya nada le importaba una entrevista que bien pudiera poner fin a la eterna Guerra de Oriente Medio. En “American Crime Story: The People v. O.J. Simpson” presenciaremos que un corte de emisión sobre un partido de la NBC es capaz de anestesiar a una nación al seguir la persecución policial sobre la camioneta en la que viajaba una prófuga estrella y ex jugador de la NFL. Es el comienzo, ni siquiera el clímax. Es posible que ese tránsito de 20 años ofrezca una valiosa perspectiva para saber quién tenía razón desde esa fractura del pueblo estadounidense, generando un debate racial que no acabó con la liberación de O.J. Simpson sino que todavía siguen resonando sus ecos y precisamente la serie de FX desea escucharlos. Desde todos sus frentes, sin filtros (salvo los formales) y amplificando los sonidos de ese juicio que todavía sigue resonando en la conciencia del pueblo norteamericano. Quizá esa sumisión de que la cultura popular se revista de autoreferencias, bajo el formato contemporáneo afín a la autoría de Murphy, sea gran parte de los méritos una atractiva propuesta que no tiene pelos en la lengua en hablar de ciertos pseudo-tabús como la violencia doméstica, el racismo, la corrupción policial, la lucha de clases, la crueldad o de la superficialidad de los mass media ante el periodismo de rapiña. Y todos los anteriores temas siempre son nivelados entre la sátira corrosiva y la profundidad crítica del discurso sobre la radiografía de una sociedad encadenada a muchos problemas de fondo condenados a quedarse en la superficie. Esta serie no lo hace sino que nos sugiere que esa duda razonable se extendió como un virus entre esa población polarizada, anestesiada y drogocatódicadependiente delante de sus televisores desde entonces.
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