Catastrophe: Lío embarazoso

Serie de TV

“Catastrophe”

Reino Unido

2015

Sinopsis (Página Oficial):

Rob Delaney y Sharon Horgan escriben y protagonizan una comedia que sigue a un americano y a una irlandesa que provocan un endemoniado enredo en su lucha por enamorarse en Londres. 

Crítica Bastarda:

— Creo que deberías casarte conmigo. 

[…]

× ¿No se supone que primero deberíamos enamorarnos?

— Bueno, mi madre me envió un artículo sobre un estudio sobre los matrimonios de conveniencia frente a los matrimonios por amor y descubrieron que los concertados suelen acabar menos en divorcio que los que son de verdad.

× ¿Eso es porque terminan en suicidio?

— No lo sé. No he leído el artículo entero.

Los cuentos de hadas se acabaron y no es que nos lo relate “Galavant” pero sí una hornada de nuevas series que han superado los últimos fracasos románticos en televisiones generalistas. Precisamente la más salvable de todas esas propuestas, “A to Z”, ‘vendía’ una comedia anti-romántica siguiendo la onda expansiva de “(500) Días juntos”. “You're the Worst”, “Man Seeking Woman” y “Billy & Billie” han aportado otros espectros de interés dentro del subgénero un tanto trillado y en apariencia finiquitado. Los ingleses, por el contrario, no han dicho la última palabra y la estupenda “Catastrophe” llega después de “Dates” y “Scrotal Recall” para conformar una excepcional trilogía sobre esas dobleces de conceptos ya tratados y asumidos en lo que comedias románticas se refiere: la imprevisibilidad y/o decepción de las citas a ciegas, las enfermedades de transmisión sexual y, en ese último caso, un embarazo no deseado. Rob Delaney y Sharon Horgan escriben y protagonizan una serie que pudiera remitirnos a “Lío embarazoso” de Judd Apatow e incluso ante fallida sitcom de CBS “Accidentally on Purpose”. No se equivoquen, “Catastrophe” no es en absoluto una catástrofe sino una de las mejores nuevas series que veremos en 2015. 

La cuestión es ‘ensuciar’ ese conjunto de tópicos, utilizando una feroz realidad respecto al idealismo con el que nos han dibujado la esencia romántica, bañando en orina incluso el anillo de compromiso o cualquier tipo de estereotipo cotidiano. La sociedad siempre camufla su cinismo en sonrisas y un tono agradable, como si esa compostura evitara hablar del elefante en la habitación: el ser humano se reduce a sexo, carnalidad y la difícil tarea de convivir con otra persona en esos tiempos muertos en lo que hay que hablar ‘de algo’. En ese territorio el show trata de equilibrar las emociones con los sueños y la realidad bajo el mandato de que las cosas no suelen ser como imaginamos. “Catastrophe” se empapa en una capa realista pero disecciona los mecanismos del humor mediante una franqueza y visceralidad en la onda Apatow. La premisa nos transporta a seguir los pasos de un estadounidense y una irlandesa y el comienzo de su historia de amor en Londres, pero para llegar a ese punto de inicio se nos revela una atracción sexual prácticamente instantánea y muy entusiasta. Esa adicción y aventura carnal pasajera y con fecha de caducidad se vuelve en su contra, haciendo que ambos afronten el paso a la madurez a la que se habían negado a sujetarse anteriormente. Esa ‘catástrofe’ para que tomen conciencia de sus actos es un bebé en camino, toda una responsabilidad que se transforma en una oportunidad que ambos deben aprovechar e incluso dar forma. Es ahora o nunca… aunque el camino esté repleto de contradicciones y ambos no se conozcan del todo, pero sean lo suficientemente maduros para tener un historial de errores previos sobre el que respaldar su actual presente.

“Catastrophe” en cierto modo pivota sobre un ‘reboot’ existencial sobre sus protagonistas, reconstruyendo sus vidas y tratando desesperadamente de tomar las riendas de las mismas, iniciando un reinventando camino juntos. Rob representa a la perfección ese concepto de empezar de nuevo desde cero, formando un nuevo grupo de amigos, estableciendo vínculos con la familia y conocidos de su nueva pareja, tratando sobre todo de aportar una estabilidad laboral necesaria aunque tenga que sacrificar sus sueños por el camino. La comedia de Channel 4 revela las cardinales habituales en lo que el subgénero se refiere. Desde los amigos, compañeros de trabajo hasta la familia forman un inestable entorno sobre el que la pareja debe moverse. Carrie Fisher, la suegra, y su cinismo y peculiar sentido del humor aportan un contraplano hostil amparado en la experiencia. La idea es posicionar a los personajes fuera de control, en situaciones que resulten incluso cotidianas para el espectador pero que supongan, al mismo tiempo, un terremoto emocional para los protagonistas. Hay diversión, vocabulario sucio y un estigma de auto-humillación entre instantes de devastación, crudeza y potente drama con un toque excéntrico, pero la sensación es siempre de envolver de cinismo e inteligencia todas las situaciones, como si el humor fuera finalmente el eje fundamental sobre lo que el todo debe oscilar. Aunque la comedia se ciñe al material intercultural, “Catastrophe” quiere alejarse de ciertos estereotipos o ensuciar aquellos que tiene definidos por la audiencia, como si la propia pareja protagonista representara un ‘reboot’ dentro de la comedia romántica y les tocará vivir esos conocidos pasajes, estereotipos y clichés entre sucesos prácticos, médicos y físicos alrededor de los temores de una pareja con un embarazado por medio. La química entre Sharon Morris y Rob Norris se hace cada vez más palpable hasta que en el clímax y súmmum de su ‘felicidad’ se transforma en su pelea y discusión más visceral y cruda. Pero incluso en ese punto de giro tan dramático el guión sabe como despuntar la vuelta de tuerca y concluir con un cliffhanger como la vida misma. Mientras Channel 4 ha encontrado una nueva mina de oro, Amazon ya tiene compañera de aventuras junto a “Transparent”. Puede que aquí yazca otra inesperada relación y matrimonio de conveniencia, un cordón umbilical que una a dos continentes y países —con sus propias identidades y diferencias— condenados a entenderse. Y nosotros, en todo ese proceso y relación bajo un lío embarazoso, encantados.

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