Comienza la segunda temporada de ‘Gotham’

“Damned If You Do” marca el comienzo de la segunda temporada “Gotham”, la mejor comedia televisiva que se produce actualmente en EEUU. Desopilante de principio a fin, es complicado no ceder a mearse en la ropa interior cada cinco minutos de cada nuevo episodio de tan brillante sitcom de FOX. Generador infinito de MEMEs, tenemos una extraña conexión en los soundtracks con “Fear the Walking Dead”. Mientras que la utilización del tema ‘Perfect Day’ de Lou Reed era con fines dramáticos y existencialistas en el show pre-apocalíptico de AMC, en “Gotham” potencia ese tono cómico-cínico insuperable. ¿Cómo se quiere ser un día perfecto en Gotham sin no estamos riendo diez millones de veces al otro lado de la pantalla ante tantas calamidades y desastres? Los guionistas esta vez da la impresión de querer permutar el tono cómico en algo más conciso que tratar de hacer a la vez un procedimental policial, un thriller con intrigas y guerras mafiosas e medio pelo, un recital random de villanos de DC Comics por necesidades del marketing y, sobre todo, una tragedia griega y homenaje a Aeris de FFVII a través de Liza la Gremlin. Lo de la construcción de los orígenes de Batman era lo de menos… La serie siempre fue una excusa para rompernos el ‘corasón’ con Liza la Gremlin y meter en una batidora elementos confusos y aleatorios para que cuatro palmeros tengan su erección pensando que están ante un drama y todavía no se hayan dado cuenta de que están ante la mejor comedia actual que se emite en televisión. Ellos se lo pierden. Repasemos “Damned If You Do”, primer episodio de la segunda temporada de “Gotham”. 

Después de todos los sucesos absurdos anteriores, “Gotham” vuelve a confirmarnos dos cuestiones elementales en su actual presente:

a) La serie es la mejor comedia que se emite en la actualidad. 

b) En esa ciudad la gente está loca de atar.

Como lo primero es una obviedad, pasemos a lo segundo:

— Edward Nygma está cada vez más loco, más ‘gollum’ y más salido… Se avecina drama para Kristen Kringle.

— Zaardon el Cosechador de Almas forma parte del plan más absurdo de la historia de las mentes criminales aunque digno del mejor postureo empresarial para que tengan más calado frases del tipo: «El amo desatará un infierno sobre vosotros. Los días de oscuridad se acercan». Theo Galavan —distinguido hombre de negocios, científico visionario, filántropo aclamado, nuevo presidente de desarrollo de la Cámara de Comercio de Gotham, metrosexual, villano de temporada, DIOS, AMO DEL MAL y generador infinito de villanos gracias a un cursillo gratuito del CEAC— hace acto de presencia dando un Actimel a Zaardon para que sea arrestado y conducido a Arkham y, así, que se tire un eructo lacrimógeno para secuestrar a los seis más notables presos del lugar. Allí está la loca de Barbara Kean, que va vestida como la Lolita de Nabokov pero con 858 años más, y por supuesto Jerome Valeska, el futuro Joker. Barbara sigue como una regadera, con planes muy utiles y precisos como conseguir un teléfono para volver loco inútilmente a su ex y amenazar de muerte a la mujer que se lo robó diez segundos después. Tras las presentaciones y el asesinato de un bocachanclas, a manos de la hermana(?) del villano y fan de los látigos, queda claro que todos están locos en esa ciudad… y van a hacer un reality para saber quién está más pirado en la torre negra de Mordor. Un momento, es el villano y pinta su rascacielos de negro. La cuestión, ante ese plan chorra, es: ¿no era más fácil pedirlo antes todo POR FAVOR? 

— El plan de Loeb para deshacerse de la cucaracha de James Gordon pasa por degradarlo a policía de tráfico junto a su amigo Harvey Bullock. El alcohólico decide dejar el cuerpo… y se hacer barman. ¡TÓCATE LOS MEMOLES! Pero lo mejor de todo… es que deja el alcohol. O sea, que está loco. Gordon es despedido a la mínima excusa y sabe que para volver a ser policía tendrá que pedir un favor a El Pingüino, actual lideresa del lugar con ayuda de sus ‘amigüitos’ Victor Zsasz, Selina Kyle y Butch Gilzean. No obstante, tiene algún ‘amigo’ de negocios (Ogden Barker) que no se ha enterado de su poderío y Gordon es perfecto para recuperar tanto la deuda como su notoriedad. ¿Se pasará al lado oscuro el agente de la ley? James Gordon es como Mariano Rajoy y cualquier político: incapaz de cumplir cualquier promesa que proponga. Dijo que encontraría a los asesinos de los padres de Bruce Wayne, que lucharía por la justicia, que limpiaría el Departamento de Policía de Gotham y cambiaría la ciudad. Tuvo 22 episodios… ¡FRACASÓ! ¡JAMES GORDON DIMISIÓN! ¡JAMES GORDON DIMISIÓN! ¡JAMES GORDON DIMISIÓN! ¡JAMES GORDON DIMISIÓN! ¡JAMES GORDON DIMISIÓN! ¡JAMES GORDON DIMISIÓN! ¡JAMES GORDON DIMISIÓN! ¡JAMES GORDON DIMISIÓN! ¡JAMES GORDON DIMISIÓN! ¡JAMES GORDON DIMISIÓN! Y Leslie también está loca por seguir con semejante elemento y panorama.

— Como suele pasar en el mundo de la política, siempre la paga el inocente. Loeb, tras ser ‘seducido’ por El Pingüino y Victor ‘Decapitador’ Zsasz, renuncia a su puesto a favor de la peluca de Sarah Essen. Gordon mata a Barker, le dan una colección de cromos de Darth Vader y un sable de luz roja para celebrar su regreso al cuerpo de ‘pulisia’ de Gotham. Por su parte, Bruce encuentra en la cueva de Gollum una puerta de seguridad y es incapaz de averiguar la clave de acceso. Decide construir una bomba para entrar. ¡A TOMAR POR CULO TODO! Luego descubrimos, ya en el interior y con la carta póstuma de marras por necesidades del cliché, que la contraseña era BRUCE. ¡A TOMAR POR CULO TODO! Un momento, ¿se hace llamar Bruce Wayne y no sabe adivinar una clave con su propio nombre? WTF!? Confirmado, están locos en la mansión de los Wayne. ¡A TOMAR POR CULO TODO! En ese texto sin SPOILERS, según se mire, Thomas Wayne indica que no puede tener a la vez la felicidad y la verdad. Bruce tendrá que elegir… algo… salvo que tenga una llamada, una verdadera llamada. ¡TOLÓN-TOLÓN! ¡TOLÓN-TOLÓN! ¡TOLÓN-TOLÓN! ¡TOLÓN-TOLÓN! ¡TOLÓN-TOLÓN! ¡TOLÓN-TOLÓN! ¡TOLÓN-TOLÓN! ¡TOLÓN-TOLÓN! Pues eso, que nuestra comedia favorita llegó. ¡TOLÓN-TOLÓN! ¡TOLÓN-TOLÓN! ¡TOLÓN-TOLÓN! ¡TOLÓN-TOLÓN! ¡TOLÓN-TOLÓN! ¡TOLÓN-TOLÓN! ¡TOLÓN-TOLÓN! ¡TOLÓN-TOLÓN! 

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