lunes, 10 de noviembre de 2014

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Comienza la tercera y última temporada de ‘The Newsroom’

Podemos entender la entrega final de “The Newsroom” como un epílogo en formato británico con seis capítulos para formular la despedida de esa redacción tan discutida desde el exterior como de puertas para adentro. El drama de HBO creado por Aaron Sorkin desató la polémica desde su estreno con opiniones contrapuestas donde el idealismo quijotesco que reinaba en su descripción del mundo periodismo. “Boston”, primer capítulo de su tercera y última temporada, debería retomar esa línea del ‘happy-ending’ que se generó en Election Night, Part 2” (2x09), donde el equipo de Will McAvoy se sobrepuso a las consecuencias de ese desastre informativo que supuso ‘Operación Genoa’. Tuvimos de todo. Una lluvia de dimisiones frenadas por Leona Lansing (Jane Fonda), la pérdida de credibilidad de la redacción y el propio McAvoy y, sobre todo, un recital de emparejamientos y bodorrio en ciernes para que los ‘haters’ tuvieran un buen y jugoso material. Ahora llega el momento de centrarnos en el season 3 premiere donde el atentado de la maratón de Boston ejerce de contexto ante numerosas novedades y parte de esa frase y palabra final que necesita toda noticia.

Pocas series hubieran sobrevivido al cuestionamiento y críticas recibidas por “The Newsroom” desde su comienzo y Aaron Sorkin no es de los que rectifican… así que vamos a tener gritos, gritos y gritos entre los preparativos de la boda de los protagonistas y, sobre todo, ese pragmatismo idealista que tanto saca de quicio a todo ser que se enfrenta con el día a día periodístico. Es ficción y nos acercamos a su final para alegría de sus detractores y cierta pena de aquellos que hemos seguido sus pasos algo tambaleantes pero siempre consecuentes al espíritu quijotesco de la frenética serie de HBO. Hay varios y nuevos frentes para esta temporada final que se conjugan, cual gran eclipse lunar, en la azotea del edificio y los dilemas se suman a viejos conflictos debido a una información clasificada del gobierno que va a recibir Neal. Sumemos una orquestada maniobra empresarial para poner en jaque al universo de ‘News Night’ entre sus críticas directas en contra del sensacionalismo y ese periodismo que campa, reina y gobierna el mundo. Como ejemplo, el fallido intento de Reddit para tratar de identificar a los terroristas de los atentados de Boston.


Los discursos motivadores e inspiradores fallan y los personajes cerebrales como Neal van a ser víctimas de un juego de espías. Dicho juego nos remite a las referencias de ese país ficticio llamado Kundu Ecuatorial habitual en “El ala oeste de la Casa Blanca” y a la reescritura del propio Sorkin, ya presente en la segunda temporada, para reutilizar a Edward Snowden bajo su prisma de ficción. Los personajes tienen que convertirse en historia y la ficción debe predominar el conjunto siendo los hechos reales un contexto y prisma. E incluso los diálogos humorísticos sobre la boda de Will y Mac son el nuevo material para trazar la evolución de la serie y la resolución de su tensión sexual. Hay otras tensiones, otros guiños a su relación ante una gran crisis laboral por los efectos de ese terremoto que supuso para la redacción su investigación sobre ‘Operación Genoa’. En esta entrega que Will confiese (en tono jocoso) a Charlie Skinner que su futuro se encuentra en el periodismo deportivo, no deja de remachar ese espíritu quijotesco puesto a prueba. Ya no son la medalla de plata… ni siquiera la de bronce. Son el cuarto puesto. Y la historia de Neal y la filtración de documentos clasificados por alguien del gobierno tampoco van a ayudar demasiado… ya que aquí aparece la báscula de la legalidad y la información. Aunque no sé si toda esta trama, en la que Neal comete un crimen federal sin darse cuenta, es una mera excusa para recuperar a Rebecca Halliday (Marcia Gay Harden). Los 27.000 documentos clasificados revelan que una empresa de revelaciones públicas al servicio de SOCOM introdujo historias falsas para proteger los intereses estadounidenses ante un movimiento a favor de la democracia en Kundu Ecuatorial. Dichas noticias provocaron disturbios en los que murieron 38 personas, siendo 3 estadounidenses. Al preguntar a su fuente para obtener otros documentos que validaran la autenticad del resto, Neal incurrió en un delito bastante grave. Apostamos, por el contrario, a que esa tarjeta que cede Will a Neal para la compra de un ordenador va a traer consecuencias…


Por si fuera poco, una conversación entre Reese Lancing y Sloan Sabbith provoca que ese cerebro embutido en un cuerpo sexy tenga que trabajar para darse cuenta de que la cadena AWN se encuentra ante una OPA hostil inminente. Las preguntas, no obstante, sigue ahí junto a esas dicotomías entre la funcionalidad del periodismo como herramienta de información o modelo de negocio y, evidentemente, la independencia de los medios en ese complicado mundo corporativo. Sorkin tiene claro aquello que nos está contando. Se trata de una cuenta atrás aunque, parafraseando a MacKenzie y Will, no estamos ante la mitad del tercer acto sino ante el final del primero. El propio creador y guionista de “The Newsroom” es consciente de ese reboot por breve que parezca y ya nos avecinan un crecimiento profesional de Maggie Jordan ante la reacción alérgica de última hora de Elliot Hirsch, como corresponsales en Boston. En “Boston” se nos revela que la redacción tiene que ir con pies de plomo y tampoco alegrarse de las rectificaciones de la competencia. Ellos son los parias de la profesión mientras el resto lucha por dar la exclusiva sin contrastar fuentes o sirviéndose de las redes sociales como contraste desinformativo. Considero que aquí el chiste sobre la cuenta de Twitter que no pertenece realmente a MacKenzie McHale forma parte de ese tablero que nos planeta Sorkin en el que parece indicar que aquel que esté libre de pecado tire el primer tweet. Posiblemente hablemos en el futuro de “The Newsroom” como esa serie de última hora que trató de hacer lo correcto y le interesó a unos pocos, en la que su discurso fue parejo a sus fines y resultados. Ahora, nos quedamos con el presente: ¿Irá Neal a la cárcel? ¿Acabará con los sueños y aspiraciones idealistas de ‘News Night’ la compra de la empresa? ¿Tendrá ‘damiselos’ de honor suficientes Will para su boda? ¿Continuarán esos gritos, estereotipos e histrionismo que saca a los detractores de la serie de quicio? En resumidas cuentas y siendo fiel al eslogan de esa última palabra de esta noticia: estamos ante el final del primer acto o eso dice Don Quijote.

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4 comentarios:

  1. Pero no iban a ser cuatro temporadas?
    Yo me tengo que poner con la segunda.

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  2. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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    1. COMENTARIO SIN SPAM: Sí es un poco decepcionante que sean solo tres temporadas, aún cuando Sorkin había dicho que por cuestiones de raiting o algo así... no creo que esa sea la verdadera razón, pero en fin me dejó un buen sabor de boca.

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