lunes, 17 de noviembre de 2014

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Homeland (4x08) Halfway to a Donut: Por los clavos de Saul Berenson


From A to B and Back Again” (4x06) y Redux” (4x07) han revelado que la cuarta temporada de “Homeland” no es parte de una crónica de una muerte anunciada. No, Showtime ha renovado para una quinta entrega a ese buque insignia que alborotó el panorama catódico e incluso se puso a la cabeza de esa nueva revolución de la edad de oro de las series de televisión. Los tiempos cambiaron y, tras dos temporadas redondas, una tercera entrega puso el punto final a un ciclo. Un ciclo que obligó a replantear el rumbo de una nueva serie, de la propia Carrie Mathison y el enfoque paranoico al que apuntaba la premisa. Si Bin Laden alentó a la creación de Abu Nazir, la supuesta red de apoyo que generó una tormenta de controversia dentro de Pakistán va a ser el nuevo eje de tensión para articular un thriller con respaldo dramático gracias al gran backstory que arrastran los personajes. La jugada, desde luego, ha resultado acertada y notable en el planteamiento y “Halfway to a Donut”, octavo episodio de la cuarta temporada de la serie de Showtime, nos acerca a una nueva ficción, a una remodelada, atractiva y nueva “Homeland”

Los rumores apuntan a que uno de los personajes principales de la serie morirá al finalizar la temporada. ¿Verdad o mentira? En “Halfway to a Donut” Saul Berenson se ha ganado muchas de las papeletas debido a todo el arco argumental que se han confeccionado los guionistas sobre su secuestro. Sabemos que su mujer se divorcia de él después de esto pero el propio Saul también tiene voto aunque no voz, siendo el peón de Haissam Haqqani para un intercambio de presos y establecer de nuevo su estructura entera del comando terrorista que lidera. “Homeland” sigue generando esa tensión impredecible, que ata al espectador a la butaca hasta que llega el desenlace de cada capítulo y vamos a tener un episodio que juega con esas armas, en el que Saul se posiciona ante su destino y prefiere morir sacrificándose antes de que Haqqani logre su objetivo. No es el mayor de los problemas (y dudas) de Carrie sino despertarse en la mansión de Aasar Khan, confundida, tambaleante, tapada en los encuadres por el escorzo de su supuesto salvador. Recordemos, en “Redux (4x07) tocó fondo a todos los niveles siendo la Reina de los Drones víctima de una conspiración para alejarla todo lo posible de Islamabad y del foco de suspense.


Carrie, después de ser ‘envenenada’ tiene que recuperarse, mirarse al espejo, volver a ser aquella agente que se adelantaba al movimiento del enemigo y pensar… recuperarse y emerger de sus cenizas. ¿Y dónde queda Aasar en esas arenas movedizas que dirigen las fuerzas antagonistas? Teníamos una duda respecto sobre la gran conspiración del ISI y saber si Aasar Khan estaba al tanto de toda la red que ha montado Tasneem Qureshi para manipular a la CIA y tener como marionetas a los talibanes (aunque sigamos sin saber quién es el títere de quién). Nos quedaban ciertas indecisiones sobre sus intentos de ayuda y transparencia de su agencia para ayudar a Carrie en su investigación. ¿Está Aasar a favor o en contra de Haqqani, para empezar? Aasar también sospecha que tiene una rata y rápidamente se va a destapar todo sin demasiadas dilaciones. Es cierto que los guionistas van a jugar con cierta tensión sexual entre los personajes después de ese extraño encuentro catártico con Carrie siendo objeto de síntomas por el cambio en su medicación. Pero también esa coyuntura argumental a largo plazo para los próximos episodios —forjado por esa confianza en la relación del coronel Khan y la Miss Mathison—, que se va a potenciar por la colaboración del joven jefe de contraterrorismo del ISI. Aasar va a conocer el plan de Qureshi para deshacerse de la jefa de estación de la CIA, notando la fricción interna y observando que Dennis Boyd es el traidor que ejecutó el plan. Boyd, además, se va a poner nervioso tras indicar Carrie a Lockhart y Quinn (y por extensión a la embajadora Martha) que tienen una ‘brecha’. Ser espía tiene consecuencias…y no es un juego. O, al menos, con las reglas con las que se zarandeaba alegremente bajo su condición de ‘loser’. Ciertamente esta temporada está amparada en una especie de adaptación de toda esa red pakistaní que colaboraba con Osama Bin Laden dinamitando los descubrimientos de los servicios de inteligencia norteamericanos. Es un juego interesante para revelar un thriller de espionaje contemporáneo y amoldado a nuestro siglo aunque también se entiende que “Homeland” va a confeccionar temporadas temáticas de cara al futuro y entendemos que todo lo relativo a Qureshi/Haqqani va a ser concluyente.


Saul es el personaje principal del episodio y veremos cómo es utilizado en una conexión para la reunión entre los americanos y los pakistaníes en la embajada de EEUU con ciertos elementos de humor negro. Saul no quiere ser un peón y así lo expone entre gritos siendo apagados por la intervención de Haqqani, simplemente citando los nombres de aquellos que quiere que sean liberados ante la prepotencia de Andrew Lockhart. “Halfway to a Donut” trata bastante de nuevo las diferencias entre la diplomacia (o comer mierda con elegancia) y el tablero sobre los que se mueven esos ‘matones’ de la CIA. Volvamos a Saul, a ese encuentro con un clavo que nos llevará a exclamar un «Por los clavos de Saul Berenson…». Y es que si en el anterior capítulo reveló a Haqqani que era judío y, ahora, con la incorporación del clavo, su sacrificio afín a un mártir… Todo el conjunto va a darnos la impresión de ser una especie de versión moderna de Jesucristo. La barba no es opcional. ¿Será Carrie su Judás o Maria Magdalena? Saul fingirá su suicidio en la celda tras serenarse para poder liberarse de sus cadenas (gracias al mítico clavo) para atraer la atención del guardia y acabar estrangulándolo. Saul conseguirá un teléfono y se pondrá en contacto con Carrie generando una vía a la CIA para poder quebrar la negociación con los servicios de inteligencia pakistaníes y talibanes. Hay ciertas líneas de diálogo en las que Saul esperaba que Carrie le hubiera sacrificado cuando Aayan Ibrahim fue asesinado por su tío. De hecho, hace prometer a su discípula y anterior mano derecha que le matará antes que volver a estar preso y ser un peón en el proceso de intercambio de prisioneros. Saul tendrá que llegar al pueblo más cercano y contactar con el activo que tienen allí, esperando que llegue un equipo de extracción de las Fuerzas Especiales. En la nueva reunión entre los americanos y los paquistaníes, Carrie detecta que sus antagonistas están tranquilos… Demasiado, teniendo en cuenta que Saul se ha escapado… 


Recordemos, el dron es un arma y vehículo de EEUU en la lucha contra el terrorismo pero en “Homeland” se nos revela tanto como un objeto voyeur perfecto a la sintonía de la narración y puesta en escena, convirtiéndose en un escudo e incluso en una alarma y pista para el enemigo. Las reglas han cambiado y el dron de seguimiento ha revelado a las talibanes la aguja en el pajar: Saul. Los talibanes han cerrado las vías de acceso al pueblo al equipo de fuerzas especiales e invadido literalmente las calles dejando a Saul con una única alternativa: utiliza la pistola que le facilitó el activo para sacrificarse sin cruz que valga. Carrie trata de convencerlo vía telefónica indicándole que hay otra oportunidad, engañándolo y realmente marcando una vía a la redención de su personaje. Saul será capturado de nuevo y Carrie escuchará sus gritos recriminando el engaño al que le sometió. Carrie confesará a Quinn sus remordimientos y detectamos que algo está cambiando en el personaje principal de “Homeland”. Khan forzará un encuentro secreto con Carrie en plena lluvia y noche para soltar la bomba sobre Dennis Boyd como responsable del cambio de pastillas y medicación. Desconocemos si tratará de lidiar con Qureshi de puertas para adentro o entiende que Carrie utilizará su información para revertir la conspiración. ¿Cuál fue el trabajo que le encargó en esa nota Qureshi a Dennis, por cierto? Parece que no está no todo perdido… aunque, ¿y qué fue de aquel «EEUU no negocia con terroristas»? ¡Por los clavos de Saul Berenson!

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