Dark Matter: Presentando que es gerundio

Serie de TV

“Dark Matter”

Canadá

2015

Sinopsis (Página Oficial):

“Dark Matter” es una aventura espacial protagonizada por los tripulantes de una nave a la deriva, que se despiertan de pronto sin saber quiénes son y cómo han llegado hasta allí. A partir de entonces, cada minuto supone un nuevo peligro, y tendrán que colaborar para sobrevivir a un viaje marcado por la venganza, la traición y los secretos. “Dark Matter” está firmada por los guionistas de la franquicia “Stargate”, Joseph Mallozzi y Paul Mullie, que también son los autores del cómic homónimo en el que se basa la historia. La serie está protagonizado por Melissa O’Neil, Marc Bendavid, Anthony Lemke, Alex Mallari Jr., Jodelle Ferland, Roger Cross y Zoie Palmer. La serie es una producción de Prodigy Pictures. 

Crítica Bastarda:

Lo más interesante de “Dark Matter”, nueva serie de SyFy Channel, son sus mecanismos de presentación de los personajes y de tratar el piloto como una declaración de intenciones. No quiero tampoco rasgarme las vestiduras seriéfilas porque ciertamente la aportación y novedad es mero déjà vu, pero se agradece esa vocación de abramsiana de que una potente (en cursiva, que no entrecomillada) premisa sirva para ir presentando a diversos personajes. Un grupo de extraños a tener que colaborar para descubrir quiénes eran y cómo llegaron a ese lugar. Luego aterrizan más misterios en la trama como las singulares visiones del miembro más joven del grupo, una enigmática puerta y, sobre todo, una caja seguramente repleta de secretos que posee un oriental. Joseph Mallozzi y Paul Mullie han sabido rentabilizar un casting racial variado donde se incluye además a un inicialmente peligroso robot interpretado por Zoie Palmer. Pero los problemas del show no son aquellos a los que se van a enfrentar sus personajes sino los planteados por la propia audiencia. 

Es cierto de buscar una nueva “Firefly” en el horizonte catódico supondría plantearse hallar el inexistente relevo de “Battlestar Galactica”. Entender, por lo tanto, “Dark Matter” como aquello que no es puede conllevar al espectador a la completa decepción e incluso al odio más visceral. La intención de la serie creada por Mallozzi y Mullie es, por el contrario, posicionar al espectador en ese mar de dudas e incertidumbre que sacude a los protagonistas para, posteriormente, introducirnos en un juego de referencias que abarcan desde el show de culto (ya mencionado) de Joss Whedon a “Pandorum” como eje de esa presentación. Tratar de parecerse a “Farscape”, “Andromeda”, “Stargate” o “Cowboy Bebop” no creo que suponga una molestia más allá de los implícitos estereotipos. “Dark Matter” se dirige a la acción, a integrar a todos los personajes y protagonistas en un grupo condenado a entenderse y, sobre todo, a seguir abriendo cajas chinas con muchos giros de guión que mantengan entretenidos a los telespectadores. ¿La compramos o la mandamos junto a esa materia oscura televisiva?

Vayamos a los misterios y la forma de abrir ese juego de cajas chinas. Conocer que esos grupo de tipos eran los ‘malos’ supone rasgar parte de una puerta que permanece todavía cerrada delante de nuestras narices. Cada personaje da la impresión de esconder algo… que fue borrado junto a su memoria aunque prefiere ser un número a esa conexión con su tenebroso pasado. Esa materia oscura evidentemente es la identidad y tenemos a una joven que parece soñar (y compartir) todas ellas. Los problemas evidentemente pueden venir tanto de la falta de presupuesto como de esa clara concepción amparada en los cómics de Dark Horse. El material original, por lo tanto, puede ser completamente atrayente en unas viñetas pero trasladado a la pequeña pantalla da la impresión final de ser una revisión de “El equipo A” en el espacio con muchas amenazas colindantes y grandes secretos. Y no digan  “Firefly 2.0”. Tal vez por eso el show no desee dar demasiadas vueltas a su misteriosa premisa y desvelar el por qué aunque no el cómo. Importa mucho más la redención que esa otra materia oscura amnésica en un universo futurista, como si las preguntas fuera ya parte de su propia presentación. La cuestión, en definitiva y resumen, es ese gerundio que supone la presentación de nuevas revelaciones antes de que abandonemos el rastro en la oscuridad de ese grupo de mercenarios perdidos en el espacio y en su propio pasado.

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