Serie de TV
“Mr. Robinson”
EEUU
2015
Sinopsis (Página Oficial):
Como cantante y teclista de la banda de funk Nasty Delicious, Craig (Craig Robinson) sabe una cosa o un par acerca de cómo ganar la confianza de multitudes, pero es en su trabajo diario donde realmente marca la diferencia. Cada esforzado artista conoce la rutina: tienes que pagar las facturas mientras esperas la gran oportunidad. Así que cuando Craig no tiene suficiente dinero, consigue un trabajo como profesor sustituto de música de un instituto. Se trata de un bolo sencillo, ¿verdad? Sin embargo, cuando se da cuenta de que los chicos creen su clase es un sobresaliente regalado, Craig se ve obligado a inspirar a sus estudiantes. La directora de la escuela (Peri Gilpin) considera que las reglas están hechas para ser estrictamente respetadas. Ella no está en absoluto de acuerdo con el estilo de enseñanza poco ortodoxa de Craig, y mucho menos de que esté enamorado de la guapa profesora de Lenguaje (Meagan Good). Se trata de una lucha constante para Craig, que tiene un pie en el mundo de la música con su banda, Nasty Delicious, y el otro en el mundo de la enseñanza. Pero si Craig quiere conseguir a la chica de sus sueños y enseñar a estos niños la alegría de la música, tendrá que apretarse el cinturón, ponerse en forma y sacar todo su funk.
Pasada por la refriega catódica-veraniega de NBC con la misma rapidez que una ventosidad insonora y sin olor, “Mr. Robinson” demuestra la propia incapacidad de la cadena para hallar una fórmula idónea que aúne el éxito de público y crítica en lo que comedia se refiere. Con solamente decir que “Undateable” ha sido su única sitcom superviviente y aquella que ha llegado a una tercera temporada en bastante tiempo… sobran las palabras. La propuesta de Mark Cullen, Robb Cullen y Owen Ellickson no hace en absoluto justicia a Craig Robinson y la cadena dio ya la impresión de asesinar el proyecto desde su desarrollo para la pasada temporada televisiva de hace un par de años. Con un piloto en la recámara, NBC finalmente solicitó a la productora seis capítulos con varias sustituciones en el reparto y una mutación que no esconde las infinitas debilidades del show. La premisa consiste en un profesor de música ‘educando’ en todos los aspectos a sus alumnos de un instituto, abriendo ciertas posibilidades argumentales, pero “Mr. Robinson” no encuentra nunca un tono correcto en esos dos mundos que se dividen ante Craig Robinson y que trata de conciliar. No falta un viejo amor, una banda y esa esencia de “Escuela de rock” de Richard Linklater que nunca termina de detonar.
La sitcom se centra sobre todo en las tramas de instituto donde Craig debe integrarse con el resto del profesorado y, evidentemente, sus alumnos. El escenario queda como una porción de exhibicionismo para el artista pero éste simplemente puede sacar partido cuando sube al escenario y ofrece una actuación eliminando las barreras en lo que ficción se refiere. “Mr. Robinson” huele a una comedia de los 80, utilizando fórmulas y personajes desgastados ante unos libretos ausentes tanto de autenticidad como de gracia. Obviamente la falta de humor, personalidad y talento en los chistes agranda esa brecha creativa, apartando al espectador de poder sentirse atraído por una propuesta preocupantemente anacrónica. Craig Robinson trata de ganarse al público y el casting no es en absoluto desdeñable —trayendo de vuelta a Peri Gilpin de “Fraiser”— pero da la impresión de que únicamente el show funciona cuando vemos al artista —y su banda— sobre el escenario, cuando el funk y el humor hallan la comunión deseada y ausente en el resto de parcelas de la ficción. Y es que esa cuasi-parodia en las letras de Nasty Delicious, plagadas de dobles sentidos y referencias sexuales, se desvanecen cuando llegamos a las aulas y el espectador comprueba que la inefable y satánica “Riley y el Mundo” tiene más talento en sus guiones que esta comedia olvidable y preocupantemente sin clase ni estilo.
Los conflictos son obvios. Craig tiene que elegir entre su futuro musical o ser útil para esos jóvenes que se han convertido en sus alumnos. El show busca esa comunión entre los dos mundos diferenciados para hallar la soñada conciliación que revela el final de su primera temporada. En “School's Out for Summer” (1x06) Craig se va de gira veraniega en un autobús escolar aunque al espectador ya le importe poco o nada el destino y la compañía. A falta de muffins de chocolate, disponemos de un romance ineficiente y ese sumatorio de referencias que abarcan desde la ya mencionada “Escuela de Rock”, con algún ramalazo de “Glee”, a “The Steve Harvey Show” o “Welcome Back Kotter”. Esa inclusión de un esponjoso material pseudo-sexual provoca que “Mr. Robinson” nunca encuentre un tono correcto: demasiado ‘adulta’ para un público juvenil y pre-adolescente y con demasiada auto-censura y ‘castración’ para que el público ya crecido y moldeado por la televisión actual. Y así, desde luego, poco ‘funk’ se puede desplegar en uno de los nuevos shows más flojos de 2015 tanto para público como crítica. Una pena y lástima, aunque los problemas de estos muffins de chocolate sin sabor no son por falta de horno o ingredientes sino por el simple y eficaz mimo y maestría del cocinero. De los errores se aprende, dice la lección. Esperemos que Craig Robinson tome nota si se aventura en un nuevo proyecto televisivo.
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