Mr. Robot: Primera temporada

[AVISO SPOILERS] Las series de televisión se han convertido en programas informáticos: organigramas, esquemas, modelos que resuelven ecuaciones de las que muchas veces el espectador ya tiene la respuesta. Hemos quedado atrapados en esa nube de vectores, de ceros y unos, en la que todo apunta hacia constantes y variables sobre las que permutan viejas cifras conocidas. Son primitivos rasgos y estilos, eternas constantes y patrones que yacen en una piel y epidermis virtual, donde no hay nada que escarbar más allá de esos modelos que formaron cánones que ya consideramos clásicos. La actualidad catódica consiste en un lavado de interface y posiblemente “Mr. Robot” haya nacido como un recopilatorio de esos viejos programas, de sumirse a su condición informática y yacer dentro de la cultura pop cubriendo la ficción de la propia realidad. Son nuevos tiempos en los que internet define a lo sociedad pero en la que faltaba una serie (y programa) que los definiera acertadamente. Anonymous, LulzSec, The Pirate Bay, Megaupload, Wikileaks, el ciberataque a Sony Pictures de 2014 o el filtrado de los usuarios infieles de Ashley Madison. Incluso el season finale de la creación de Sam Esmail tuvo que ser retrasado por una similitud con la tragedia de Virgina (EEUU) en la que una reportera y el cámara de televisión que la acompañaba fueron asesinados por arma de fuego en directo. Esa intersección genera un potente conjunto y amalgama para lanzar sus tentáculos sobre la audiencia, como si el tejido entre la realidad y la ficción captara la esencia del mundo actual en el que vivimos y se respaldara de copiosos elementos de la cultura seriéfila, virtual y cinematográfica para servirse como caudal de flujo y modular todo tipo de datos. El gran mérito de la serie de USA Network precisamente ha sido ser consciente de su condición de ‘programa’ utilizando variables y constantes, estructurando su entrada y salida y datos en un concepto ciertamente admirable en la televisión de nuestros días. ¿Estamos ante la nueva mejor serie del año o aquella que mejor ha sabido dar el zarpazo por sorpresa gracias a un éxito de público y crítica con el que nadie contaba? 

Elliot Alderson (Rami Malek) nos habla y pudiéramos imaginar que nos encontramos ante una “Dexter” cambiando a un asesino en serie por un hacker, permutando esos DVD y CD por muestras de sangre de sus víctimas atrapadas en dos láminas de vidrio, sometiendo la voz en off a un concepto mucho más empático que la tragedia teatral que irrumpe sobre la cuarta pared de Francis Underwood. El espectador se convierte en la parte de la locura del protagonista, en ese fragmento de su paranoia que nos envuelve a nosotros. ¿Cuál es el precio para salvar un mundo que da la impresión de estar condenado? Ese hacker con un trastorno antisocial de la personalidad utiliza su propia lengua cibernética para comunicarse con el cosmos que le rodea, rehuyendo de esa soledad donde escudriña en la intimidad de todos aquellos que le rodean. Solamente sabe hackear, rellenar sus profundos vacíos con morfina, apilar terabytes de información encima de ese conflicto que destruyó la vida de su padre, esa única persona con la que podía comunicarse. El espíritu de vendetta siempre estuvo allí y fsociety y el misterioso Mr. Robot (Christian Slater) utilizan ese pirotécnico elemento emocional para tratar de arrastrar a Elliot a clamar su particular sentido de venganza contra aquellos que acabaron con la vida de su padre —al desarrollar leucemia debido a la radiación que había en la empresa en la que trabajaba: E Corp—. Una de las lecturas de “The Imitation Game”, también mencionada en uno de los diálogos de la serie, pudiera ser los intentos de Alan Turing por establecer en el descifrado de códigos el entendimiento de las propias personas. ¿Qué es humano y que es artificial? Elliot podría ser un androide o un ser mentalmente inestable, sumido a su adicción a la morfina y encontrar una vía para hacer caer a ‘Evil’ Corp de una vez por todas. No le importa el dinero sino precisamente acabar con ese elemento que utiliza el gran poder para atar a la sociedad, siendo el objetivo ‘borrar’ cada registro de casa tarjeta de crédito, préstamo e hipoteca, haciendo que el ‘dinero virtual’ se esfume y se genere una redistribución de la riqueza como nunca antes se hizo en la historia. ¿Podrá Elliot ‘salvar’ al mundo o acabará sumido en la locura y paranoia que parece desplegar en su mente la intrusión de Mr. Robot? ¿Mutará el show en el futuro a una revisión de “Los Soprano” gracias al personaje que interpreta Gloria Reuben? ¿Tendremos más sueños y pesadillas lynchanas y homenajes a “Twin Peaks”? ¿Falta ya algún clásico televisivo en la estructura del programa interno del show de USA Network?

× ¿Qué hay en la sociedad que te decepciona tantísimo? 

— No lo sé. ¿Quizá sea que socialmente pensamos que Steve Jobs era un gran hombre, aunque sabíamos de sobra que hizo su fortuna a costa de niños? ¿O quizá sea que parece que todos nuestros héroes son falsos? El mundo en sí mismo es un gran engaño. Enviamos SPAM con nuestros comentarios continuos, sobre cualquier chorrada como si fueran lo que pensamos, nuestras redes sociales falseadas como intimidad. ¿O quizá es que votamos por eso? No con nuestras elecciones amañadas, sino con nuestras cosas, con nuestras propiedades, con nuestro dinero. No estoy diciendo nada nuevo. Todos sabemos por qué hacemos esto, no porque los libros de “Los Juegos del Hambre” nos hagan felices, sino porque queremos ser sedados. Porque es doloroso no fingir, porque somos cobardes. ¡Que se joda la sociedad!

FSociety aparece como el camino y luz para aunar todos esos conceptos sobre el mundo dominado por grandes corporaciones y esos hombres que manejan los hilos del gran poder. La anarquía se va inmiscuyendo en el discurso junto una crítica frontal y directa a esa sociedad amansada por la dependencia de internet y la tecnología, la tela de araña que necesita Elliot para vincularse con ese mundo que desprecia, que va al cine a ver estúpidas películas de Marvel, que sube fotos a Instagram, bebe lattes de vainilla y depende económicamente de un sistema que le condiciona como individuo. Elliot también se dirige a nosotros, como parte de la cultura de internet y la información, donde un ser anónimo se puede convertir en el más importante de esa colmena que conforma la red. Se trata, por lo tanto, de una extraña variación de justiciero en la que no falta una mutación de capa y máscara en ese gorro que protege al protagonista del mundo. “Mr. Robot” establece su propio código fuente a varios niveles y perspectivas. El ser humano se convierte en un laberinto privado y el propio Elliot erige sus cardinales sobre la cultura pop y la seriefília en el punto de mira, donde incluso pudiéramos entender una aproximación de “Breaking Bad” en el arco argumental alrededor de Fernando Vera. “The Matrix” y “Hackers” son parte del órgano central entre un amasijo de referencias cinematográficas que incluyen “Pulp Fiction”, “Timecop, policía en el tiempo”, “Stargate: puerta a las estrellas”, “Regreso al futuro”, “Regreso al futuro II”, “E.T. El extraterrestre”, “JFK (Caso abierto)”, “Tron” o “Rain Man” entre multitud de dependencias y homenajes a videojuegos clásicos. Pero es precisamente Fincher al que rige el fondo y la forma de su primera temporada, dibujando una revisión de “El club de la lucha” para explotar en el cliffhanger de “eps1.8_m1rr0r1ng.qt” (1x09): Mr. Robot es realmente Elliot. Su padre (Slater) ocupó en su maltrecha mente un espacio imaginario para hacerle avanzar en su venganza y crear fsociety. Se trata de la figura de un álter ego. Nada nuevo y divisado por el espectador más proclive a idear teorías, pero Sam Esmail no oculta la comunión con el film de culto, finalizando con un cover de Maxence Cyrin de ‘Where Is My Mind?’ de los Pixies. He ahí el juego: recrear viejos programas dentro de uno nuevo y hacer que todos convivan orgánicamente. La sorpresa, no obstante, la ofrece una lucha entre dos bloques de la locura del antihéroe: nosotros somos el antagonista de Mr. Robot por hacerse con el control de la mente de Elliot. La pirotecnia, por el contrario, se produce con su cuestionado y controvertido season finale: “eps1.9_zer0-day.avi” (1x10). Nada es lo que pensábamos… o pudiéramos llegar a pensar. 

Y es que en sus primeros nueve episodios el espectador siempre va por delante, convirtiéndose en la sombra de Elliot, oliendo las referencias, conociendo de antemano que el camino va directo hacia ese homenaje a “El club de la lucha” e ideando la vuelta de tuerca pese a que el perturbado y paranoico antihéroe nos sacuda literalmente como parte de su locura. Por el camino, Sam Esmail no quiere perder la pista a ninguno de los ‘otros’ personajes secundarios, estableciendo también un rumbo vital y laboral para Angela Moss y posiblemente ejerciendo como un troyano dentro de Evil Corp para purgar a leviatán desde su interior. De troyanos precisamente va el asunto y, de nuevo, volvemos a esa capa que aúna la realidad con la ficción por parte de las venganzas personajes que perpetran los ex empleados de grandes corporaciones. Que se lo digan a Sony Pictures o incluso para propia historia de Vester Flanagan, que enlazaba con ese terrible crimen que cometió en directo y pospuso la emisión de “eps1.9_zer0-day.avi”. Tyrell Wellick se convierte como Elliot en bombas atómicas y caballos de Troya y su trabajo conjunto presumiblemente concluyó esa gran operación para sumir al mundo en una gran crisis económica mundial y quebrar el sistema, enlazando imágenes documentales de los líderes mundiales como ese molde habitual de respaldar el entorno real con el corazón ficticio. Es posible que Esmail ideara una serie limitada de diez episodios y utilizara el season finale como una bomba de relojería, introduciendo multitud de preguntas sin respuestas y algunos giros que den sentido la próxima temporada. En la televisión actual hemos visto shows que han reventado sus cierres para ser cancelados, contradictoriamente, después. “The Divide” o “Gracepoint” podrían ser dos de los últimos ejemplos, aunque la sensación menos divisada por la audiencia es que “Mr. Robot” nos ha seducido, pensando que conocíamos cada uno de los entresijos de un laberinto, para empujarnos por un gran barranco del que no teníamos constancia. “eps1.9_zer0-day.avi” se aleja de Fincher y se acerca a Kubrick, utiliza una estructura similar a “Monday” de Sabu para teletransportar a Elliot (y a nosotros con él) tres días después de que el ataque en la red fuera lanzado. Elliot no recuerda nada y se despierta en la furgoneta de Tyrell… sin rastro del supuesto cómplice de Mr. Robot. ¿Qué ha pasado? ¿Por qué ha desparecido Tyrell? Sam Esmail ha dejado al espectador subirse al toro para agarrarlo por los cuernos, pensar que tenía el control en todo momento para finalmente lanzarlo al vacío y a la misma perdición que el protagonista. ¿De verdad que la sociedad ha despertado? ¿Por fin el ser humano está libre? ¿Quién ha ganado y perdido en el proceso? Evil Corp no ha caído del todo aunque un suicidio en directo del jefe de Angela depara algunas de las secuencias más crueles respecto a ese gran villano que se encuentra sobre ese gran conglomerado corporativo: Phillip Price. Allsafe tiene sus días contados y el equipo de fsociety destruye todo el hardware en un crematorio para perros, liberando a los ‘oprimidos’ animales y formalizando una gran fiesta en su local para cubrir ‘huellas’. Elliot trata de hallar la verdad pero Joanna Wellick aporta muchas más preguntas que respuestas, dejando claro a ‘Mr. Robot’ del peligro de esa rubia y reciente madre. Elliot necesita al auténtico Mr. Robot y solamente a través de ponerse en peligro, éste aparece… aunque simplemente nos ofrece situaciones rocambolescas y surrealistas. No hay respuestas. Esto no es una salida sino un poderoso firewall argumental entre “El club de la lucha” y “Matrix”, entre el culto y culto para engendrar una nueva y vistosa interfaz. 

Elliot simplemente necesitaba una catarsis emocional para reencontrarse consigo mismo, para establecer esas cardinales familiares que marcaron su existencia desde que su infancia fue pulverizada por la muerte de su padre. Elliot acepta las indicaciones de Mr. Robot para ver en su casa las noticias de la obra y milagro de fsociety… hasta que alguien llama a su puerta. Elliot abrirá ese portal para iniciar un velado y pospuesto descenso por la madriguera… dejando al espectador perdido y en completa oscuridad. Mr. Robot nos ganó la partida en la lucha por la mente de Elliot y es completamente normal que muchos espectadores pueda sentirse frustrados. Es parte de un juego que acaba de comenzar y del que ya somos partícipes. Una secuencia final de post-créditos abre más interrogantes al ver a White Rose, líder del Dark Army, como un ‘caballero’ alejado de esa imagen transexual en su encuentro con Elliot. Se une al presidente de Evil Corp, hablando sobre ciertos problemas en las minas en el Congo y Phillip Price confirma que sabe quién está detrás del hackeo… Comienza la venganza de los grandes villanos aunque sepamos todavía las intenciones de White Rose, si es otro ‘troyano’ dentro de la corporación para derrumbar definitivamente a ese Señor del Mal que ya ha revelado su verdadero rostro al resto de personajes. No se hagan preguntas… porque, de momento, ninguna tienen respuesta. ¿Es Tyrell Wellick parte de la imaginación de Elliot? ¿Por qué ambos están vinculados desde el comienzo de la serie? ¿Por qué esa conversación con Joanna da la impresión de estar codificada? ¿Para quién trabaja White Rose realmente? ¿Forma parte de una conspiración o Evil Corp tiene un as en la manga y todo es cuestión de una agenda para dominar el mundo? Puede que la pregunta que tuviéramos que plantearnos es saber qué es real y que es imaginación aunque al fin y al cabo, nosotros también sólo existimos en la cabeza de Elliot, de Mr. Robot. Nosotros somos ese delirio llamado sociedad. 

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