Tatau: Tatuaje, visiones, destino…

Miniserie de TV

“Tatau”

Reino Unido

2015

Sinopsis (Página Oficial):

Dos mochileros de Reino Unido, Kyle y Budgie, se ven involucrados en un misterio sobrenatural alrededor de un asesinato situado en Manutaki en las Islas Cook. Convencidos de que un crimen terrible se va a cometer, Kyle se enmaraña en las intrigas de una poderosa familia local. También profundiza en la antigua cultura local, que incluye chamanes, espíritus, pociones alucinógenas… ¿Puede Kyle acceder, de repente, a visiones proféticas? ¿O es que simplemente se está volviendo loco?

Crítica Bastarda:

La miniserie de BBC Three se ampara en el exotismo de las Islas Cook para plantear sus mecanismos de suspense basados en aspectos sobrenaturales. Me gustaría pensar en “Tatau” como ese tipo de planteamientos narrativos similares a los de “Laura” de Preminger o “Desafío total” de Paul Verhoeven, que las visiones de ese joven se extiendan hasta los ocho capítulos que componen la propuesta para poder volver al mismo punto de origen. Lamentablemente no existe un toque onírico en todo el conjunto sino una serie estructurada en giros de guión con elementos sobrehumanos para camuflar un rutinario thriller. La propuesta creada por Richard Zajdlic, por lo tanto, trata de salvar sus deficiencias mediante el exotismo y la premisa generada por los misterios del ‘avatavi’, una droga prohibida y bebida sagrada para algunos de los lugareños. Ese ‘viaje’ mágico e inspirador, ya nos avecina la introducción de un Momoke, una criatura de otro mundo capaz de robar almas y arrastrar el espíritu de su víctima hacia el ‘estanque’ donde habita. Dos amigos veinteañeros y londinenses se aventuran a viajar por el mundo hasta las Islas Cook, arrastrado por el tatuaje maorí que se ha realizado nuestro protagonista. Es obvio que en ese ‘viaje’ gracias a la experiencia del ‘avatavi’ tendrá una visión que entenderá como hecho consumado hasta que se da cuenta que se trata de una profecía. ¿Podrá salvar Kyle a esa enigmática joven vestida con un peculiar vestido y también con un tatuaje interpretada por Shushila Takao? 

Kyle se encuentra atrapado en esa visión y comienza a tener más alucinaciones, siendo guiado por una presencia y antepasado de Aumea (Takao). La familia de la joven, que supuestamente morirá ahogada, es muy influyente en la isla y los mitos maoríes hacen acto de presencia. Los problema de “Tatau”, pese a su tan atrayente como estereotipada premisa, son su irregularidad para dar forma a un conjunto satisfactorio. La serie limitada trata de hallar también una conexión emocional con un trauma vivido con su protagonista y, además, añade los desesperados intentos de su amigo y compañero de aventuras para conseguir dinero ante numerosas deudas que dejó en Reino Unido. Ambos dan la impresión de que querer escapar del pasado pero ese supuesto paraíso esconde también otro infierno. Llegamos también a los intentos del guión por racionalizar los elementos sobrenaturales y dar sentido a todo ese arco argumental con una estratagema planificada desde el principio. En el episodio final se trata de dar, por lo tanto, explicación a todo bajo ese prisma de misticismo y viejas leyendas que ocultan esos frondosos bosques de la isla. Volvemos al principio pero no a esa visión cíclica sino a la aparición de una criatura de otro mundo para dar sentido a todo…

La miniserie de Richard Zajdlic no resulta tan compleja como le gustaría a su autor. Es cierto que en tiempos de inmediatez y propuestas recicladas puede sorprender la llegada de ese toque exótico y juvenil que propone “Tatau”, con una historia de aventuras bajo un halo sobrenatural y protagonizada por actores sacados de una pasarela de modelos. La sensación para algunos espectadores, por el contrario, puede ser de un show un tanto cutre e incluso con una premisa que huele a déjà vu y que finalmente parece buscar la salvación argumentalmente al reconvertirla en un Síndrome de Casandra. Al contrario de lo que ocurrió con la primera temporada de “Orphan Black”, todo aquello que propone el show de BBC Three queda dinamitado por unos libretos mal escritos y bastante imprecisos, como si Zajdlic deseara en el fondo confeccionar un show de largo alcance pero a mitad de camino se diera cuenta de que los efectos de esa droga mística y alucinógena ya pasaron muchos capítulos atrás. SPOILER: con la aparición de las perlas Vaipiti y 859 giros de guión —y personajes que dicen una cosa y luego hacen otra para decir la contraria— llegamos al desenlace y explicación de todo. El misterioso prometido de Aumea, Koringo, ha seducido a todos (incluido al reverendo Calcott) para tener todo trenzado para su plan. Los guionistas también tratan de hallar la conexión del hijo nonato que perdió Kyle con la posibilidad de también ver desvanecerse a Aumea en otra clase de líquido amniótico, a modo de superar su propio conflicto. Con todos los aliados de Kyle reunidos, llegamos a la revelación: Koringo es el hijo de un Momoke, la mujer blanca de Manutaki, y un agricultor que la convirtió en su esposa. Koringo desea volver a su hogar pero, al ser mitad Momoke, necesita el sacrificio de un familiar para pasar a través del portal de su dimensión, cuyo pozo mágico y místico se abre gracias a esas perlas Vaipiti. Koringo necesitaba a Aumea y utilizó la visión de Kyle no para evitar su muerte sino para que ésta tuviera lugar. Entre efectos especiales similares a los de la copia turca de “E.T., el extraterrestre” y que, al final, Koringo queda atrapado donde amargan los pepinos, todo para un ‘happy end’ un tanto tosco y bastante cutre. Como “Tatau” quiere finalizar como una ‘bad movie’ de terror necesita el giro final con una perla mágica de la muerte en posesión del amigo de Kyle para que ese ‘portal’ vuelva a abrirse y comience el desastre de nuevo… ¿Escapará Kyle a su visión o nosotros ya no podremos huir de haber perdido el tiempo con esta miniserie tan exótica como intrascendente? 

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