Lo mejor: Es algo mejor que el 9x01 (‘The Matrimonial Momentum’)
Lo peor: ¿¡Desde cuándo hemos cambiado la copia con geeks de “Friends” a una oda a la caspa de “Escenas de matrimonio”!?
Sumerjámonos en esta novena temporada de “Big Bang” para dar sentido a esa boda sorpresa entre Leonard y Penny en Las Vegas que va a recomponer el mundo de los protagonistas a la inversa. Primero se casaron pero, después, van a dar coherencia a su compromiso, a volver a enamorarse y evidentemente irse de despedida de soltero antes de luna de miel en el próximo episodio. La cuestión es que “The Separation Oscillation” (9x02) revela que los consejeros matrimoniales son muy caros y el diván lo hacen frente a nuestras pantallas. El sueño de Leonard, en que un morreo entre Sheldon y Penny hace tablas en su marcador de pseudo-infidelidades, pone de manifiesto que la sitcom es incapaz de tomar riesgos reales, que todo en definitiva es dar vueltas a lo mismo. Leonard trató de sabotear la relación con la que siempre soñó, al creer que no se merece a la rubia, del mismo modo que Penny teme que su actual marido firme los papeles del divorcio por iniciar una aventura con otra mujer más inteligente que ella. ¿No habíamos superado ESO hace tres temporadas? La idea es llegar a que ambos por fin forniquen después de casarse y pasaremos previamente por conocer a esa bióloga marina del deseo entre chistes lamentables sexuales, descubrimientos como que Howard y Bernadette conocían del affaire pero se callaron como ‘frutas’, que Raj es la segunda esposa del judío y no sabía nada y ese bla, bla, bla, bla… tan casposo como el más gratificante show de José Luis Moreno. «¿Por qué las biólogas marinas son siempre tan guapas? || No lo sé, pero me gustaría perderme en su triángulo de las Bermudas». NIVELAZO. «Dejaré que libere a mi Willy». MONUMENTAL. «Me gustaría ser Bob Esponja y que ella fuera mi Patricio». PREMIO NOBEL DE LITERATURA PARA LOS GUIONISTAS DE LA COMEDIA YA. Mandy, además, nos cae mal… por sexy que sea o parezca. No sé, se lo tiene un poco creído, ¿verdad? Aparte de bebés con cabeza de Sheldon y otros desastres freudianos, el Dr. Cooper inicia la reconquista de su ex con todo tipo de artimañas… dignas del mejor sociópata. Al fin y al cabo, él aprende sobre la humanidad viendo películas y ha visionado diez veces seguidas “Se7en”, “American Psycho” y todos los programas de “Noche de fiesta”. Que si me llevo el sujetador rojo-que-la-cojo de (la) Penny para dar celos, que si dejo mi carácter compulsivo para la mesa del pasillo del apartamento de mi ex novia, que si hago ‘Fun With Flags’ para comparar los genitales de Amy con parte de Checoslovaquia… En fin, que están enamorados pero tienen que gruñir un poco para dar algo de sentido argumental a esa reciclada espiral donde sus guionistas han iconizado “Escenas de matrimonio” y que preparan una luna de miel en San Francisco a tres bandas… MIEDO, PAVOR… «Afortunadamente todas las cosas que mi novia hacía puede hacerlas mi mano derecha». NIVELAZO. MONUMENTAL. PREMIO NOBEL DE LITERATURA PARA LOS GUIONISTAS DE ‘BIG BANG’ YA. Repasemos lo mejor de “The Separation Oscillation”:
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¿La historia de Sparkletts y que la gente sin globo ocular puede llorar?
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¿El «Knock Knock Knock… Amy? Knock Knock Knock… Amy? Knock Knock Knock… Amy?» interruptus?
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¿Descubrir que Sheldon besa mejor a Penny que Leonard?
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Mmmmmmmmmmmmmm…
Y NADA MÁS.
¡NADA!
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