Red Oaks: Vuelven los 80

Serie de TV

“Red Oaks”

[Piloto]

EEUU

2014

Sinopsis (Página Oficial):

Una serie de comedia sobre la mayoría de edad en los años ‘go-go’ 80 acerca de un estudiante universitario que goza de un último hurra antes de que el verano llegue a su fin —y el futuro comience—.

Crítica Bastarda:

Vuelven los 80 y una especie de viaje en paralelo de David Gordon Green y Steven Soderbergh a otro tipo ‘parque de atracciones’ al que nos condujo Greg Mottola en la estupenda “Adventureland”. El verano va llevarnos a 1985, a un club de campo de Nueva Jersey — predominantemente judío— en el que David (Craig Roberts) tendrá que replantearse su futuro. Previamente le vimos enfrentarse al infarto de su padre (Richard Kind), que le ayudará a abrir los ojos sobre la perspectiva vital, la universidad e incluso la relación sin amor que tienen sus padres. David decide ser ayudante de tenis profesional y va a contar con el apoyo incondicional de su jefe (Ennis Esmer) y al dueño del club (Paul Reiser), cuya hija (Alexandra Socha) va a desestabilizar la relación con su novia e instructora de aeróbic en el lugar (Gage Golightly). Aparentemente las líneas argumentales del guión son tópicas pero la esencia de “Red Oaks” es satisfactoria y sumamente interesante. 

Puede que el secreto para esa aventura veraniega hacia la madurez sea el contraste entre los trabajadores del club de campo, los romances (y rupturas) de las que son protagonistas y esas fiestas nocturnas que marcan la diversión, el sexo y desfase. David quiere evitar a toda costa trabajar para su padre en el verano y el club de campo es una oportunidad perfecta para evadirse, pero también para conocer esa basculación entre las clases que allí conviven. ¿Comparte David el sueño de novia de conseguir como súmmum existencial ser aquellos que disfruten del club y no trabajen en el mismo? El piloto de “Red Oaks” ya nos revela las dudas de su protagonista sobre la vida que quiere llevar, en qué lado de la pista quiere encontrarse. 

Getty, el dueño del club, encaja como típico gilipollas integral y su hija —y objeto del deseo de David— marca la sorpresa final que da sentido a los tumultuosos cambios emocionales que se avecinan. Sus padres no son el objeto a seguir con esa confesión en pleno infarto de su padre que le revela que su madre pudiera ser lesbiana que fue su nacimiento aquello que evitó el divorcio. Su padre siempre recordará a esa chica de bellos ojos que conoció en Korea y su afición por las orientales (y matrimonio) puede desembocar en un reverso por los ‘preciosos (y rasgados) ojos’ de su enfermera. “Red Oaks” funciona como un perfecto homenaje a los 80 y a la locura del calor veraniego. Huela a serie fresca, como ese césped donde los trabajadores del club decidan ser los reyes del lugar cuando cae la noche. A partir de octubre de 2015 veremos su completo potencial.

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