domingo, 2 de noviembre de 2014

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Zombeavers (Castores zombies): ¡Cuidado, unos ‘beavers’ quieren comerte el ‘beaver’!

“Zombeavers (Castores zombies)”
Título original: “Zombeavers”
Director: Jordan Rubin
EEUU
2014

Sinopsis (Página Oficial / Festival de Sitges):

De los productores de “American Pie”, “Somos los Miller”, “The Ring” y “Cabin Fever”. Tres universitarias se van de vacaciones sin preocupaciones para pasárselo bien gracias a juegos de beber, tomar el sol en topless y, por supuesto, la exploración sexual. Su diversión y jolgorio llega a un abrupto final cuando unos castores zombies tóxicos tratan de comerlas. Zombis nazis, zombis futbolistas, sushi zombi, y ahora... ¡castores zombis! Jordan Rubin dirige con agilidad y desfachatez una comedia gore en la que un grupo de jóvenes ve cómo sus vacaciones y sus deseos de entregarse a los placeres carnales son saboteados por la irrupción de una plaga de roedores letales. Animatronics, mutilaciones y mucha acción en un filme decididamente pasado de vueltas.

Crítica Bastarda:

¡Cuidado, unos ‘beavers’ quieren comerte el ‘beaver’! Hace mucho tiempo atrás —cuando no había DVD ni internet como lo conocemos ahora— me quedé sorprendido al descubrir que en “Thelma & Louise” ese mítico camionero utilizaba la palabra «beaver» (castor) para referirse peyorativamente al ‘chocho/conejo’ de las sufridas Susan Sarandon y Geena Davis. ¡Qué castor, ni qué castor, el camionero paleto-pelotudo se refería a aquello que daba HAMOR! Aunque Thelma y Louise tomaron una justa (y explosiva) decisión a tal indignante afrenta, a partir de ese día nunca volví a ver a un castor de la misma manera. “Zombeavers” nos desvela y se reduce a esa simple teoría: por qué el castor quiere comerte el castor. En ese terreno caníbal y psicosexual muchos espectadores pueden perderse en la traducción y sacar ‘flujo’ al ‘beaver’:
¿Qué les ha llevado a cruzar el lago? 
Estábamos buscando ‘castores’.  
Bueno, al diablo, ¿no lo hacemos todos?

Cualquiera puede comprender a la heroína en topless en ese fatídico punto para nada gratuito. Uno ve a un oso con las tetillas al aire y lo primero que hace es taparse los pezones y los pechos. Una ve un beaver y protege su beaver. A eso se le llama supervivencia. Eso es así. Y la propia “Zombeavers (Castores zombies)” consolida su absurda premisa por un absurdo accidente provocado por dos personajes absurdos que conducen un camión también absurdo. Un bidón con material contaminado y tóxico cae a un absurdo río en plan El tiburón del pantano. Tras unos títulos de créditos absurdos, el bidón se abre, cual botella de cava, cuando llega a la morada de unos castores que se mueven a pilas que miran de manera absurda tan absurdo disparate. Todo es absurdo, absurdo y absurdo pero, ¿quién esperaba encontrar otra cosa, aparte de beavers, aquí?


“Zombeavers (Castores zombies)” recicla Evil Dead, “Critters”, “Cabin Fever” o “La noche de los Muertos vivientes” dentro de una comedia de terror con personajes deseosos de que esos castores les coman los ‘beavers’ y con algunas ¿sorpresas? en el desarrollo de tan choni delirio. La cinta de Jordan Rubin es cutre y mala con avaricia pero son las reglas de su juego, que trata de hallar la simpatía de los espectadores que ya la pudieron ¿disfrutar? en el Festival de Sitges. Tremendamente inferior a las ovejas y tomates asesinos, los castores tratan de sobrevivir en esta complicada época en la que los tornados repletos de tiburones y el CGI de The Asylum dominan el universo de la Serie B. Se agradece, por lo tanto, que “Zombeavers (Castores zombies)” ceda su poderío al maquillaje, las marionetas a pilas y el juego que puedan deparar los decorados para conseguir hacer ¿creíble? y divertido el film. Entre cientos de clichés y estupidez, la película de Rubin sigue las reglas del subgénero incomunicando a los protagonistas y haciendo las garras y dientes de los castores zombificados el método para sesgar líneas telefónicas cumpliendo con el guión del buen asesino en serie. Entre personajes estúpidos —cuya única aspiración es gritar y desnudarse— y algún intento de secundario con cierto criterio como ese Smyth con ‘y’, el problema de estos castores zombies es que la Troma bastante tiempo atrás ya hizo la insuperable “Poultrygeist: Night of the Chicken Dead”. Un hueso de pollo duro de roer hasta para un castor inmortal y asesino. ¿Lo mejor? Los créditos finales con tomas falsas y, por supuesto, canción (contiene spoilers, que para eso está al final de la película... ¡beaver!): 

Castores zombi
Oyes a tu amada gritar.
Ella te dice por qué.
Tú no le crees.
Vio a uno en el baño,
no es ninguna mentira.

Es un castor zombi.
Contaminado por fluidos tóxicos.
Un error genético aleatorio.
Son semi-acuáticos.
Tienen hambre de ti.
Chicos y chicas,
quédense lejos del lago.

Castores zombi.
Una pandilla alegre de
estudiantes universitarios.
Creo que están de vacaciones.
En su lugar, están
esquivando ataques…
…de castores y
enfrentando su condenación.

No cierres las puertas
y ventanas, mi amigo.
No servirá de nada.
Estos bastardos, marrones peludos
están completamente equipados.
Y van a masticar todo
a través de la madera.
Despídete de tu Golden Retriever.

Castores zombi.
Así que prepárate, nunca has sido
testigo de roedores de este tipo.
Oh, Jesucristo, no se puede escapar.
Bloquearon la carretera con árboles.
Revisa tu cuerpo.
en busca de arañazos,
no se puede ser demasiado cuidadoso.

Sus garras son una
causa de preocupación.
Sí, una vez que estás
infectado, es sólo una…
…cuestión de tiempo…
…antes de que te conviertas.

Castores zombi.
((Manda la alerta))
Castores zombi.

Cuidado que van a venir
a través de las paredes.
Tu novia te mastica las bolas.

Castores zombi.
Castores zombi, nena.


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